Las emociones (Parte 2)
La semana pasada estuvimos viendo cuál es la diferencia entre una emoción y un sentimiento. El día de hoy, continuando con este tema, nuestra invitada Margarita de Michelén comparte con nosotras algunas pautas de cómo lidiar bíblicamente con nuestras emociones.
7 pautas que te ayudarán a lidiar bíblicamente con tus emociones
- Da gracias a Dios por tener emociones. Si no las tuviéramos seríamos como máquinas programadas para hacer cosas, pero sin sentir nada. Las emociones le dan color a nuestra vida. Imagínate recibir una bendición de Dios muy esperada sin sentir alegría. O quizás ver a alguien ser abusado y no sentir indignación. Contradictorio, ¿verdad? Fuimos diseñadas para experimentar emociones y eso es bueno, muy bueno; lo importante es vivirlas a la manera de Dios.
- Identifica a cuáles emociones positivas o negativas eres más propensa.
Desde tiempos antiguos los temperamentos se han clasificado en:
- Melancólico: es sensible e idealista y …
La semana pasada estuvimos viendo cuál es la diferencia entre una emoción y un sentimiento. El día de hoy, continuando con este tema, nuestra invitada Margarita de Michelén comparte con nosotras algunas pautas de cómo lidiar bíblicamente con nuestras emociones.
7 pautas que te ayudarán a lidiar bíblicamente con tus emociones
- Da gracias a Dios por tener emociones. Si no las tuviéramos seríamos como máquinas programadas para hacer cosas, pero sin sentir nada. Las emociones le dan color a nuestra vida. Imagínate recibir una bendición de Dios muy esperada sin sentir alegría. O quizás ver a alguien ser abusado y no sentir indignación. Contradictorio, ¿verdad? Fuimos diseñadas para experimentar emociones y eso es bueno, muy bueno; lo importante es vivirlas a la manera de Dios.
- Identifica a cuáles emociones positivas o negativas eres más propensa.
Desde tiempos antiguos los temperamentos se han clasificado en:
- Melancólico: es sensible e idealista y abnegado, pero también tiende a ser susceptible, negativo y variable.
- Flemático: es tranquilo, cumplidor y confiable, pero como debilidades tiene que es indeciso, desconfiado y hasta egoísta.
- Colérico: es enérgico, optimista e independiente, pero tiende a la impaciencia, la intolerancia e insensibilidad.
- Sanguíneo: tiende a ser amistoso, entusiasta, simpático y compasivo, pero a la vez es voluble, impulsivo, indisciplinado y egocéntrico.
¿Cuáles tendencias te caracterizan? Sin importar con cuáles y cuántas te identifiques, Dios usa tus fortalezas para bendecir a otros, y tus debilidades para acercarte a Él de modo que crezcas en santidad.
3. Evalúa tus emociones y tus sentimientos a la luz de la Palabra y no por tus impresiones. Las emociones y sentimientos varían, pero la Palabra es la misma ayer, hoy, mañana, y siempre. Por lo tanto, no dejemos las emociones a la deriva magnificando las cosas y olvidando cuán grande es el Dios que tenemos por Padre, cuán suficiente es la obra de Jesucristo a nuestro favor y con cuánto poder obra el Espíritu Santo con el cual hemos sido selladas como garantía de nuestra salvación.
4. Lee, escucha y estudia mucho los salmos. En ellos se describen casi todas las emociones que tiene el alma. Cuando amamantes, cuando estés cocinando o cuando lleves a los niños al colegio, escúchalos una y otra vez, y memorízalos. Verás a los salmistas llevando a Dios sus cargas y nombrando sus emociones.
5. Prepárate en oración cada día para la batalla, y sobre todo para esas situaciones que pueden llevarte a la tentación. «Velen y oren para que no entren en tentación; el espíritu está dispuesto, pero la carne es débil». –Mateo 26:41
6. Cultiva el dominio propio. Como vimos, las emociones son espontáneas y automáticas, no así los sentimientos. Estos deben ser regulados por el pensamiento, y no todo lo que pensamos debemos expresarlo o darle cabida en nuestro ser interior.
Vivimos delante del Dios omnisciente que desde lejos conoce nuestros pensamientos. Si queremos honrarlo como merece, debemos llevar todos nuestros pensamientos cautivos a la obediencia a Cristo (2 Cor. 10:5).
7. A la luz de todo lo que somos y tenemos en Cristo, vive a plenitud las manifestaciones de la emoción llamada placer.
Nunca pierdas el asombro del Dios que te creó, del Señor que te salvó y del Espíritu Santo que siempre va a tu lado como ayudador.
Versículo para ser animada:
«Porque no tenemos un Sumo Sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras flaquezas, sino Uno que ha sido tentado en todo como nosotros, pero sin pecado». –Hebreos 4:15
Recursos recomendados:
- Audioblog, «¿Qué hago con mis emociones?»
- Audioblog, «Manejando las emociones a través del lente bíblico»
- Videocast, «Aconsejadas por Su Palabra: las emociones»
- Videocast, «La verdadera fortaleza: Domine sus emociones»
*Ofertas disponibles solo durante la emisión de la temporada de podcast.
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