Día 72 | Jueces 7 – 9
Dios había asegurado a Gedeón que entregaría a los madianitas en sus manos, y hoy vemos la derrota de ese pueblo, en manos de Gedeón.
1. Dios debilita a Gedeón antes de ir a la batalla.
Me llama la atención la forma como Dios redujo el pueblo antes de la batalla. No solo lo redujo, sino que su forma de determinar quién iría a la batalla no tenía nada que ver con la preparación de esos hombres (vv. 7:4-7). Humanamente es imposible comprender por qué Dios quisiera hacer esto, siendo los madianitas, «como langostas en multitud, y sus camellos eran innumerables, como la arena que está a la ribera del mar en multitud». (v. 7:12 RV60).
- ¿Qué crees que quiso probar Dios al usar ese método tan inusual y al reducir el número de los hombres que podían ir a la batalla?
«Porque la necedad de Dios …
Dios había asegurado a Gedeón que entregaría a los madianitas en sus manos, y hoy vemos la derrota de ese pueblo, en manos de Gedeón.
1. Dios debilita a Gedeón antes de ir a la batalla.
Me llama la atención la forma como Dios redujo el pueblo antes de la batalla. No solo lo redujo, sino que su forma de determinar quién iría a la batalla no tenía nada que ver con la preparación de esos hombres (vv. 7:4-7). Humanamente es imposible comprender por qué Dios quisiera hacer esto, siendo los madianitas, «como langostas en multitud, y sus camellos eran innumerables, como la arena que está a la ribera del mar en multitud». (v. 7:12 RV60).
- ¿Qué crees que quiso probar Dios al usar ese método tan inusual y al reducir el número de los hombres que podían ir a la batalla?
«Porque la necedad de Dios es más sabia que los hombres, y la debilidad de Dios es más fuerte que los hombres». –1 Corintios 1:25
Por su fe Gedeón pudo derrotar a los madianitas (¡tan solo 300 hombres contra un ejército de más de 135,000 soldados!). Dios es quien da sabiduria a los ignorantes, poder al débil, valentía al temeroso, y fuerzas a los cansados.
- ¿Conoces a ese Dios? ¿Confias y descansas en Su sabiduría, poder, y fortaleza en tu propia vida?
«... el pueblo que conoce a su Dios se mostrará fuerte y actuará». –Daniel 11:32
2. Dios toma en consideración nuestras debilidades.
Ayer vimos que Gedeón era temeroso y dudaba que pudiera libertar a Israel (v. 6:15). En la lectura de hoy vemos que Dios toma en cuenta sus temores e inseguridades. El Señor mismo le anima a bajar hasta Fura para escuchar una conversación entre dos madianitas acerca de un sueño que interpretaron como la derrota segura a manos de Gedeón. Esto llena a Gedeón de valor para echar andar a su ejército. Los madianitas fueron confundidos, se llenaron de pánico, y terminaron huyendo.
- Lee los versiculos 7:15, 7:17 y 7:18. ¿Qué lecciones podemos aprender del liderazgo de Gedeón?
- ¿Qué debilidades percibidas te impiden hacer aquello que Dios te llama a hacer? ¿Cómo te anima saber que Dios obra por encima y a pesar de nuestras debilidades?
3. Somos capaces de pasar del temor y la inseguridad, a la ira y venganza.
Regresando de la batalla, y aun persiguiendo a los madianitas, Gedeón pasa por los de Sucot y los de Peniel, y ambos le niegan comida para aliviar el cansancio. Temían que los madianitas se volvieran contra ellos si no habían sido totalmente derrotados aun.
En consecuencia, quizás algo inflado en su orgullo debido a la batalla recién ganada, a su regreso de capturar a Zeba y Zalmuna (los reyes de Madián que aún no habían sido capturados) Gedeón castiga a los de Sucot con espinos y abrojos y derriba una torre en Peniel. Gedeón no estaba justificado en esta acción, pero al mismo tiempo Dios muestra a través de esta acción que nadie puede burlarse de los instrumentos de Dios y no cosechar consecuencias.
4. Los instrumentos que Dios usa a veces no terminan bien.
Tan pronto Gedeón obtuvo la victoria, los Israelitas querían idolatrar, no solo a él, sino a su hijo y nieto también. Ellos querían dar la gloria al hombre en lugar de a Dios. ¿Cuál fue la respuesta de Gedeón? (ver vv. 8:22-23).
Sin embargo, el corazón del hombre es una fábrica de ídolos, y aunque pasó esa prueba inicial, inmediatamente después Gedeón codició. Él anima al pueblo a traerle zarcillos y oro, collares y vestidos para hacer un efod.
«Gedeón hizo de ello un efod, y lo colocó en Ofra, su ciudad, con el cual todo Israel se prostituyó allí, y esto vino a ser ruina para Gedeón y su casa». –v. 8:27 (NBLA)
Gedeon y su familia cayeron en la misma idolatría de los pueblos que los rodeaban.
Lee 2 Timoteo 4:7. ¿Cuál debe ser el anhelo de todo creyente?
5. La idolatría y el sincretismo son terreno de cultivo para las pasiones de la carne. Tan pronto murió Gedeón, el pueblo comenzó a adorar otra vez los dioses falsos.
En medio de tanta idolatría no es sorprendente que Abimelec, el hijo de Gedeón (o Jerobaal; ver v. 8:35) y una concubina, se levantara para usurpar el poder matando a sus hermanos. Pero Dios no puede ser burlado. En ocasiones Él usa los hombres mismos para que sean instrumento de juicio en sus manos, y así sus propósitos y para impartir justicia.
¿Cómo ves esto último cumplirse en la vida de Abimelec? (vv. 9:56-57)
«La integridad de los rectos los guiará, pero la perversidad de los traidores los destruirá». –Proverbios 11:3 (NBLA)
6. De nuevo vemos a Dios usar la valentía de una mujer para salvar al pueblo (vv. 9:51-53).
¿Qué piensas que quiso mostrar Dios con ese desenlace?
¡Cuán rica es la Palabra de Dios! ¡Comparte lo que Dios te mostró a ti debajo!
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