Día 348 | I Timoteo
Pablo conoció a Timoteo en Listra durante uno de sus viajes misioneros (Hech 16:1). Era hijo de una mujer judía creyente y de padre griego. Timoteo se convirtió en hijo espiritual de Pablo y lo acompañó en muchos de sus viajes. La «epístola pastoral» que leímos hoy tenía la intención de dar instrucciones a Timoteo acerca de la iglesia de Éfeso. Pablo había mandado a Timoteo allí para instruir sobre ciertas doctrinas extrañas que se habían infiltrado, y para corregir y poner en orden ciertas cosas. Muchas de estas instrucciones son relevantes para nosotros hoy y para el buen funcionamiento de la iglesia local.
El hecho de que Timoteo debía corregir estas áreas nos indica que no estaban practicando estas cosas en la iglesia de Éfeso, y debían ser corregidas. La iglesia le pertenece a Dios, es columna y sostén de la verdad, y por tanto debía conducirse de una …
Pablo conoció a Timoteo en Listra durante uno de sus viajes misioneros (Hech 16:1). Era hijo de una mujer judía creyente y de padre griego. Timoteo se convirtió en hijo espiritual de Pablo y lo acompañó en muchos de sus viajes. La «epístola pastoral» que leímos hoy tenía la intención de dar instrucciones a Timoteo acerca de la iglesia de Éfeso. Pablo había mandado a Timoteo allí para instruir sobre ciertas doctrinas extrañas que se habían infiltrado, y para corregir y poner en orden ciertas cosas. Muchas de estas instrucciones son relevantes para nosotros hoy y para el buen funcionamiento de la iglesia local.
El hecho de que Timoteo debía corregir estas áreas nos indica que no estaban practicando estas cosas en la iglesia de Éfeso, y debían ser corregidas. La iglesia le pertenece a Dios, es columna y sostén de la verdad, y por tanto debía conducirse de una forma que contribuyese a la piedad (v. 3:15). La comunidad de la iglesia debe vivir la fe cristiana de manera fiel a las Escrituras y cuidarse de no distorsionar con sus prácticas la verdad que predica ante un mundo que observa. Todas las instrucciones de Pablo a Timoteo contribuirían a reflejar esta verdad que hemos abrazado.
El encargo de Pablo debió haber sido algo intimidante para este joven pues debía confrontar a los líderes de más edad en aquella iglesia. Pablo lo alienta a perseverar y le anima a enseñar sin temor, a no dejarse menospreciar por su juventud y poner en práctica sus dones, confiada y sobriamente. Le recomienda no entrar en argumentos y discusiones necias, sino a ser ejemplo, a disciplinarse para la piedad, a ocuparse de estudiar las Escrituras, y a enseñarlas fielmente. Le recuerda que este es un esfuerzo que vale la pena y que es solo posible porque nuestra esperanza está en el Salvador de todos, quien nos ayuda porque quiere que los creyentes permanezcan firmes. Pablo incluso le instruye cómo exhortar de manera apropiada a cada grupo (a los ancianos, a las ancianas y a los jóvenes). También le exhorta a no ser parcial en sus juicios (a no tener favoritismos) y a no imponer manos con ligereza (vv. 4:6 - 5:2; 21-22).
Pablo alienta a Timoteo a huir del amor al dinero y a perseguir la justicia, la piedad, el amor, la perseverancia, la amabilidad, y a pelear «la buena batalla de la fe». La carrera de la fe a veces se hace difícil, es larga, y por tanto requiere determinación, disciplina, enfoque y perseverancia.
Otras recomendaciones de Pablo para la iglesia de Éfeso que también son relevantes para nosotras hoy:
- Los argumentos y discusiones interminables no contribuyen a avanzar el plan de Dios.
Timoteo debía confrontar estas discusiones y no ser parte de ellas. El plan de Dios avanza por fe, no por argumentos. Algunos maestros de la ley estaban enseñando conceptos categóricos e imponiendo leyes de hombres (prohibiendo el casamiento y algunos alimentos, por ejemplo v. 4:3), estaban envanecidos, causando contiendas y pleitos y ministrando por dinero (v. 6:3-5), blasfemando la Palabra de Dios.
Muchos no estaban entendiendo ni poniendo en práctica el evangelio de la gracia de Dios que se recibe y vive por fe. Pablo mismo se pone como ejemplo de esta gracia en que, siendo el blasfemo, perseguidor y agresor, el primero de los pecadores, Dios lo tuvo por fiel poniéndolo en el ministerio. La gracia de Dios fue más abundante que su pecado, y por ello Dios recibe toda gloria (vv. 1:5-17).
Los reglamentos de hombres («no comas, no bebas, no toques») son para los que no han sido regenerados y no tienen la ley escrita en sus corazones. La ley, el ayo que los lleva a Cristo para ser justificados solamente por fe.
«De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe. Pero venida la fe, ya no estamos bajo ayo, pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús…». –Galatas 3:24-26
- Orar unos por otros y por los que están en autoridad, con gratitud.
Cuando una iglesia ora unida es un antídoto contra los conflictos y las discusiones. La oración contínua preserva y nutre las relaciones. Las iglesias deben orar también por las autoridades gubernamentales para que el evangelio pueda correr sin obstáculos y muchos vengan al conocimiento de Jesucristo. Todos estamos exhortados a orar, para dar gracias, para interceder y para pedir por nuestras necesidades.
- La mujer debe someterse al lugar que Dios le concedió en la creación (ella es ayuda del hombre).
Esta realidad debe ser visible en la iglesia mientras ella se somete calladamente al liderazgo y la enseñanza de los hombres. No es que la mujer no enseña, sino que debe limitarse al área de influencia que Dios le ha encomendado (ver Tito 2:3-5).
Es interesante la razón que Pablo da para esta instrucción: Adán fue creado primero y Eva fue la engañada. Ella cayó en transgresión, pero Dios le ha dado oportunidad de redimirse trayendo hijos al mundo y levantando una generación para Dios (te invito a ampliar más sobre este texto con esta publicación).
La mujer también debe conducirse con modestia y prudencia; vistiendo sencillamente y adornada de buenas obras más que de adornos externos (ver también 1 Pedro 3:1-6). Un corazón modesto se va a reflejar en la forma de vestir y de hablar. En oposición a esto, la falta de modestia se vincula a la inmoralidad o sensualidad.
- Los obispos, pastores o ancianos son aquellos que velan por la grey y la instruyen.
Estos debían ser considerados con honor al ser los que laboran en la enseñanza y predicación. Cada uno de ellos es digno de su salario y para traer una acusación sobre ellos tendrían que tener dos o tres testigos (vv. 5:17-19).
El anhelar ser obispo, anciano o pastor es loable, pero el candidato debe cumplir ciertos requisitos de carácter para ser encomendado con este cargo:
- Irreprochable: no debe tener en su vida actual nada en lo que pueda ser reprochado.
- Marido de una sola mujer: esto pudiera implicar varias cosas (no está claro):
- Que esté casado en este momento y sea fiel a su esposa.
- Que no haya tenido una esposa anterior y se haya divorciado.
- Sobrio, prudente, de conducta decorosa: templado, con buen juicio, auto-gobernado.
- Hospitalario: dispuesto a abrir su casa, generoso.
- Apto para enseñar: debe ser un maestro efectivo; don de enseñanza.
- No dado a la bebida: no debe ser gobernado por nada; no tener adicciones.
- No pendenciero, sino amable; no contencioso: No debe ser un buscapleitos, conflictivo, argumentativo.
- No avaricioso: no debe tener amor por el dinero.
- Debe gobernar bien su casa; con hijos sujetos: dirigir bien su hogar y a sus hijos. Si no tiene su hogar en orden, ¿cómo podrá tener la iglesia en orden?
- No un recién convertido para que no se enorgullezca en su posición. Debe haber alcanzado cierta madurez espiritual.
- Debe tener buena reputación con los no creyentes para no dar oportunidad al mal testimonio.
- Los diáconos son los servidores de la iglesia.
De acuerdo a este texto vemos que es un cargo que pueden desempeñar tanto hombres como mujeres (v. 3:11; ver Romanos 16:1). Ellos también deben cumplir ciertos requisitos para desempeñar su cargo:
- Dignos; respetables.
- De una sola palabra; honestos; no engañadores.
- No dados al mucho vino: controlados, no adictos a nada.
- No amantes de ganancias deshonestas: no amantes del dinero; no avariciosos.
- Guardar el misterio de la fe con limpia conciencia: vivir en congruencia a su fe.
- Deben ser sometidos a prueba para ser probados y ser irreprensibles.
- Deben ser maridos de una sola mujer.
- Deben gobernar bien su hogar e hijos.
- Las diaconisas deben ser mujeres dignas, no calumniadoras, sobrias y fieles (parecido a la descripción de las ancianas que vemos en Tito 2:3-5).
- Pablo instruye a Timoteo acerca de las responsabilidades de la iglesia y de las familias.
En la iglesia de Éfeso aparentemente muchas familias no estaban cuidando sus viudas (un mandato que vemos desde el Antiguo Testamento) y estaban esperando que la iglesia las mantuviera.
- Los hijos y nietos deben responsabilizarse de sus viudas. El que no provee para su familia niega la fe; es peor que uno que no cree en Dios.
- La iglesia debía responsabilizarse de las viudas mayores de 60 años que estaban realmente solas, las que no tenían a nadie que las mantuviera. Y de este grupo, solo aquellas que han sido piadosas (esposas de un solo marido, hospitalarias, servidoras, etc.) debían recibir la ayuda de la iglesia.
- Las viudas jóvenes no deben ser carga para la iglesia; debían volverse a casar y evitar andar ociosas y caer en tentación de inmoralidad.
- Los esclavos debían continuar sirviendo a sus amos con honor, ya que hacer lo contrario sería mal testimonio, más aún si los amos eran creyentes. Pablo no les dice que abandonen la esclavitud; más bien le dice que honren a Dios en medio de esta situación.
El contentamiento - un adorno hermoso del evangelio
Al parecer había líderes y maestros que enseñaban la piedad como medio de ganancia. Pablo corrige este concepto y explica que el contentamiento con el que Dios nos provee es una característica sine qua non de la piedad. El amor al dinero y la codicia nos debilita, nos hace inefectivos, nos aleja de Dios y termina destruyéndonos (vv. 6:3-10).
Es por esto que Pablo instruye que los ricos de la iglesia de Éfeso debían ser enseñados a no poner su esperanza en el dinero, ya que es una esperanza muy incierta. Dios es el responsable de proveernos todo lo que necesitamos y Él nos da, no para retener, sino para que podamos ser generosos con otros que necesitan.
El descontento o la insatisfacción es un cáncer muy prevalente, sobre todo en nosotras las mujeres. Tendemos a hacernos expectativas y cuando no las obtenemos nos cegamos a todas las demás bondades de Dios. El antídoto para las expectativas no llenadas y para los anhelos incumplidos es la gratitud. El antídoto para la codicia y el amor por el dinero es ser ricos hacia Dios (ver Lucas 12:13-21). Cuando buscamos, apreciamos y amamos a nuestro Buen Padre por encima de Sus dádivas, Él se convierte en nuestra heredad y nuestro deleite. El encontrar satisfacción solamente en Él nos llena de gozo y nos guarda de la codicia y del descontento.
«Sácianos por la mañana con Tu misericordia, y cantaremos con gozo y nos alegraremos todos nuestros días». –Salmos 90:14
El ejemplo de Pablo nos reta a animar a otras personas en nuestro entorno. Nos reta a estar alertas de no manifestar la verdad que hemos abrazado con nuestra eclesiología, prácticas y actitudes dentro de la iglesia. La carrera cristiana es larga y debemos animarnos unos a otros a correr, a disciplinarnos, a perseverar, mientras cultivamos la piedad con diligencia y peleamos la batalla de la fe.
- ¿A quién pudieras enviar una nota de ánimo hoy?
- ¿Eres intencional en cultivar la piedad?
- ¿Luchas con el descontento? ¿Cómo puedes cultivar una satisfacción más plena en Dios?
- ¿Qué cosas de la lectura de hoy llamaron tu atención con relación a las prácticas de la iglesia? ¿Los requisitos para los líderes?
Ora por las iglesias, que puedan ser obedientes a la Palabra predicando la verdad con precisión, viviéndola, orando en todo tiempo y levantando líderes cualificados para que la verdad brille en medio de esta generación.
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