Prendas piadosas
Annamarie Sauter: Podemos decir tantas cosas sin hablar una sola palabra. Con ustedes Nancy DeMoss de Wolgemuth.
Nancy DeMoss de Wolgemuth: Amigas, nuestra vestimenta y nuestra apariencia, es algo muy poderoso. Es una de las maneras más importante que tenemos como mujeres para comunicarnos y para enviar un mensaje acerca de nuestros corazones, de nuestros valores y de aquello que creemos.
Así que la pregunta aquí es: ¿Qué es lo que tu vestimenta y tu apariencia dicen acerca de ti?
Annamarie: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss de Wolgemuth en la voz de Patricia de Saladín.
Comprar ropa nueva puede ser divertido, pero las primeras prendas de vestir nuevas dadas al hombre, fueron las que Dios usó para cubrir a Adán y Eva, y eso no fue nada divertido. Descubre el porqué mientras Nancy continúa con la serie titulada, Modestia; ¿le importa a Dios como me visto?
Nancy: …
Annamarie Sauter: Podemos decir tantas cosas sin hablar una sola palabra. Con ustedes Nancy DeMoss de Wolgemuth.
Nancy DeMoss de Wolgemuth: Amigas, nuestra vestimenta y nuestra apariencia, es algo muy poderoso. Es una de las maneras más importante que tenemos como mujeres para comunicarnos y para enviar un mensaje acerca de nuestros corazones, de nuestros valores y de aquello que creemos.
Así que la pregunta aquí es: ¿Qué es lo que tu vestimenta y tu apariencia dicen acerca de ti?
Annamarie: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss de Wolgemuth en la voz de Patricia de Saladín.
Comprar ropa nueva puede ser divertido, pero las primeras prendas de vestir nuevas dadas al hombre, fueron las que Dios usó para cubrir a Adán y Eva, y eso no fue nada divertido. Descubre el porqué mientras Nancy continúa con la serie titulada, Modestia; ¿le importa a Dios como me visto?
Nancy: Si te dijera que hay una mujer caminando por el pasillo de la iglesia con un vestido largo, blanco y formal. ¿Qué dirías que es la ocasión? Obviamente una boda, porque ella es una novia. ¿Cómo lo supiste? Porque la vestimenta te lo comunicó.
Si te dijera que hay un adolescente vestido con un traje para la nieve, con sus guantes, un gorro de lana y una bufanda, estaríamos de acuerdo que este joven no está yendo a un picnic ¿verdad? Su vestimenta y su apariencia mandan un mensaje. Pueden comunicar nuestra profesión o el tipo de ocasión en la que estamos. Hay algunas religiones en el mundo que, si tú ves a una mujer vestida de cierta forma dirías, “esa mujer es de esa religión en particular o de esa nacionalidad”.
La vestimenta puede comunicar algo también acerca del estatus socio-económico. Puedes ver a alguien y pensar, “ella parece una mujer rica”. O podrías ver a otra mujer y decir, “no parece que venga de un trasfondo adinerado”, quizás solo por lo básico de su vestimenta.
Y tenemos varias ilustraciones en las Escrituras que hablan de alguien que estaba vestido como soldado o como rey o como sacerdote. Hay diferentes descripciones. Por ejemplo, en Lucas capítulo 16 nos dice que “Había cierto hombre rico que se vestía de púrpura y de lino fino, celebrando cada día fiestas con esplendidez” (v. 19). Su vestimenta lo relacionaba con su estatus socio-económico.
Ahora, la vestimenta también puede comunicar un mensaje. Manda un mensaje acerca de valores, de nuestro carácter y de nuestras actitudes. Por ejemplo, miras a algunas personas, y dices esta persona no es una persona nítida, ordenada, el orden no se le da. Y llegas a esa conclusión no porque hayas visto su habitación o su oficina, pudiste llegar a esa conclusión solo por la manera en la que se viste.
La Biblia habla de tiempos donde la gente se vestía de cilicio. Ahora, para todas aquellas que no estén familiarizadas con esto, el cilicio era una camisa o una túnica hecha de tela áspera o de pelo de animal de camello o de pelo de cabra de Cilicia (que era una provincia romana al sureste de Asia menor) y cubría el cuerpo desde el cuello hasta los tobillos. La gente vestía esto como señal de duelo dolor o arrepentimiento. Así que si alguien estaba vistiendo cilicio; lo que simbolizaba, lo que comunicaba, lo que estaba mandando era un mensaje de lo que estaba pasando en su corazón.
También tenemos ilustraciones en las Escrituras de como nuestra vestimenta puede mandar un mensaje de nuestra moral o de nuestra falta de moral. Por ejemplo, en Proverbios capítulo 7, leemos esta frase— hablando de esta una mujer seductora. Ella estaba casada, y estaba tratando de atraer a un hombre que no era su marido a su habitación. Y dice que ella “vestida como ramera” (v. 10).
Ahora, el pasaje no describe qué clase de ropa traía, pero cuando digo esto, ¿no hay una imagen que viene a tu mente? La mujer estaba vestida de una manera que al mirarla sabias que sus intenciones no eran puras hacia ese hombre.
Hay otro pasaje en Génesis capítulo 38 que habla acerca de una mujer llamada Tamar, que era viuda. Ella quiso seducir a un hombre que no era su marido. La Escritura dice en Génesis capítulo 38 que, “ella se quitó sus ropas de viudez” (v.14) había un tipo especifico de vestimenta que comunicaba que ella era viuda, y ella se cambió de ropa y se puso la ropa de una prostituta.
El hombre que ella quería seducir la conocía. De hecho, él era su suegro, pero cuando ella se cambió de vestimenta, él no reconoció quién era. Él solo miró su ropa. Creyó que ella era una prostituta, y él fue y tuvo relaciones sexuales con ella. Ahora, no digo todo esto para justificarlo de ninguna manera, pero sí para decir que la vestimenta manda un mensaje.
Las mujeres de hoy en día están mandando un mensaje, y muchas de ellas saben exactamente qué mensaje están mandando, pero algunas son simples e ingenuas. No se dan cuenta de lo que están diciendo. Han sido influenciadas por la cultura; y no conocen otra manera de pensar acerca de la vestimenta.
Si tomáramos un grupo de revistas de revistas femeninas populares en el día de hoy y comenzáramos a ver las imágenes que aparecen en todas sus páginas solo por la manera en que vemos a estas mujeres vestidas o desvestidas, ¿qué mensaje creen ustedes que estarían enviando? Pueden ser mensajes como “Vean mi cuerpo” o “Estoy disponible”, “Mírame pero no me toques” o “No me importa lo que Dios piense” o “No he pensado lo que Dios piensa”.
La belleza femenina está definida por la sexualidad, también se puede ver orgullo. Hay mucho lenguaje corporal y se ve orgullo detrás de las imágenes y no se deja nada a la imaginación, también creo que revela inseguridad.
Voy a recoger las opiniones de algunas mujeres que nos dieron sus perspectivas al ver imágenes dentro de estas revistas aquí en Aviva Nuestros Corazones, frases como “Vean mi cuerpo” o “ Estoy disponible ”, “Mírame pero no me toques” o “No me importa lo que Dios piense en realidad no he pensando en lo que Dios piensa”.
La belleza femenina está definida por la sexualidad, hay mucho orgullo en estas imágenes. No se deja nada a la imaginación, también revela inseguridad porque no tienen la determinación para no vestirse así.
Es una señal de: “Esto es lo que tienes que ser para vivir en este mundo y ser popular y ser parte de él. Tienes que mostrar tu cuerpo, sobresalir con lo que tienes”.
Muchas de esas imágenes están haciéndole una invitación a los hombres están enviando una invitación.
Y la última de estas mujeres dijo: “Esto es en resumen lo que soy”. Creo que muchas de las mujeres que enseñan sus cuerpos de esa manera no tienen una buena imagen de lo que son y de su valor.
Nancy: Y en estas revistas muchas de estas mujeres lucen muy confiadas, pero a pesar de eso están diciendo que no lo son tanto como se ven.
Una amiga al respecto dijo:
Amiga: Creo que al haber estado en la industria de la imprenta, me pregunto cuánto de todo esto es real, o cuánto ha sido manipulado con la computadora y por otras cosas. Es muy fugaz. Las edades de las mujeres, diría que son mucho más jóvenes de lo que parecen. Toda la industria es “pruébala, deséchala, y consíguete otra”.
Nancy: Y de seguro, estas mujeres no se verán así cuando tengan 60 años.
Cuando le enseñé estas fotos a una amiga, dijo que le recordaba una canción que escuchó en los años 80s que decía, si quieres mi cuerpo, y si crees que soy sexy; ven a decírmelo.
Kim Alexis era una supermodelo en los años 80s. Su foto estuvo en más de 500 portadas de revistas conocidas como Vogue y Sports Illustrated la edición de traje de baño. Ella ha tenido un cambio de corazón en muchas áreas, y hoy se da cuenta de que cometió muchos errores. Está retando a las mujeres a pensar en el mensaje que están enviando cuando se visten sensualmente. Esto es lo que ella tiene que decir:
Muchas mujeres están jugando con fuego por la manera en cómo se visten. Vestirse como una mujerzuela dice algo al mundo, manda un mensaje, ¡mírame! ¡Deséame! ¡Que tengas lujuria después de verme! Soy fácil y puedes tenerme! Mostrar partes íntimas de tu cuerpo es una forma de promoción para el sexo.
Amigas, mujeres nuestra vestimenta y nuestra apariencia es una de las más poderosas e importantes maneras que tenemos de comunicación. Con ella mandamos un mensaje acerca de nuestros corazones, de nuestros valores y de aquello que creemos.
Así, que aquí va la pregunta: ¿Qué es lo que tu ropa y tu apariencia transmiten acerca de ti? ¿Qué mensaje estás enviando?
Ahora, por lo general ninguna de las mujeres de nuestra audiencia se parece a estas de las revistas—porque son ilustraciones extremas. Pero no es a ellas a las que les estamos hablando en el día de hoy. Les estoy hablando a ustedes, mujeres cristianas y les pregunto, “¿el mensaje que estás mandando es consistente con lo que realmente crees?” o ¿estás mandando un mensaje confuso? ¿Estás pensando una cosa y teniendo un tipo de corazón pero en realidad estas mandando otro mensaje con tu cuerpo, con tu vestimenta, con tu apariencia externa, un mensaje que a lo mejor no tienes la intención de enviar?
Hoy en día me encuentro con muchas mujeres que tienen un corazón para el Señor, y pueden estar sentadas en las iglesias, levantando sus manos durante el tiempo de adoración y disfrutando al Señor y activas en el ministerio, pero están totalmente ajenas, sin darse cuenta al mensaje que están mandando con sus cuerpos, con su vestimenta. Su vestimenta está comunicando algo diferente a lo que hay en sus corazones.
Aviva Nuestros Corazones como ministerio está comprometido con una contra revolución entre las mujeres, con una manera completamente nueva de pensar, retando a la mujer a pensar diferente a lo que el mundo lo hace en cualquier área de nuestras vidas, la manera en la que pensamos, la manera en la que actuamos, las decisiones que tomamos, la manera en la que nos relacionamos con otros, y sí, también la manera en que nos vemos, porque la ropa comunica. Manda un mensaje. Es una área donde la mayoría de las mujeres cristianas han aceptado la manera secular de pensar pero no a los mismos extremos.
Es por eso que a través de esta serie queremos regresar a la Palabra de Dios y preguntarnos,
- ¿Qué es lo que piensa Dios acerca de todo esto?
- ¿Qué mensaje es el que debemos estar mandando?
- ¿Cómo podemos mandar ese mensaje con nuestra vestimenta y con nuestra apariencia externa?
¿De quién fue la idea en primer lugar de ponernos ropa? ¿Realmente importa la ropa? Estas serán algunas de las preguntas que veremos en el día hoy. Para conseguir las respuestas, tenemos que regresar al manual de vida, el manual que nos dice quiénes somos, y el porqué estamos aquí, por qué fuimos hechas, y cómo funciona la vida. Ese manual es la Palabra de Dios.
Así que si tienes tu biblia, por favor ábrela en Génesis capítulo 2. Regresemos al principio y veamos cómo empezó todo esto de la ropa de la vestimenta.
En Génesis capítulo 1 y en la primera parte del capítulo 2, tenemos la historia completa de la creación. Dios creó el mundo y los animales y a Adán y Eva. Y dice en el final del capítulo 1, “vio Dios todo lo que había hecho y era bueno”. Después tenemos en el capítulo dos una descripción un poco más detallada de cómo Dios hizo todo esto. Y entonces al inicio de versículo 20 capítulo 2, hay una descripción de Dios haciendo una ayuda idónea para el hombre. Dios creó a la mujer; la entregó al hombre, y eso también era bueno.
Después, al final del capítulo 2, en el versículo 25, después de que el hombre y la mujer se unieron, leemos que, “Y estaban ambos desnudos, el hombre y su mujer, y no se avergonzaban”.
Aquí tenemos la primera fase de todo el desarrollo de la vestimenta. La primera etapa es que: No había vestimenta. Y tampoco había vergüenza. No había vergüenza y no había culpa. No tenía nada de malo estar desnudos. Esta desnudez (está literalmente aquí) también sugiere que no había pecado. Estaban una condición sin pecado, así que no había culpa. Nunca habían probado la maldad. No la conocían, así que la desnudez antes de la caída era inocente. No había vergüenza.
Pero ahora cuando llegamos al capítulo 3 vemos la entrada del enemigo, la serpiente, el demonio. Él reta a la mujer, y después el hombre le sigue, al desobedecer el mandamiento de Dios acerca de no comer del árbol del conocimiento del bien y del mal. Una de las cosas que promete en el versículo 5 es: "Pues Dios sabe que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos y seréis como Dios, conociendo el bien y el mal".
Así que versículo 6 nos dice que “Cuando la mujer vio que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos”, dice al final del versículo 6 que, “tomó de su fruto y comió; y dio también a su marido que estaba con ella, y él comió”. Este fue el primer pecado humano.
Dios dijo que, “No”.
Eva dijo, “Sí”.
Dios dijo, “No lo hagas”.
Eva dijo: “Lo haré”.
Ahora, ¿qué es lo que próximo que sucede? Inmediatamente en el versículo 7 vemos que, “Entonces fueron abiertos los ojos de ambos”. ¿No fue eso lo que la serpiente les dijo que pasaría? Él les dijo “tus ojos serán abiertos”. Sí pero sus ojos fueron abiertos de una manera que ellos no lo esperaban.
Sus ojos fueron abiertos para experimentar por primera vez la maldad y la vergüenza. Sus conciencias fueron despertadas brutalmente porque fueron en contra de la Palabra de Dios. Y sus ojos fueron abiertos. Después dice, que “conocieron”. Y la palabra en el lenguaje original no significa que se dieron cuenta poco a poco, que fue algo gradual. Es una palabra que significa que fue de repente, inmediatamente. Ellos tuvieron una percepción instantánea. De repente se miraron, y se dieron cuenta y dijeron, “¡estamos desnudos!”.
Ahora, algunos maestros de la Palabra han sugerido, y no creo que esto pueda ser comprobado bíblicamente, pero creo que es un punto interesante. Puede que sea verdad que antes de esto, Adán y Eva estaban cubiertos con la gloria de Dios, con la luz de la gloria, la Shekinah de Dios—al igual que cuando Jesús estuvo en el monte de la transfiguración que su vestimenta se hizo brillante, blanco resplandeciente. Hubo un aura de su gloria, la luz de Dios alrededor de ellos, y es por eso que su desnudez no había traído vergüenza.
Estos maestros sugieren que al momento de pecar, esa gloria de Dios se fue, y que ahora ellos quedaron expuestos, pecadores, caídos. Bueno, no sabemos si fue de esa manera o no, pero lo que sí sabemos es que la inocencia fue inmediatamente remplazada por vergüenza y culpa.
Así que ahora tenemos la segunda fase. Todavía no hay ropa, pero ahora hay vergüenza; hay culpa; hay bochorno.
En ocasiones cuando estás en tu cuarto y alguien por accidente entra y tú no estás completamente vestida, ¿cuál es tu reacción inmediata (o por lo menos eso esperemos)? Debes sentir vergüenza. Así es como Adán y Eva estaban. La primera cosa que ellos aprendieron después de haber comido del árbol de la vida, del bien y del mal era que estaban desnudos, y ahora estaban avergonzados.
Ahora, permíteme señalar que de este punto en adelante en las Escrituras, la Biblia se refiere a la desnudez como algo vergonzoso excepto en el contexto de marido y mujer. Pero por lo que pude encontrar, y he hecho una extensa búsqueda de la palabra a través de la Escritura, solo del concepto de la desnudez, en todas las partes, aparece (excepto en el contexto del matrimonio), a partir de este punto aparece como algo pecaminoso y vergonzoso, algo de que avergonzarse. Así que ahora ellos no tienen ropa, y están avergonzados.
Entonces así llegamos a la tercera etapa del desarrollo, el hombre tiene un plan. Pensaron en algo, y leemos en el versículo 7. Lo primero que aprendieron fue que estaban desnudos. Lo primero que hicieron después de pecar fue hacerse ropa.
Y en el versículo 7 nos dice que, “ cosieron hojas de higuera”. Hace poco alguien me dijo que las hojas de higuera tenían la textura de un papel de lija #2, que es áspero y duro aparentemente. Le pregunté a alguien que sabia y me confirmo que esto era verdad. “y cosieron hojas de higuera y se hicieron delantales”. Lo primero que ellos hicieron fue tratar con su vergüenza y con su culpa al cubrir su desnudez.
La palabra delantal puede también traducirse como taparrabos, Se trata de "un cinturón para la cintura", dice un léxico. Lo que Adán y Eva hicieron fue para cubrir sus partes privadas. Ese era el plan del hombre, y era el plan del hombre sin Dios. Ellos mismos lo hicieron. No le preguntaron a Dios, no le preguntaron ¿qué debemos hacer acerca de este problema?”, ellos hicieron su propio plan. Ellos trataron de resolverlo solos y dijeron, “vamos a hacernos unos delantales”. Así que de esa manera cubrieron sus partes íntimas.
Sin embargo, al ir viendo el pasaje, nos damos cuenta de que aparentemente aún cuando Adán y Eva se dieron cuenta de que esas hojas de higuera no eran adecuadas para cubrirlos, porque cuando llegamos a los versículos 8, 9, y 10, ellos aún siguen avergonzados. Aun tenían miedo.
En el versículo 8 dice que ellos, “ oyeron al SEÑOR Dios que se paseaba en el huerto al fresco del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia del SEÑOR Dios entre los árboles del huerto". Es como cuando alguien entra de nuevo a tu habitación y no estás totalmente vestida, e inmediatamente lo que quieres hacer es cubrirte con algo, diciendo, “quiero cubrirme”. Eso es lo que Adán y Eva hicieron por instinto.
Estaban avergonzados. Tenían miedo. Empezaron a esconderse, pero “el SEÑOR Dios llamó al hombre, y le dijo:¿Dónde estás? Y él respondió: Te oí en el huerto, y tuve miedo porque estaba desnudo, y me escondí”.
Así que aún cuando estaban cubiertos con esos taparrabos de hojas de higuera, aún sentían que estaban desnudos, y por instinto sintieron que necesitaban esconderse de Dios.
Ahora, esto es muy interesante. Estaba estudiando este pasaje en preparación para esta serie, y se me ocurrió que a pesar de que la desnudez fue la primera preocupación de Adán y Eva parece que no fue la primera preocupación de Dios. ¿Y sabes por qué? Porque en realidad no era el corazón de este asunto. Ahora, vemos que Dios sí se preocupó por el problema de la vestimenta, e hizo algo al respecto, pero no era lo primero que le preocupaba a Dios.
Creo que tenemos que recordar esto como mujeres cristianas, al tratar de alcanzar a las mujeres en la cultura secular que no están vestidas. Tengamos en mente que lo que estén vistiendo o no, no es el corazón del asunto. No es lo más importante. Esto necesita ser tratado con el tiempo, pero no es el primer asunto a tratar.
Más bien, Dios estaba preocupado por la relación que había sido quebrantada. La pregunta de Dios a Adán es “¿Dónde estás? ¿Qué es lo que has hecho? Él estaba preocupado por el hecho de que habían desobedecido Su Palabra y habían quebrantado el mandamiento de Dios. Dios les dice en versículo 11, "¿Quién te ha hecho saber que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol del cual te mandé que no comieras?". Lo que Dios dijo es , no vamos primero a tratar tu desnudez sino tu relación rota, y después trataremos la desnudez”.
Así que tenemos en el resto del capítulo 3 a Dios hablando con Adán, con Eva, con la serpiente acerca de las consecuencias de su desobediencia, acerca de la maldición que vendría sobre la tierra y sobre la serpiente. Él les da una maravillosa promesa de que el Mesías vendría, un Salvador, aquel que nos redimirá de la caída. Dios empieza con el evangelio, no con su vestimenta, pero la vestimenta no debe ser ignorada.
Al llegar al final del capítulo 3, o casi final del intercambio de Dios con Adán y Eva. En el versículo 21, después de que han tenido esta conversación, Dios dice: “haré una provisión para ustedes”. En el versículo 21 dice: Y el SEÑOR Dios…” y es como si estuviera diciendo: “Muy bien, ahora vamos a ver esto de la vestimenta”, “Y el SEÑOR Dios hizo vestiduras de piel para Adán y su mujer, y los vistió”.
Dios les hizo prendas de pieles. Esta fue la provisión de Dios. Dios mismo está diciendo, “Mira, no puedes resolver el problema del pecado por ti misma. Necesitas hacer a mi manera, tu plan no funcionará. Ustedes hicieron estos delantales de hoja de higuera, pero yo les voy a hacer una provisión”.
La palabra vestidos es la palabra en que en otras partes de la Biblia sería traducido como “abrigos o túnicas”. Es una palabra que constantemente habla sobre un vestido que cubre el cuerpo por lo menos desde el cuello hasta las rodillas, a veces lo hace hasta la pantorrilla o a veces inclusive hasta los pies. Esa palabra para vestido es usada consistentemente como una manera de cubrir el cuerpo, a lo largo de toda la Escritura.
Dios los vistió. Esa palabra en Hebreo significa “envolver, poner un vestido, o vestir a alguien: Adán y Eva cubrieron sus partes íntimas, pero ¿qué fue lo que Dios cubrió? Dios cubrió sus cuerpos. Dijo que no era suficiente cubrir solo las partes privadas. Ahora que habían pecado, sus cuerpos tendrían que ser cubiertos.
Claro, el punto principal de este pasaje es el símbolo de cuando Cristo vendría. Él sería el Cordero de Dios que sería inmolado por nosotros y entonces podríamos ser cubiertas en Su justicia. La obra de gracia de Dios que requería un sacrificio.
Creo que también hay una aplicación y se relaciona a todo este asunto de la vestimenta. Típicamente, las culturas que están basadas en principios piadosos cubren el cuerpo. El mundo tiene su propia idea de la vestimenta, y usualmente la idea es descubrir el cuerpo, descubrir los muslos, el pecho, el ombligo y la espalda. “Solo quítatelo” esa es la idea del mundo. Pero la mujer piadosa es contra-cultural. Está dispuesta a ir en contra de lo que es común y decir, “Miren. Estas hojas de higuera no son suficientes. Ese es el plan de los hombres. Pero no es el plan de Dios”.
La mujer de Dios está dispuesta a someterse al plan de Dios, a aceptar su provisión, y a decir, “La provisión de Dios es lo que realmente es bueno”.
Annamarie: Dios está listo para proveer para cada necesidad. Esta es una importante verdad que necesitamos entender mientras nos adentramos en el tema de la vestimenta y la modestia toda esta semana con Nancy DeMoss de Wolgemuth.
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