Día 88 | 1 Samuel 27 – 29
1. En ocasiones el temor nos lleva a olvidar las promesas de Dios, y en un intento de huir de Saúl, de nuevo vemos a David confiando en su propia prudencia, escondiéndose una vez más entre los filisteos. David confió en su enemigo más que en su Señor.
David estuvo entre ellos junto con sus 600 hombres, un año y cuatro meses. En ese tiempo se ganó la confianza de Aquis, rey de Gat, al punto de convertirse en su guarda personal. David lo engañó, haciéndole creer que estaba haciendo batalla contra el pueblo de Israel.
David confiaba en Dios para batallar contra los enemigos de Israel en este tiempo, pero temía a Saúl (27:8-9).
- ¿Puedes pensar en alguna circunstancia en tu propia vida cuando el temor te llevó a dudar de las promesas de Dios y a tratar de salvarte a ti misma?
2. Saúl se llena de temor …
1. En ocasiones el temor nos lleva a olvidar las promesas de Dios, y en un intento de huir de Saúl, de nuevo vemos a David confiando en su propia prudencia, escondiéndose una vez más entre los filisteos. David confió en su enemigo más que en su Señor.
David estuvo entre ellos junto con sus 600 hombres, un año y cuatro meses. En ese tiempo se ganó la confianza de Aquis, rey de Gat, al punto de convertirse en su guarda personal. David lo engañó, haciéndole creer que estaba haciendo batalla contra el pueblo de Israel.
David confiaba en Dios para batallar contra los enemigos de Israel en este tiempo, pero temía a Saúl (27:8-9).
- ¿Puedes pensar en alguna circunstancia en tu propia vida cuando el temor te llevó a dudar de las promesas de Dios y a tratar de salvarte a ti misma?
2. Saúl se llena de temor delante de los filisteos. En su deseo de saber qué hacer busca la dirección de los muertos, y consulta una adivina. Dios ya lo había abandonado, y había dejado de escucharle y de comunicarse con él. En lugar de preguntarse por qué Dios no le estaba hablando y considerar su propia rebelión, Saúl de nuevo ignora los mandamientos divinos, mandamientos que hasta la adivina conocía (v. 28:9). Dios había sido claro en dejar saber al pueblo que nunca debían consultar espíritus o recurrir a la adivinación (Ex. 22:18; Lev 19:31; 20:27, Dt. 18:10). Saúl estaba consciente de que estaba obrando mal ya que se disfrazó para el encuentro.
«Cuando venga como tormenta lo que temen y su calamidad sobrevenga como torbellino, cuando vengan sobre ustedes tribulación y angustia. Entonces me invocarán, pero no responderé; Me buscarán con diligencia, pero no me hallarán, porque odiaron el conocimiento, y no escogieron el temor del Señor, ni quisieron aceptar mi consejo, y despreciaron toda mi reprensión. Comerán del fruto de su conducta, y de sus propias artimañas se hartaran». –Proverbios 1:27-32 (NBLA)
- ¿Valoras el consejo de Dios y lo obedeces, o consultas cartas, horóscopos o videntes para “conocer la voluntad de Dios”? Tienes un Dios todopoderoso que lo conoce todo, lo gobierna todo y te ama. Arrepiéntete y pon tu confianza en Él.
Recuerda: Caminamos por fe y no por vista. Confía en lo que Dios ha revelado en Su Palabra. Confía en Su bondad, fidelidad y cuidado. Sus planes para ti son buenos.
«Busquen al Señor mientras puede ser hallado, llámenlo en tanto que está cerca». –Isaías 55:6 (NBLA)
3. Samuel aparece y vuelve a decirle lo mismo que le había dicho cuando estaba vivo: «El Señor ha hecho conforme a lo que dijo por medio de mí; y el Señor ha arrancado el reino de tu mano, y se lo ha dado a tu prójimo, a David» (v. 28:17 NBLA)
- Lee el relato del rico y Lázaro en Lucas 16:19-31. ¿Qué similitudes puedes encontrar con este encuentro entre Samuel y Saúl?
Saúl esperaba encontrar ayuda en Samuel, pero recibió su juicio. Saúl era incapaz de escuchar y obedecer a Dios.
- ¿Y tú? ¿Buscas y escuchas la voz de Dios a través de Su Palabra? ¿La obedeces?
- ¿Qué puedes aprender del ejemplo de Saúl?
4. Como era de esperar, los filisteos comenzaron a dudar de la fidelidad de David hacia ellos, y recomendaron a Aquis no permitir que éste fuera a la batalla contra Israel. Con mucha gracia y gratitud Aquis pide a David partir con su pueblo.
Dios libró a David de batallar contra sus hermanos israelitas, pero esto no es excusa para ser hipócritas y engañar.
Lección: no es sabio ni conveniente confraternizar con el enemigo.
Como David, tendemos a desconfiar del cuidado de Dios, tendemos a tratar de salvarnos a nosotras mismas, tendemos a tratar de controlar las situaciones y de caminar por nuestra propia prudencia. ¡Alabado sea Dios por su misericordia!
«No nos ha tratado según nuestros pecados, ni nos ha pagado conforme a nuestras iniquidades. Porque como están de altos los cielos sobre la tierra, así es de grande Su misericordia para los que le temen. Como está de lejos el oriente del occidente, así alejó de nosotros nuestras transgresiones. Como un padre se compadece de sus hijos, así se compadece el Señor de los que le temen. Porque Él sabe de qué estamos hechos, se acuerda de que solo somos polvo». –Salmos 103:10-14 (NBLA)
*Ofertas disponibles solo durante la emisión de la temporada de podcast.
Únete a la conversación