Día 356 | I Pedro

Esta carta inicia con un saludo que no podemos pasar por alto: «Pedro, apóstol de Jesucristo». Tan solo su presentación es motivo de alabanza a Dios por su increíble y transformadora gracia. El mismo Pedro que lo negó tres veces es quien hoy introduce una carta a la iglesia acerca de cómo perseverar en fidelidad en medio de la persecución. ¡Ese es el poder del Evangelio en nuestras vidas! Este saludo nos llena de esperanza, Dios tiene el poder para cambiarnos sin importar cuan bajo hayamos caído porque Su gracia convierte a traidores en aliados.

Pedro dirige esta carta a los expatriados de la dispersión en el Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia. Estos eran cristianos en sufrimiento que estaban en Asia Menor porque habían huido de la persecución. Y también está dirigida a ti y a mí.

Expatriado quiere decir que vive fuera de su patria. Si eres una hija de Dios entonces Él te ha otorgado una nueva naturaleza y una nueva ciudadanía. Tú te has convertido en extranjera aún si vives en el país en el que naciste, pues ahora perteneces a la Ciudad de Dios. Este mundo ya no es tu hogar, no será tu domicilio permanente, solo estás aquí de forma temporal.

¡Esta carta es un baúl de ánimo para el corazón que sufre por seguir a Cristo! Porque la misma relevancia que estas palabras pudieron tener para los que recibieron esta carta en sus manos en Asia Menor, la tiene también para una mujer que está siendo empujada por el mundo a tambalear de su firmeza en Cristo.

Aquí te comparto un resumen de algunas de las verdades centrales en esta carta y un enlace para que las explores más a fondo:

1. ¡Hemos sido creadas para obediencia a Cristo a través del poder de Su Evangelio! Dios te escogió en Jesús y eso es lo que te define, eres una extranjera en la tierra y una elegida en el cielo. 1 Pedro 1:1-2
2. Dios nos ha hecho nacer de nuevo a una esperanza viva por medio de la resurrección de Cristo. 1 Pedro 1:3-5
3. Permanecer firme en medio de las aflicciones demostrará una fe que dará como resultado alabanza, gloria y honor cuando Jesús sea manifestado. 1 Pedro 1:6-7
4. Amar, confiar y gozarse en Cristo en medio de las dificultades es una evidencia del resultado de nuestra fe y la salvación de nuestras almas. 1 Pedro 1:8-12
5. Cuando el mundo te grite «¡Dale riendas sueltas a tu mente!», alista tu mente para poner tu esperanza en tu Salvador. 1 Pedro 1:13
6. Que tu testimonio honre la santidad de Dios en toda tu manera de vivir. 1 Pedro 1:14-16
7. El temor a Dios se trata de amarlo y atesorarlo tanto que tengamos terror de huir de Él. 1 Pedro 1:17-21
8. El Evangelio te capacita para amar a tus hermanos en la fe de todo corazón. 1 Pedro 1:22-25
9. Exponerte a la Palabra de Dios no quedará sin efecto, producirá cambios, cambiará tu forma de pensar, tu manera de verte a ti misma y de ver a Dios y lo más hermoso: te dará el privilegio de gustar la bondad de Dios. 1 Pedro 2:1-3
10. Cristo es el fundamento y la base de nuestra fe y quien ponga su confianza en Él nunca será avergonzado. 1 Pedro 2:4-8
11. El propósito de la identidad que has adquirido en Cristo es que tu vida manifieste el carácter de Dios. 1 Pedro 2:9-10
12. Ya no estamos encadenadas por el pecado, ahora podemos servir gozosa y libremente a nuestro Salvador. Podemos vivir para agradarle a Él. 1 Pedro 2:11-17
13. La forma en la que te relacionas con los demás debe ser adornada con la sumisión. 1 Pedro 2:18-25
14. La sumisión + buen testimonio = oportunidad para el Evangelio. 1 Pedro 3:1-7
15. La forma de responder ante la ofensa no se determina por la persona que te ha dañado, sino por el carácter de aquel que siendo ofendido hasta lo sumo, soportó y pagó cada maltrato con bien por amor a ti. Su nombre es Jesús. 1 Pedro 3:8-12
16. Que nuestra vida sea una pancarta que anuncie a todos que Cristo es nuestro Señor y Rey. ¡Esa es nuestra mejor y verdadera adoración! 1 Pedro 3:13-17
17. Jesús venció la muerte y su victoria es sobre todo poder, en la tierra y debajo de la tierra. Porque Él ha vencido podemos estar seguras de que nosotras también venceremos. 1 Pedro 3:18-22
18. Sufre por hacer el bien y vive para Dios. ¡Qué tu vida sea una celebración constante de la victoria de Cristo sobre el pecado! 1 Pedro 4:1-6
19. La templanza y la sobriedad son elementos claves para crecer en la oración. Una mente desenfrenada y seducida por emociones fuera de control no podrá experimentar la plenitud que se encuentra a los pies de Jesús. 1 Pedro 4:7-11
20. Mientras consagras tu vida a Dios y vives tu fe de una forma pública, experimentarás el rechazo y el escarmiento de los que se oponen a la verdad. ¡Eso no debería sorprenderte en lo absoluto! 1 Pedro 4:12-19
21. Aguardamos la esperanza de que un día vendrá el Príncipe de los Pastores y restaurará todas las cosas. 1 Pedro 5:1-4
22. Humillarse ante el gran poder de Dios es mirar a tu alrededor y reconocer que todo lo que acontece forma parte de Su plan de amor para tu vida. 1 Pedro 5:5-7
23. Cuando escuches el rugido espantoso del enemigo, cuando él quiera seducirte hacia el pecado, cuando te sientas que te ahoga el sufrimiento, cuando te sientas sacudida por el desaliento y el dolor, cuando quieras tirar la toalla y bajar la guardia, entonces es el momento de afirmarte en tu fe. 1 Pedro 5:8-11

Reflexionemos

• ¿Cómo ha cambiado tu entendimiento del sufrimiento después de leer esta carta?
• ¿De qué forma 1a Pedro ha cambiado tu forma de pensar?
• Revisa cada una de estas verdades y conviértelas en un motivo de oración.

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