Esperanza para mamás de hijos pródigos
Invitada: Karla de Fernández
Cuando los hijos son pequeños, solemos pensar que toda la vida ellos darán testimonio y frutos de que son hijos de Dios, pero nos hemos olvidado y cegado a la realidad de que nuestros hijos no nacen siendo creyentes, no nacen deseando a Dios, sus afectos no son inclinados a adorar a Dios. Debemos recordar que la salvación le pertenece solo al Señor. ¡Escucha más en el episodio de hoy!
Frases destacadas del episodio de hoy:
- El dolor de experimentar la lejanía de un hijo es inmensamente superior a lo que podamos imaginar.
- La lejanía que tienen los hijos pródigos para con Dios lastima profundamente el corazón de la madre. ¿Cuánto más dolor y tristeza será para nuestro Padre eterno?
- Cuando los hijos son pequeños, solemos pensar que ellos darán testimonio y frutos de que son hijos de Dios toda la vida, pero nos hemos olvidado …
Invitada: Karla de Fernández
Cuando los hijos son pequeños, solemos pensar que toda la vida ellos darán testimonio y frutos de que son hijos de Dios, pero nos hemos olvidado y cegado a la realidad de que nuestros hijos no nacen siendo creyentes, no nacen deseando a Dios, sus afectos no son inclinados a adorar a Dios. Debemos recordar que la salvación le pertenece solo al Señor. ¡Escucha más en el episodio de hoy!
Frases destacadas del episodio de hoy:
- El dolor de experimentar la lejanía de un hijo es inmensamente superior a lo que podamos imaginar.
- La lejanía que tienen los hijos pródigos para con Dios lastima profundamente el corazón de la madre. ¿Cuánto más dolor y tristeza será para nuestro Padre eterno?
- Cuando los hijos son pequeños, solemos pensar que ellos darán testimonio y frutos de que son hijos de Dios toda la vida, pero nos hemos olvidado y cegado a la realidad de que nuestros hijos no nacen siendo creyentes, no nacen deseando a Dios, sus afectos no son inclinados a adorar a Dios.
- Nuestros niños son pecadores y sus corazones tienden a alejarse de Dios. Ellos aprenderán:
- A conocer su necesidad de un Salvador con el paso del tiempo.
- Que no podrán cambiar sus corazones por más que lo intenten, y eso lo aprenderán primero en casa a través del estudio de la Palabra y lo que les modelas día a día.
- Aprenderán de tu fe. Ellos serán alimentados por la fe que les compartas. Así que, modélales y háblales todo el tiempo del evangelio.
- Tu labor y llamado como madre es hacer discípulos. La Gran Comisión comienza en tu hogar con los hijos que Dios te ha dado.
- Es en tu hogar donde formas a la siguiente generación de discípulos de Cristo.
- Tu hogar es un campo misionero primordialmente para los que viven contigo. Tu misión es todos los días.
- No eres la salvadora de tus hijos, por más que te empeñes y te esfuerces en cumplir tu llamado con tus hijos, la salvación le pertenece al Señor.
- Como madre, preparas la tierra, la semilla es plantada en los corazones de tus hijos y la riegas día a día al modelarles el evangelio y hablarles de Cristo, pero que no se te olvide que quien da la vida y hace fructificar esa semilla es Dios.
- Cuando ves que uno o varios de tus hijos aún no dan evidencia de salvación en Cristo, con seguridad tu corazón está dolido y sufre y se lamenta porque, como hija de Dios, anhelas que los hijos que Dios te ha dado aquí en la tierra también le conozcan y le sirvan.
- Dios es Dios y Él tiene misericordia de quien quiere tener misericordia.
- Dios tuvo misericordia de ti y te salvó, así que no te hundas en la desesperanza y el dolor por no ver a tus hijos en los caminos del Señor; no te hundas por verlos lejos del camino de Dios. Clama a tu Señor, recuerda Sus promesas, clama por piedad y misericordia para con tus hijos y que Su Palabra penetre el corazón de tus hijos. No te canses, no te rindas, llénate de fe y esperanza.
Pasajes bíblicos para ser alentada:
«Él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados…Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo». –Efesios 2:1, 4-5 (RV60)
«Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes». –Deuteronomio 6:6 (RV60)
«No tengo yo mayor gozo que este, el oír que mis hijos andan en la verdad». –3 Juan 1:4
Recursos recomendados:
Blog, ¿Cómo ganar el corazón de un niño para Cristo?
Serie, Esperanza para padres con hijos pródigos
Blog, Ministrando a las madres de hijos pródigos
Blog, Ora por su regreso a casa: tres oraciones por los hijos própdigos
Ebook, Mientras esperas a tu pródigo
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