Día 81 | 1 Samuel 10 – 12

En el Antiguo Testamento vemos cómo Dios capacitaba con el Espíritu Santo a los siervos que Él llamaba a cumplir una función. En la lectura de hoy vemos al profeta Samuel ungiendo con aceite a Saúl, al rey solicitado por el pueblo, al hombre que Dios había elegido para esta función.

Hoy leemos que «Dios le cambió el corazón» (v. 10:9) a Saúl. Conociendo la historia de Saúl, sabemos que esto no se trata de una «conversión», sino que Dios inclinó su corazón para que cumpliera la asignación que Él había determinado. 

«Como canales de agua es el corazón del rey en la mano del Señor; Él lo dirige donde le place». –Proverbios 21:1

• A la luz de las cargas y preocupaciones que tienes por la vida y elecciones de algunas personas queridas en tu vida, ¿trae paz a tu corazón saber que Él tiene todos los corazones en Sus manos y los dirige como le place? 
• ¿Cómo cambian tus oraciones a la luz de este entendimiento?

Saúl comenzó a vivir su llamado de una manera humilde. Samuel le dio instrucciones que debía seguir y así lo hizo. Incluso se «escondió entre el bagaje» (v. 10:2) cuando Samuel lo iba a presentar al pueblo. Pero veremos que poco a poco comenzó a confiar más y más en sí mismo y a rebelarse contra Dios.

La victoria de Saúl sobre los amonitas (vv.11:1-15), su sabia decisión de no matar a los que estaban en contra de su reinado y su reconocimiento que el Señor le había dado la victoria, confirmó el liderazgo y el reinado de Saúl.

Mientras Saúl cumple con su función de Rey, Samuel sigue desempeñándose como profeta y sacerdote, aconsejando sabiamente al pueblo y recordándoles lo que Dios había hecho por ellos. Samuel había actuado íntegramente delante del pueblo (vv. 12:3-5). Ahora iniciaba el reinado de Saúl. 

Samuel:

• Recordó al pueblo que Dios eligió a Saúl en respuesta a la solicitud del pueblo, habiendo ellos desechado a Dios.
• Recordó las leyes del Reino al pueblo.
• Recordó al pueblo que tanto ellos como el rey debían obedecer la voz del Señor:
  • No olvidar las grandes cosas que Él había hecho por el pueblo.
  • Debían siempre temer a Dios y servirle de todo corazón.
  • Debian apartarse de la vanidad.

A pesar de haber desechado a Dios, si ellos hacían estas cosas, en Su gran misericordia Dios no los desampararía.

• ¿Qué puedes aprender del ejemplo de liderazgo espiritual de Samuel?
• ¿Cómo puedes aplicar la exhortación o recordatorio de Samuel a tu propia vida?

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