Llamadas a discipular a nuestros hijos
¿Ves el discipulado de tus hijos como una responsabilidad de los maestros de la escuela dominical, de los líderes o pastores de jóvenes, o como algo que ellos deben hacer por su cuenta cuando sean lo suficientemente maduros? ¡No te pierdas el episodio de hoy!
Frases destacadas del episodio de hoy:
«Escucha, oh Israel, el Señor es nuestro Dios, el Señor uno es. Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu fuerza. Estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón. Las enseñarás diligentemente a tus hijos, y hablarás de ellas cuando te sientes en tu casa y cuando andes por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes». –Deuteronomio 6:4-7
- El pueblo de Israel recibió el mandato de enseñar a sus hijos estas palabras de Dios, así que la responsabilidad no ha cambiado, es nuestra y no …
¿Ves el discipulado de tus hijos como una responsabilidad de los maestros de la escuela dominical, de los líderes o pastores de jóvenes, o como algo que ellos deben hacer por su cuenta cuando sean lo suficientemente maduros? ¡No te pierdas el episodio de hoy!
Frases destacadas del episodio de hoy:
«Escucha, oh Israel, el Señor es nuestro Dios, el Señor uno es. Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu fuerza. Estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón. Las enseñarás diligentemente a tus hijos, y hablarás de ellas cuando te sientes en tu casa y cuando andes por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes». –Deuteronomio 6:4-7
- El pueblo de Israel recibió el mandato de enseñar a sus hijos estas palabras de Dios, así que la responsabilidad no ha cambiado, es nuestra y no podemos darla a otros.
- Lamentablemente, muchas familias pasan esa responsabilidad a la iglesia. Y aunque la iglesia es importante porque como cuerpo de Cristo nos reunimos para ser instruidos por la Palabra de Dios, la iglesia no puede sustituir el rol que Dios ha puesto en nuestras manos como familia.
- Enseñar a nuestros hijos la Palabra de Dios tiene que ocurrir fundamentalmente en nuestros hogares.
- Tenemos que programar tiempo para enseñar a nuestros hijos, para memorizar y para impregnar sus mentes y corazones de la verdad de la misma manera que programamos otras actividades.
- Tenemos la gran responsabilidad de enseñar a nuestros hijos con diligencia, pero con cuidado, con precisión, no haciéndolo a la ligera, sobre todo cuando los niños están pequeños.
- La Biblia cuenta una sola historia, así que nuestra responsabilidad es enseñarles toda esa historia, todo el consejo de Dios, toda la Escritura.
- Si nuestra enseñanza de la Biblia es como si estuviéramos haciendo cuentos de hadas y superhéroes, entonces esa será la idea que nuestros hijos tendrán de las Escrituras.
- Es crucial que les hablemos a nuestros hijos de quién es Dios, de Su carácter, del pecado y de la gracia de Dios para con nosotros los pecadores.
- Busca que tu tiempo en las Escrituras apunte a tus hijos a Cristo.
- Instrucción es comunicar algo sistemáticamente. Así que, cuando instruimos, debemos estar seguras de que es algo que hacemos todos los días.
- No podemos cansarnos ni dejar de asumir la responsabilidad que Dios nos ha dado en esta tarea de instruir a nuestros hijos.
- Instruir y discipular a nuestros hijos no es para días especiales, sino para todo momento.
- Hasta una película que vean juntos puede convertirse en un punto de partida para una buena conversación acerca de Dios, de Su carácter, quién es Él y cómo ve el mundo.
- No importa en qué lugar te encuentres, ya sea en el carro yendo de un lado a otro, de vacaciones, en la fila de un parque de diversiones o en un restaurante, lo que importa es aprovechar las oportunidades que Dios nos presenta porque es en esas circunstancias que se dan las mejores conversaciones.
- Hay una gran diferencia entre instruir y cambiar. Dios nos dio la tarea de instruir, de enseñar, pero el rol de cambiar a alguien solo lo tiene el Espíritu Santo.
- Muchas veces nos confundimos y creemos que instruir a nuestros hijos es cambiarlos, pero el cambio del corazón lo puede hacer solamente Dios.
- Ora pidiéndole al Señor que los ojos de tus hijos sean abiertos a la verdad del evangelio y a su necesidad de salvación.
Pasajes bíblicos para ser alentada:
«Y ustedes, padres, no provoquen a ira a sus hijos, sino críenlos en la disciplina e instrucción del Señor». –Efesios 6:4
«Y en cuanto a mí, lejos esté de mí que peque contra el Señor cesando de orar por ustedes, antes bien, les instruiré en el camino bueno y recto». –1 Samuel 12:23
Recursos recomendados:
- Episodio, Criando niños y niñas para la gloria de Dios
- Blog, La impostergable misión de instruir a los hijos | Parte 1
- Blog, La impostergable misión de instruir a los hijos | Parte 2
- Episodio, No tengo paciencia con mis hijos pequeños
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