Tienes un tiempo de oportunidad... ¡Aprovéchalo bien!
¡Cuán importante es estar en la Palabra de Dios! Ella nos habla, nos enseña, nos entrena, nos redarguye, nos equipa, y ¡toda la palabra es útil! En 2 Timoteo 4:1–5 Pablo hace una exhortación a Timoteo y en el episodio de hoy, Laura González-De-Chávez nos comparte 6 puntos que Pablo toca en este pasaje que también aplican a tu maternidad, ¡comencemos!
«En la presencia de Dios y de Cristo Jesús, que ha de juzgar a los vivos y a los muertos, por Su manifestación y por Su reino te encargo solemnemente: Predica la palabra. Insiste a tiempo y fuera de tiempo. Amonesta, reprende, exhorta con mucha paciencia e instrucción. Porque vendrá tiempo cuando no soportarán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oídos, conforme a sus propios deseos, acumularán para sí maestros, y apartarán sus oídos de la verdad, y se volverán a los mitos. Pero tú, sé sobrio …
¡Cuán importante es estar en la Palabra de Dios! Ella nos habla, nos enseña, nos entrena, nos redarguye, nos equipa, y ¡toda la palabra es útil! En 2 Timoteo 4:1–5 Pablo hace una exhortación a Timoteo y en el episodio de hoy, Laura González-De-Chávez nos comparte 6 puntos que Pablo toca en este pasaje que también aplican a tu maternidad, ¡comencemos!
«En la presencia de Dios y de Cristo Jesús, que ha de juzgar a los vivos y a los muertos, por Su manifestación y por Su reino te encargo solemnemente: Predica la palabra. Insiste a tiempo y fuera de tiempo. Amonesta, reprende, exhorta con mucha paciencia e instrucción. Porque vendrá tiempo cuando no soportarán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oídos, conforme a sus propios deseos, acumularán para sí maestros, y apartarán sus oídos de la verdad, y se volverán a los mitos. Pero tú, sé sobrio en todas las cosas, sufre penalidades, haz el trabajo de un evangelista, cumple tu ministerio». –2 Timoteo 4:1–5
Recomendaciones que Pablo hace aquí que aplican también al llamado de cada madre:
1. Tienes un encargo solemne de parte de Dios: la crianza de tus hijos.
Dios te da el regalo de estos hijos para que los críes en su instrucción y para que los lances hacia el futuro confiadamente.
2. El llamado es un trabajo 24/7.
La maternidad no es un «pasatiempo», es un encargo solemne de Dios para ti y es un trabajo que no se detiene. Tienes que estar continuamente preparada para instruir, corregir y disciplinar (a tiempo y fuera de tiempo, esto es ¡en todo momento!) Como dice Deuteronomio 6:7–8: «Enseñarás diligentemente a tus hijos, y hablarás de ellas cuando te sientes en tu casa y cuando andes por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes». El discipulado es en todo tiempo.
3. El llamado requiere paciencia y perseverancia.
El llamado de la maternidad es purificador. Dios te está enseñando paciencia y perseverancia día a día. Estás llamada a perseverar bajo la prueba, a través de momentos difíciles e irritantes, a través de batallas, caos, cansancio, falta de sueño, sudor y lágrimas. Y ante todo ello Dios te dice: «No te canses de hacer el bien… a Su tiempo segarás».
4. El llamado implica amonestación, reprensión, exhortación e instrucción.
El entrenamiento diario y el discipulado tiene muchas expresiones: incluye amonestación y reprensión (verbal y física, dependiendo de la edad). También incluye exhortación, ánimo e instrucción. Ya sea que tus hijos quieran que lo hagas o no, debes corregirlos y disciplinarlos si van por el camino equivocado, debes corregir y disciplinar la desobediencia; pero también debes pasar tiempo instruyendo con gracia y paciencia, enseñando, no solo con palabras, sino también con tu ejemplo.
5. Solo tienes una ventana de tiempo – un tiempo de oportunidad, por lo tanto, debes prepararlos adecuadamente para enfrentar el futuro.
Dios te concede tener hijos por unos años y a través de los años vas pasando de ser su autoridad, su maestra, su discipuladora, hasta que llega el momento en el que debes dejarlos ir. Por lo tanto, es bueno enseñarles a discernir entre lo bueno y lo más excelente, entre las ideologías del mundo y las de Dios.
6. Los tiempos futuros no son buenos.
Ellos serán expuestos a tentaciones, otros vendrán con otras verdades que tratarán de alejarlos de la Verdad. No puedes garantizar que ellos vivan lo que le has enseñado desde su niñez (esto es trabajo de Dios en sus corazones), pero estarás en paz de saber que has cumplido tu ministerio: has aceptado y abrazado el encargo solemne de la maternidad con entrega y fidelidad.
Vivimos en un mundo difícil; en una cultura cada vez más opuesta a la Verdad de Dios. Un mundo que no reconoce a Dios. Es más importante que nunca que tú no abandones tu puesto, que no menosprecies el encargo solemne que Dios te ha dado como madre: levantar una generación para Dios.
Recursos recomendados:
- Blog «Maternidad se deletrea oportunidad»
- Blog «A la caza de oportunidades»
- Libro «Cómo Pastorear el Corazón de Tu Hijo»
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