Día 357 | II Pedro
Al iniciar su carta, Pedro se identifica como siervo y apóstol. Este orden debería llamarnos la atención. Primero, se presenta como uno que está a la disposición de su amo por voluntad propia, y luego como uno que ha sido enviado con plena autoridad de Jesucristo. Pudiéramos detenernos ahí y observar nuestras vidas a la luz de la presentación de Pedro, ¿es nuestro servicio a Cristo lo que primero caracteriza nuestra forma de vivir? ¿Estamos sometidas al Señorío de Cristo sobre todas las cosas?
Pedro dirige su carta a «los que han recibido una fe como la nuestra, mediante la justicia de nuestro Dios y Salvador, Jesucristo», esto nos puede dar a entender que se refiere a un público más general aunque en capítulo 3, versículo 1, dice: «Amados, esta es ya la segunda carta que os escribo, en las cuales, como recordatorio, despierto en vosotros vuestro sincero entendimiento». Esto …
Al iniciar su carta, Pedro se identifica como siervo y apóstol. Este orden debería llamarnos la atención. Primero, se presenta como uno que está a la disposición de su amo por voluntad propia, y luego como uno que ha sido enviado con plena autoridad de Jesucristo. Pudiéramos detenernos ahí y observar nuestras vidas a la luz de la presentación de Pedro, ¿es nuestro servicio a Cristo lo que primero caracteriza nuestra forma de vivir? ¿Estamos sometidas al Señorío de Cristo sobre todas las cosas?
Pedro dirige su carta a «los que han recibido una fe como la nuestra, mediante la justicia de nuestro Dios y Salvador, Jesucristo», esto nos puede dar a entender que se refiere a un público más general aunque en capítulo 3, versículo 1, dice: «Amados, esta es ya la segunda carta que os escribo, en las cuales, como recordatorio, despierto en vosotros vuestro sincero entendimiento». Esto puede ayudarnos a entender que se refería a los mismos creyentes de su primera carta. Lo importante es que, si tú, al igual que Pedro has recibido fe mediante la obra de Cristo, sin lugar a dudas esta carta es para ti.
Reflexionemos en algunos de los temas principales de esta carta:
- El resultado de conocer íntimamente a Jesús es el acceso directo a todo lo que necesito para agradarle (2 Pedro 1:2-3).
- Un día vendrá en el que estaremos cara a cara con el Salvador, ya no habrá corrupción de la que tengamos que huir, solo correremos a una dirección, a sus brazos. ¡Esa es una promesa segura! (2 Pedro 1:4).
- Hemos recibido todo lo que nos hace falta para vivir para Dios y tan solo al creer las maravillosas promesas encontradas en su Palabra también tenemos el privilegio de participar en Su naturaleza divina y escapar de toda corrupción.
- Nunca podremos añadir a lo que Jesús hizo por nosotras en la cruz, su obra está completa, pero sí podemos esforzarnos para vivir de una forma que honre la Buena Noticia que hemos creído. ¿Cómo podemos esforzarnos? En añadir a nuestra fe, virtudes que adornan nuestro caminar con Dios (2 Pedro 1:5-7).
- El ejercicio de añadir virtudes a nuestra fe es la cura para el ocio, la torpeza, la ceguera y nos previene de olvidar la obra de Cristo a nuestro favor (2 Pedro 1:8-11).
- Si estás firme en la verdad, entonces ¡necesitas recordarla cada día! (2 Pedro 1:12-18).
- La Palabra de Dios es segura. La Palabra de Dios brilla en la oscuridad. Dios es el autor de toda la Biblia (2 Pedro 1:19-21).
- Características de los falsos maestros (2 Pedro 2):
- Se levantarán entre el pueblo de Dios.
- Negarán al Cristo de la Biblia.
- Te llevarán a blasfemar la verdad.
- Recibirán condenación.
- Se entregan a sus deseos sexuales.
- Desprecian la autoridad, no son sumisos.
- Son orgullosos y arrogantes.
- Desafían a las huestes celestiales.
- Seducen a las almas inestables.
- Están llenos de avaricia y de amor por el dinero.
- Alardean y se jactan de sí mismos aún cuando dicen tonterías.
- La Palabra de Dios es la única cura para la amnesia espiritual. Mientras esperamos la venida de nuestro Salvador, la Escritura nos servirá de recordatorio ante los ataques internos y externos (2 Pedro 3:1-10).
- Todo lo que no sea el fruto de nuestra santidad y devoción a Cristo será destruido y convertido en cenizas. Lo único que permanecerá será lo que posee valor eterno. Espera con ansias la venida de Cristo y vive para apresurarla mientras proclamas el Evangelio con tus palabras y con tu vida (2 Pedro 3:11-16).
- Cuando crecemos en gracia y en el conocimiento de Cristo podremos estar preparadas para hacer frente ante un mundo de mentiras que trata de hacernos resbalar para caer en el error. Conocer a Cristo nos empuja a crecer en la gracia que hemos recibido, Él es la piedra angular en la que estamos firmemente ancladas, Él es nuestra autoridad absoluta, quien define quienes somos y cómo vivimos. ¡Ármate con la Palabra de Dios y vigila cuidadosamente tus pasos! (2 Pedro 3:17-18).
Mientras creces en la gracia y en el conocimiento de Cristo tu corazón se llenará de alabanza al igual que Pedro al cierre de su carta: «A Él sea la gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén».
En la medida en la que disfrutamos de ese perdón inmerecido, de la misericordia que se renueva cada día, creceremos en el entendimiento del carácter de Dios y le daremos toda la gloria por toda la eternidad. Oro que nuestros corazones anhelen ese día y juntas podamos decir: ¡Amén!
Reflexionemos
- ¿Cómo cambia tu perspectiva al saber que Dios te ha concedido todo lo que necesitas para agradarle?
- ¿En cuál área reconoces que necesitas añadir a tu fe?
- ¿Cuáles de las características mencionadas por Pedro has visto en los falsos maestros a tu alrededor?
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