¿Eres una buena teóloga?
Las madres son maestras que enseñan con su vida. Ciertamente muchas sabemos del llamado particular que tenemos al discipulado de los hijos y nietos, pero debemos ir más allá, a la teología aplicada, al evangelio vivido más que predicado. John Wesley dijo:
«Aprendí más acerca del cristianismo a través de mi mamá que a través de todos los teólogos de Inglaterra».
¿Qué caracteriza a una madre que es una «buena teóloga»?¿Dé qué formas puedes ser de ejemplo a tus hijos?
1. Sé una mujer de fe.
¿Cómo se ve esto? 1 Pedro 3:1–6 nos enseña:
«Asimismo ustedes, mujeres, estén sujetas a sus maridos, de modo que si algunos de ellos son desobedientes a la palabra, puedan ser ganados sin palabra alguna por la conducta de sus mujeres al observar ellos su conducta casta y respetuosa. Que el adorno de ustedes no sea el externo: peinados ostentosos, joyas de oro …
Las madres son maestras que enseñan con su vida. Ciertamente muchas sabemos del llamado particular que tenemos al discipulado de los hijos y nietos, pero debemos ir más allá, a la teología aplicada, al evangelio vivido más que predicado. John Wesley dijo:
«Aprendí más acerca del cristianismo a través de mi mamá que a través de todos los teólogos de Inglaterra».
¿Qué caracteriza a una madre que es una «buena teóloga»?¿Dé qué formas puedes ser de ejemplo a tus hijos?
1. Sé una mujer de fe.
¿Cómo se ve esto? 1 Pedro 3:1–6 nos enseña:
«Asimismo ustedes, mujeres, estén sujetas a sus maridos, de modo que si algunos de ellos son desobedientes a la palabra, puedan ser ganados sin palabra alguna por la conducta de sus mujeres al observar ellos su conducta casta y respetuosa. Que el adorno de ustedes no sea el externo: peinados ostentosos, joyas de oro o vestidos lujosos, sino que sea lo que procede de lo íntimo del corazón, con el adorno incorruptible de un espíritu tierno y sereno, lo cual es precioso delante de Dios. Porque así también se adornaban en otro tiempo las santas mujeres que esperaban en Dios, estando sujetas a sus maridos. Así obedeció Sara a Abraham, llamándolo señor, y ustedes han llegado a ser hijas de ella, si hacen el bien y no tienen miedo de nada que pueda aterrorizarlas».
2. Sé una madre abnegada.
Tito 2:3–5 nos da características de una madre abnegada:
«Asimismo, las ancianas deben ser reverentes en su conducta, no calumniadoras ni esclavas de mucho vino. Que enseñen lo bueno, para que puedan instruir a las jóvenes a que amen a sus maridos, a que amen a sus hijos, a que sean prudentes, puras, hacendosas en el hogar, amables, sujetas a sus maridos, para que la palabra de Dios no sea blasfemada».
3. Sé una mujer que sufre con paciencia; pon tu mirada en la recompensa eterna.
Recuerda, la gloria le sigue al sufrimiento; aprende a encomendar tu vida a Dios. 1 Pedro 5:9 dice: «Pero resístanlo firmes en la fe, sabiendo que las mismas experiencias de sufrimiento se van cumpliendo en sus hermanos en todo el mundo».
4. No temas al futuro.
Conoce a tu Dios. Proverbios 31 nos habla de una mujer que está «vestida de fuerza y de dignidad», de Cristo. Una mujer que tiene convicciones firmes no se deja llevar por la cultura y las ideologías imperantes. ¿Cómo lograr esto? Ten como manual de vida la Biblia.
5. Sé una mujer sabia.
Conoce la Palabra de Dios y toma decisiones basadas en las Escrituras y no en tus emociones. Abre tu boca con sabiduría, y que haya enseñanza de bondad en tu lengua (Prov. 31:26).
6. Sé una mujer diligente.
Enfocada en el hogar. «Se levanta cuando aún es de noche… ella no come el pan de ociosidad» (Prov. 31:27).
7. Sé una mujer agradecida.
Colosenses 2:7 y 3:15 son un excelente recordatorio para ser agradecidas: «Firmemente arraigados y edificados en Él y confirmados en su fe, tal como fueron instruidos, rebosando de gratitud»; «Que la paz de Cristo reine en sus corazones, a la cual en verdad fueron llamados en un solo cuerpo; y sean agradecidos».
8. Busca el contentamiento.
Una «mamá teóloga» ha aprendido el secreto del contentamiento, a estar contenta con lo que tiene porque sabe que tiene un Padre en los cielos que la ama y provee lo necesario para ella. Un padre que nunca la dejará ni la abandonará. Es una mujer que hace tesoros en el cielo.
9. Sé una mujer libre de resentimientos y amargura.
Una «mamá teóloga» ha aprendido que la amargura contamina y entonces busca perdonar como ella misma fue perdonada.
10. Sé una sierva.
Una «mamá teóloga» vive para servir a los demás y no para ella misma y sus comodidades. ¿Es este tu caso?
Recursos recomendados:
- Reseña del libro «Mujeres piadosas: grandes hombres y sus madres».
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