Hace ya algunos años, mi hijo, Matt, quien había regresado a vivir en nuestra casa luego de estar fuera durante 8 meses, entró a la cocina y me dio un fuerte abrazo exclamando «¡Mamá, MUCHAS gracias por doblar mi ropa lavada!».
Lo primero que pensé fue tocar su frente para ver si tenía fiebre. En segundo lugar, supuse que querría pedirme dinero e intentaba ablandarme. Pero él no lucía enfermo y el pedido por dinero nunca llegó. Así que finalmente pensé que solo lo había motivado una auténtica gratitud. ¡Ese abrazo me hizo el día! Me agradó que él hubiera notado lo que yo había hecho y que estuviera verdaderamente agradecido por eso.
La importancia de la gratitud
Es importante expresar gratitud. Un simple «gracias» expresa al dador, que reconocemos que no estaba obligado a darnos nada. Nos protege del egocentrismo y de creernos merecedoras. Y contribuye a crear un ambiente de buena voluntad en la relación. Cuando no hay gratitud, el dador se siente no apreciado lo que podría provocar que se desanime y no quiera volver a dar nada.
La gratitud no es solo importante en las relaciones humanas. David, el salmista, lo sabía. Él estaba consciente de las maravillas que Dios había hecho y continuamente expresaba cuánto las valoraba. David decía,
Den gracias al Señor por su misericordia y por sus maravillas para con los hijos de los hombres. Ofrezcan también sacrificios de acción de gracias y pregonen sus obras con cantos de júbilo. ~Salmo 107:21-22.
El vocablo bíblico «dar gracias» viene del griego Eucharistos. En algunas iglesias se utiliza ese término para la Cena del Señor- la Eucaristía. Eucharistos significa «tener conciencia de los favores» «consciente de los beneficios recibidos» «agradecido». Dar gracias es más que orar antes de ingerir los alimentos. De acuerdo con la Palabra, es una de las disciplinas básicas de la vida cristiana. La Biblia nos ordena: Perseverad en la oración, velando en ella con acción de gracias. ~Colosenses 4:2
Oraciones de acción de gracias
¿Tus oraciones están saturadas con acciones de gracias? Las acciones de gracias se diferencian un poco de la alabanza y de la adoración. En la alabanza y adoración, exalto Quién es Dios; sus maravillosos atributos: amor, santidad, justicia, rectitud moral, etcétera.
Pero las acciones de gracias son más personalizadas. Es reconocer cómo me beneficio de lo que Dios ha hecho. Recuerdo sus regalos, y le comunico que sé de dónde vienen todas las bendiciones en mi vida. Todas las cosas que disfruto, la vida, la salud, los amigos, la familia y aún la belleza de la nieve amontonada como si fueran trozos de helado en las ramas del pino en mi patio, vienen de su mano. Cuando lo reconozco así, dejo lo que estoy haciendo, voy a la cocina y le doy un fuerte abrazo a Dios (por decirlo de alguna manera), y lo bendigo diciéndole ¡«MUCHAS gracias»!
Un millón de gracias
Un artículo enviado a la Biblioteca del Congreso para registro de derechos de autor fue escrito por un extravagante hombre de negocios de Texas, quien pretendía enviar copias a sus amigos y clientes. El título del libro era «Un millón de gracias», y consistía en la palabra «gracias» escrita un millón de veces en las páginas del mismo.
¿Con cuánta frecuencia me detengo a darle gracias a Dios? ¿Una vez al día? ¿Dos veces? O ¿Tres? Si le diéramos gracias tres veces al día serían 76,000 expresiones de acción de gracias en toda una vida. Esa cantidad no se compara al millón de gracias que el hombre de negocios de Texas quería darles a sus clientes solo por un pequeño favor.
Cuando despertaste y viste el sol brillar esta mañana
¿Le diste gracias a Dios?
Cuando fuiste a tu closet y lo encontraste lleno de ropa
¿Agradeciste a Dios?
Cuando te sentaste en la cocina y tus hijos vinieron saltando
¿Diste gracias a Dios?
Cuando ibas conduciendo en la autopista y el tráfico se detuvo
¿Agradeciste a Dios?
Dar gracias nos hace bien
En 1ª Tesalonicenses 5:18 leemos «dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para vosotros en Cristo Jesús». Notemos que dice «para vosotros».
Es la voluntad de Dios «para nosotras» que demos gracias en toda circunstancia. En resumidas cuentas, dar gracias no es tanto para su beneficio sino para el nuestro. Nos cambia. Nos ayuda a enfocarnos en Dios, su gracia, su bondad y en las sumamente abundantes riquezas que tenemos en Jesús. Nos ayuda a mantenernos conscientes de Él y vivir nuestras vidas de la manera correcta. Y al final, eso es lo que más Lo honra. Una vida de gratitud glorifica a Dios.
Por tanto, cultivar una actitud de gratitud debe ser importante para nosotras. Como David resolvamos «Alabaré al Señor con todo mi corazón. Todas tus maravillas contaré; en ti me alegraré y me regocijaré; cantaré alabanzas a tu nombre, oh Altísimo». ~Salmo 9:1-2
Ahora es tu turno. ¿Por cuáles cosas estás agradecida? ¿Puedes pensar en 10 cosas diferentes por las cuales dar gracias? ¿O, 20? Toma un momento para orar y dar gracias al Señor por estas cosas.
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