Día 65 | Josué 8 – 10
Recapitulemos…
En la lectura de ayer vimos que el pueblo de Israel perdió la guerra contra los de Hai. Esto sucedió porque los israelitas desobedecieron a Dios, pues Acán tomó del anatema de Jericó que estaba prohibido (Jos. 7:10-12), causando no solo su muerte, sino también la de su familia (Jos. 7:24-25).
Esta situación resulta triste porque el pueblo había afirmado anteriormente, por voluntad propia, que iban a hacer y obedecer todo lo que Josué les mandara si Jehová estaba con él como estuvo con Moisés (Jos. 1:16-17); pero ahora, ellos no habían cumplido su palabra, sino que habían desobedecido tomando del anatema, pecando así contra Dios. Esto trajo como consecuencia la derrota al enfrentar en batalla a los de Hai. ¿Cómo crees que se sentía Josué? ¿Cómo te hubieras sentido tú si hubieras estado en el lugar de Josué?
En estas circunstancias es que comenzamos el capítulo 8. Y …
Recapitulemos…
En la lectura de ayer vimos que el pueblo de Israel perdió la guerra contra los de Hai. Esto sucedió porque los israelitas desobedecieron a Dios, pues Acán tomó del anatema de Jericó que estaba prohibido (Jos. 7:10-12), causando no solo su muerte, sino también la de su familia (Jos. 7:24-25).
Esta situación resulta triste porque el pueblo había afirmado anteriormente, por voluntad propia, que iban a hacer y obedecer todo lo que Josué les mandara si Jehová estaba con él como estuvo con Moisés (Jos. 1:16-17); pero ahora, ellos no habían cumplido su palabra, sino que habían desobedecido tomando del anatema, pecando así contra Dios. Esto trajo como consecuencia la derrota al enfrentar en batalla a los de Hai. ¿Cómo crees que se sentía Josué? ¿Cómo te hubieras sentido tú si hubieras estado en el lugar de Josué?
En estas circunstancias es que comenzamos el capítulo 8. Y las primeras palabras del versículo 1 me resultan muy alentadoras ante la derrota que habían tenido:
«Entonces el Señor dijo a Josué: “No temas ni te acobardes (...)”». –Josué 8:1
¿Recuerdas donde habíamos leído estas palabras antes? Vamos a Josué 1:9
«¿No te lo he ordenado Yo? ¡Sé fuerte y valiente! No temas ni te acobardes, porque el Señor tu Dios estará contigo dondequiera que vayas».
La Biblia no nos dice si Josué estaba triste, frustrado, furioso o confundido ante la situación que vivía (desobediencia del pueblo y derrota contra los de Hai); pero sí nos dice las palabras que Jehová le dijo en ese momento, y son las mismas palabras que le dijo cuando lo estaba preparando para la conquista de la tierra prometida después de la muerte de Moisés. ¡Qué reconfortante debió haber sido para Josué recordar esto de parte del Señor!
Este acontecimiento me hace recordar las palabras de Jesús en Juan 14:27:
«La paz les dejo, Mi paz les doy; no se la doy a ustedes como el mundo la da. No se turbe su corazón ni tenga miedo».
Mientras tenemos este tiempo de espera antes de reinar para siempre con Cristo, tenemos la promesa de que el Espíritu Santo está en nosotras, y que la paz de Dios que tenía Josué también puede ser nuestra. Por lo tanto, el Señor nos dice: «No se turbe su corazón, ni tenga miedo», «(...) yo estoy con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo» (Mt. 28:20).
- ¿Hay alguna situación que te está afectando y necesitas entregar en las manos de Dios para descansar en Él? Toma un tiempo para meditar en esto.
Y bueno, resulta que después de que el pueblo se santificó ganaron la batalla contra Hai. ¿Por qué? Encuentra la respuesta en Josué 8:1b y 8:7b. «Mira, he entregado en tu mano al rey de Hai, su pueblo, su ciudad y su tierra», «(...) porque el Señor su Dios la entregará en sus manos».
Así es, ellos salieron victoriosos porque el Señor les había dado la victoria. Y vemos esta misma dinámica en otras porciones como 6:2, 6:16; 10:8, 10:19. ¿No es maravilloso? Gracias sean dadas a Dios por su misericordia en medio de nuestros pecados y fallas.
«Porque de Él, por Él y para Él son todas las cosas». –Romanos 11:36
Josué siempre proclamaba que su victoria provenía de Jehová. Por esto, le honraba al reconocer ante el pueblo que Jehová les había dado la victoria; también glorificaba a Dios con hechos, pues construyó un altar y ofreció ofrendas en honor a Jehová.
- Cuando pasamos por pruebas y dificultades somos prontos en buscar a Dios y pedir su ayuda; pero, ¿le recuerdas cuando te ha dado la victoria ante alguna situación?
Josué honraba la Palabra de Dios, meditaba en ella y se ocupaba en instruir al pueblo en la ley de Dios. Tampoco, se daba crédito por hacer las cosas bien y tener buenas estrategias, sino que daba gloria a Dios por ello.
- ¿Meditas en la Palabra de Dios como Josué lo hacía? ¿Su Palabra está escrita en tu corazón y no te apartas de ella?
- ¿Los que te rodean en casa, tus hijos o hermanos pueden ver que la Palabra de Dios está en ti?
*Ofertas disponibles solo durante la emisión de la temporada de podcast.
Únete a la conversación