¿Cómo puedo cultivar la obediencia en mis hijos?

Temporada: Primera temporada | Temas: Maternidad , Niños y Adolescentes

Las familias son el primer campo misionero para el evangelio, por eso no podemos descuidar el hermoso llamado de Tito 2. Dentro de este llamado que tenemos como madres es importante enseñar a nuestros hijos a tener límites, y tener límites es diferente a tener reglas. Laura González nos explica cuál es la diferencia entre estas dos y por qué es importante.

Los límites

Los límites funcionan como vallas protectoras para nuestros hijos, ayudándoles a mantenerse en el lugar correcto, limitando sus opciones mientras van creciendo en el dominio propio y el auto-gobierno.
Los límites tienen que ver con consecuencias que ellos acarrean sobre sí cuando son traspasados.
Los límites son colocados por los padres y los padres pueden ajustar estos límites a medida que los hijos van aprendiendo y creciendo.
Los límites no son puestos para controlar a nuestros hijos, sino para su seguridad y beneficio.
Los límites son …

Los límites

Los límites funcionan como vallas protectoras para nuestros hijos, ayudándoles a mantenerse en el lugar correcto, limitando sus opciones mientras van creciendo en el dominio propio y el auto-gobierno.
Los límites tienen que ver con consecuencias que ellos acarrean sobre sí cuando son traspasados.
Los límites son colocados por los padres y los padres pueden ajustar estos límites a medida que los hijos van aprendiendo y creciendo.
Los límites no son puestos para controlar a nuestros hijos, sino para su seguridad y beneficio.
Los límites son muestras claras y contundentes que le enseñan a nuestros hijos qué pueden hacer y qué no pueden hacer. Les enseñan qué cosas pueden o no ser toleradas, y las consecuencias inmediatas que conlleva traspasar un límite.
Los límites deben ser claros y específicos, y en la medida que se respeten van a traer un buen funcionamiento del hogar y de la relación con los niños.

Contraste entre reglas y límites

La regla dice 👇🏼	Los límites enseñan 👇🏼
«¡No tires la comida en el piso!».	«Si tiras la comida en el piso, te voy a retirar el plato y no tendrás nada más que comer».
«¡No le pegues a tu hermano!».	Tomarlo de las manos y mirarlo a los ojos y dile: «¡No le puedes pegar a tu hermano!». Entonces, llevarlo a su habitación por un rato.
«¡Está prohibido usar tu dispositivo o tableta electrónica en las noches!».	«A las 9:00 p.m. vamos a retirar todos sus aparatos electrónicos».
«¡Mantén tu habitación recogida!».	«Si la habitación no está recogida, no pueden salir a jugar».

Nota que en cada uno de estos casos ya no es el niño o niña el que está en control, sino el padre o madre. Ellos podrán o no elegir seguir las instrucciones (de eso no tienes control), pero sí tendrás control de las consecuencias que vas a imponer.
Cada una de estas consecuencias debe ocurrir; deben ser reforzadas y los niños deben saber de antemano qué consecuencia esperar si violan los límites. Cuando tus hijos noten que tú no cedes ante las reglas que anteriormente has impuesto, aprenderán a respetar.
Los límites seguros y sanos van a conducir a una relación más armoniosa y van a cultivar la obediencia en los niños.

¿Cómo se ve esto en la Biblia?:

«Y el Señor dijo a Moisés: “Desciende, advierte al pueblo, no sea que traspasen los límites para ver al Señor y perezcan muchos de ellos. También que se santifiquen los sacerdotes que se acercan al Señor, no sea que el Señor irrumpa contra ellos”. Y Moisés dijo al Señor: “El pueblo no puede subir al monte Sinaí, porque Tú nos advertiste: ‘Pon límites alrededor del monte y santifícalo’”. Entonces el Señor le dijo: “Ve, desciende, y vuelve a subir, tú y Aarón contigo; pero que los sacerdotes y el pueblo no traspasen los límites para subir al Señor, no sea que Él se lance contra ellos”. Descendió, pues, Moisés y advirtió al pueblo». –Éxodo 20:21–25