Enseña la verdadera prosperidad
Las mujeres y las madres son el blanco del mercadeo actual, así que la mejor manera de amar a nuestros hijos en enseñarles que no cedemos a nuestros deseos porque hay cosas más importantes en las cuales colocar nuestra mirada, que es: la formación de identidad y, sobre todo, el que reconozcan su necesidad de salvación en el evangelio de nuestro Señor Jesucristo. ¡Escucha más en el episodio de hoy!
Frases destacadas del episodio de hoy:
- Las redes sociales y el internet han traído un gran cambio a nuestras vidas, y pareciera que el internet nos hizo fácil muchas cosas, tanto que no nos damos cuenta que podemos caer en un consumismo que prende una luz en nuestros corazones para ceder nuestros deseos hacia todo lo que nos ofrece a tan solo un «clic».
- Lo único que no cambia es la Palabra de Dios, ella es la única que permanece …
Las mujeres y las madres son el blanco del mercadeo actual, así que la mejor manera de amar a nuestros hijos en enseñarles que no cedemos a nuestros deseos porque hay cosas más importantes en las cuales colocar nuestra mirada, que es: la formación de identidad y, sobre todo, el que reconozcan su necesidad de salvación en el evangelio de nuestro Señor Jesucristo. ¡Escucha más en el episodio de hoy!
Frases destacadas del episodio de hoy:
- Las redes sociales y el internet han traído un gran cambio a nuestras vidas, y pareciera que el internet nos hizo fácil muchas cosas, tanto que no nos damos cuenta que podemos caer en un consumismo que prende una luz en nuestros corazones para ceder nuestros deseos hacia todo lo que nos ofrece a tan solo un «clic».
- Lo único que no cambia es la Palabra de Dios, ella es la única que permanece y nunca pasará de moda.
- Las mujeres y las madres son el blanco del mercadeo actual, desde libros y aplicaciones hasta las diferentes maneras de cómo puedes cuidar a tu hijo. Muchos de esos bienes pueden ser de gran ayuda, pero la pregunta clave es: ¿son necesarios, son prioridad?
- Como madres estamos llamadas a enseñar a nuestros hijos la verdadera prosperidad y es prosperar nuestra alma andando en la verdad.
- El consumismo nos lleva a dejar de prestar atención a la crianza de nuestros hijos, nos aleja de lo más importante que es vivir con lo que tenemos para disfrutar de nuestros hijos y de cómo Dios los ha confeccionado a cada uno de ellos.
- Las redes sociales, las aplicaciones o las rutinas no son el problema, sino cómo nosotras las manejamos.
- La mejor manera de amar a nuestros hijos es enseñarles que no cedemos a nuestros deseos porque hay cosas más importantes en las cuales colocar nuestra mirada, que es: la formación de identidad y, sobre todo, el que reconozcan su necesidad de salvación en el evangelio de nuestro Señor Jesucristo.
- La relación con Dios y el crecimiento en santidad deben ser nuestras prioridades principales a enseñar a nuestros hijos.
- Cualquier bendición material que recibamos debe ser vista como una oportunidad para glorificar a Dios y ser de bendición para otros.
- La verdadera prosperidad incluye la paz y la relación con Dios a través de Cristo. Él es nuestra mayor riqueza.
- Cuanto más atesoremos a Cristo, más vamos a querer que nuestros hijos atesoren a Cristo.
- Nuestra vida abundante no es lo que poseemos, sino ser conocidas por Dios y el querer que nuestros hijos aprendan que la verdadera prosperidad se encuentra en la vida abundante que Cristo nos da.
- No caigamos en el consumismo que este mundo ofrece y que tenemos disponible a un solo clic. Abundemos en enfatizarles a nuestros hijos que la vida en abundancia, la verdadera prosperidad, es conocer a Dios por medio de Cristo.
- Ama a tus hijos enseñándoles la verdad, priorizando la verdad y viviendo la verdad junto a ellos.
Pasajes bíblicos para ser alentada:
«Amado, ruego que seas prosperado en todo así como prospera tu alma, y que tengas buena salud. Pues me alegré mucho cuando algunos hermanos vinieron y dieron testimonio de tu fidelidad a la verdad, esto es, de cómo andas en la verdad. No tengo mayor gozo que este: oír que mis hijos andan en la verdad». –3 Juan 1:2-4
Recursos recomendados:
- Blog, Una mujer satisfecha
- Blog, Gracias por no darme lo que pedí
- Plenaria Mujer Verdadera ’23, ¿En qué consiste la abundancia bíblica?
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