Día 347 | II Tesalonicenses
Entre la primera carta que Pablo le escribió a los tesalonicenses y esta segunda, parece que se habían infiltrado doctrinas erradas en la iglesia.
Este tipo de confusiones doctrinales demuestran lo importante que es tener una doctrina bíblica sana. Lo que creemos va a dictar la forma en cómo vivimos. Los que pensaban que «el día del Señor» había llegado, abandonaron sus labores y se habían vuelto ociosos. Esta carta es enviada por Pablo, Timoteo y Silvano para corregir este error. Aseguran a los de Tesalónica que el regreso del Señor sería un evento futuro y les anima a no estar ociosos en la espera, sino a trabajar diligentemente. Pablo les había modelado esto con su propia ética de trabajo y ministerio, y en esta carta manda a que estas personas que insisten en permanecer en este error sean amonestadas.
El sufrimiento es parte integral de la vida cristiana
De …
Entre la primera carta que Pablo le escribió a los tesalonicenses y esta segunda, parece que se habían infiltrado doctrinas erradas en la iglesia.
Este tipo de confusiones doctrinales demuestran lo importante que es tener una doctrina bíblica sana. Lo que creemos va a dictar la forma en cómo vivimos. Los que pensaban que «el día del Señor» había llegado, abandonaron sus labores y se habían vuelto ociosos. Esta carta es enviada por Pablo, Timoteo y Silvano para corregir este error. Aseguran a los de Tesalónica que el regreso del Señor sería un evento futuro y les anima a no estar ociosos en la espera, sino a trabajar diligentemente. Pablo les había modelado esto con su propia ética de trabajo y ministerio, y en esta carta manda a que estas personas que insisten en permanecer en este error sean amonestadas.
El sufrimiento es parte integral de la vida cristiana
De nuevo podemos ver el amor de Pablo por esta congregación y su gozo de ver la forma como abundaban en fe, en amor y en perseverancia en medio de las dificultades. Pablo ora por ellos, que a través del sufrimiento Dios les considere dignos de su llamamiento. Les recuerda que, a Su regreso, Él les dará descanso y traerá juicio a los que no le conocen y niegan Su existencia.
«[Pablo fortalecía] los ánimos de los discípulos, exhortándolos a que perseveraran en la fe, y diciendo: “Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios”». –Hechos 14:22
- ¿Estás atravesando tiempos difíciles? Dios es fiel a sus promesas y no te abandonará.
«Y después de que hayan sufrido un poco de tiempo, el Dios de toda gracia, que los llamó a Su gloria eterna en Cristo, Él mismo los perfeccionará, afirmará, fortalecerá, y establecerá». –1 Pedro 5:10
Habrá un juicio final
La Palabra es clara en que aquellos que no aceptan a Cristo y no le reconocen ni se arrepienten de sus pecados serán castigados y destruidos eternamente. Serán separados para siempre de Dios. Esto es algo de lo que lamentablemente no hablamos mucho hoy en los sermones de nuestras iglesias, pero es una verdad bíblica fundamental: habrá un juicio. En aquel día los que creyeron en Él se gozarán en Su presencia y le darán gloria, y los que lo negaron serán objeto de Su justicia, sufriendo el castigo de sus propios pecados (vv. 1:6-10).
El hombre de pecado
Este «hombre» que debe aparecer antes de la segunda venida de Cristo se opondrá violentamente a todo lo que esté conectado a Dios, más aún, se proclamará como Dios; muchos le denominan «el anti-Cristo». Este hombre hará milagros y señales para confundir a muchos, pero al final será destruido por Jesucristo. Los que hayan creído sus mentiras serán juzgados (vv. 2:1-8).
«Porque se levantarán falsos Cristos y falsos profetas, y mostrarán grandes señales y prodigios, para así engañar, de ser posible, aun a los escogidos». –Mateo 24:24 (énfasis añadido).
Si somos verdaderos hijos e hijas de Dios no seremos confundidos. En Su fidelidad y poder el Señor nos librará y protegerá del maligno.
El Día del Señor llegará
Esta es una promesa y es inminente. Pero los tiempos están en manos del Señor y Él está en control del reloj de la historia. Mientras esperamos, mantengámonos firmes en Su Palabra, con las manos en el arado, alertas en oración y con las lámparas llenas de aceite (ver Mat 25). Si hemos puesto nuestra fe en Cristo podemos esperar y anticipar un futuro glorioso a Su lado.
Recuerda:
La doctrina que abracemos va a dirigir la forma en cómo vivimos, por tanto es sumamente importante saber en qué creemos. Es por esto que Pablo exhorta a los de Tesalónica a estar firmes en la doctrina que habían creído. Es necesario que seamos mujeres de la Palabra; que conozcamos la revelación de Dios para no ser confundidas y poder vivir de una manera que agrade a Dios.
«Entonces ya no seamos niños, sacudidos por las olas y llevados de aquí para allá por todo viento de doctrina, por la astucia de los hombres, por las artimañas engañosas del error». –Efesios 4:14
Pero más aún, además de conocer la doctrina bíblica sana debemos obedecerla. Nuestra ortopraxis (la forma como vivimos) debe ser congruente con nuestra ortodoxia (lo que creemos). Muchas veces, aunque tenemos una ortodoxia sana, no practicamos lo que creemos porque estamos llenas de ideas, argumentos, corrientes y filosofías del mundo que nublan nuestro entendimiento, nos llevan a dudar y no nos dejan entender claramente la voluntad de Dios. Necesitamos transformar nuestro entendimiento para poder entender Su perfecta voluntad (Rom 12:2).
Solo cuando obedecemos y practicamos lo que hemos creído estaremos glorificando a Dios y no estaremos dando mal testimonio y blasfemando Su Palabra (ver Romanos 2:24; 1 Timoteo 6:1; Tito 2:5; Santiago 2:7; 1 Pedro 4:14; 2 Pedro 2:2).
- ¿Estás expuesta a una doctrina bíblica sana?
- ¿Te expones a la Palabra diariamente? ¿Meditas en ella?
Evalúa tu vida. ¿Es congruente con la doctrina sana de la Palabra de Dios? ¿Qué áreas de tu vida debes ajustar?
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