La mente y el corazón

Temas: Crianza , Familia , Maternidad

Cuando les enseñas a tus hijos, ¿les enseñas a su mente o a su corazón? Hoy, Patricia de Saladín responde a esta pregunta desde una perspectiva distinta al mostrarnos la importancia de instruir ambas cosas con la verdad de la Palabra de Dios.

Frases destacadas del episodio de hoy:

Si no estás instruyendo tú a tus niños, la cultura y otras voces lo están haciendo.
La mente es vital en el entendimiento de la verdad. La Biblia dice que debemos renovar nuestra mente, amar a Dios con toda nuestra mente y llevar nuestros pensamientos cautivos a Cristo.
Si tu enseñanza va solo al corazón de tus hijos, puede que solo estés moviendo sus emociones y le estés enseñando a usar la manipulación.
No solo les des a tus hijos órdenes, instrucciones e informaciones de madre a hijo, sino procura y busca impresionar su corazón y sus mentes con la verdad …

Frases destacadas del episodio de hoy:

Si no estás instruyendo tú a tus niños, la cultura y otras voces lo están haciendo.
La mente es vital en el entendimiento de la verdad. La Biblia dice que debemos renovar nuestra mente, amar a Dios con toda nuestra mente y llevar nuestros pensamientos cautivos a Cristo.
Si tu enseñanza va solo al corazón de tus hijos, puede que solo estés moviendo sus emociones y le estés enseñando a usar la manipulación.
No solo les des a tus hijos órdenes, instrucciones e informaciones de madre a hijo, sino procura y busca impresionar su corazón y sus mentes con la verdad para que sus pensamientos sean moldeados.
Queremos que nuestros hijos lleguen a ser cristianos y tengan pasión por Cristo, que sean hacedores de la Palabra y no solamente oidores. Y deseamos que, al vivir esa Palabra siendo hacedores, todo eso proceda de lo íntimo de sus corazones.
Nuestra vida es como un gran salón de clases. Puedes estar segura de que si no estás instruyendo tú a tus niños, la cultura y otras voces lo están haciendo.
Las horas que pasas con tus hijos en tu día a día son la ventana de oportunidades que tienes de instruir sus mentes y sus corazones.
No podemos invitar a la cultura secular a nuestros hogares sin discernir y esperar que nuestros hijos no se sientan atraídos hacia ella, y sin desarrollar junto a ellos un pensamiento crítico. Así como Jesús oró por Sus discípulos, tú también debes orar para que el Señor guarde a tus hijos del mal y te use a ti, como mamá, para guardarlos del mal usando la sabiduría divina y así defenderlos del enemigo y sus artimañas.
La manera en que puedes guardar la mente y el corazón de tus hijos es con la Palabra de Dios, usando la instrucción para su mente y su corazón como un arma de defensa contra ese enemigo que identificaste.