Día 335 | I Corintios 11 – 13
Hoy leemos que Pablo continúa abordando los diversos asuntos de la iglesia y veremos tres temas generales:
- El rol de la mujer en la iglesia.
- Problemas con la celebración de la cena del Señor.
- Los dones espirituales.
El capítulo 11 abre con la invitación de Pablo a que lo imiten así como él imita a Cristo. Pero esta aseveración no está desconectada de lo que leemos al final del capítulo 10. Pablo venía hablando acerca de la necesidad de vivir para la gloria de Dios, de no vivir para ellos mismos, sino vivir buscando el bien de los demás.
Recordemos que la iglesia de Corinto se había vuelto arrogante por su conocimiento y sus dones. Pablo, no se jactaba de su apostolado, de su conocimiento y sus dones, y no es de extrañar que en sus cartas a ellos Pablo les exhorta acerca de la necesidad de cultivar la humildad; …
Hoy leemos que Pablo continúa abordando los diversos asuntos de la iglesia y veremos tres temas generales:
- El rol de la mujer en la iglesia.
- Problemas con la celebración de la cena del Señor.
- Los dones espirituales.
El capítulo 11 abre con la invitación de Pablo a que lo imiten así como él imita a Cristo. Pero esta aseveración no está desconectada de lo que leemos al final del capítulo 10. Pablo venía hablando acerca de la necesidad de vivir para la gloria de Dios, de no vivir para ellos mismos, sino vivir buscando el bien de los demás.
Recordemos que la iglesia de Corinto se había vuelto arrogante por su conocimiento y sus dones. Pablo, no se jactaba de su apostolado, de su conocimiento y sus dones, y no es de extrañar que en sus cartas a ellos Pablo les exhorta acerca de la necesidad de cultivar la humildad; la necesidad de poner a los demás por encima de ellos mismos. Él invita a los corintios y a nosotras hoy a buscar imitar la misma actitud de humildad y mansedumbre que mostró Cristo:
«No hagan nada por egoísmo o por vanagloria, sino que con actitud humilde cada uno de ustedes considere al otro como más importante que a sí mismo,no buscando cada uno sus propios intereses, sino más bien los intereses de los demás. Haya, pues, en ustedes esta actitud que hubo también en Cristo Jesús, el cual, aunque existía en forma de Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse, sino que se despojó a Sí mismo tomando forma de siervo, haciéndose semejante a los hombres. Y hallándose en forma de hombre, se humilló Él mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz». –Filipenses 2:3-8
El lugar de la mujer en la iglesia
Aparentemente los corintios no estaban reflejando el orden de la creación por la forma como se manejaban en la iglesia. Pablo les recuerda que hay un orden de autoridad: Cristo, el hombre y luego la mujer. Pablo se remonta al Génesis y les recuerda que el hombre fue creado primero y luego la mujer como su ayuda. Pablo dice algunas cosas que no son políticamente correctas hoy en día y que caen como limón en una herida, especialmente cuando hemos comprado la narrativa de la cultura imperante:
«La mujer es gloria del hombre. El hombre no fue creado a causa de la mujer, sino la mujer a causa del hombre». –11:8–9
El concepto de autoridad que la palabra define no implica la superioridad del hombre sobre la mujer, sino que define los roles correspondientes a cada uno, y la necesidad mutua de ejercerlos de manera complementaria. La armonía perfecta viene como resultado de asumir la posición que Dios ha ordenado en la creación.
Esta realidad se hacía manifiesta en la iglesia primitiva de manera visible cuando la mujer cubría su cabeza para simbolizar que tenía una autoridad por encima de ella. Llevar su cabeza cubierta indicaba que ella estaba sometida a la autoridad de su esposo, quien es su autoridad inmediata. Aparentemente en esta iglesia había una inversión de roles en el momento de orar o profetizar: los hombres se estaban cubriendo la cabeza y las mujeres no, lo cual era contrario a lo que estaban llamados a simbolizar.
Esto es algo que está en desuso hoy en día, aunque aún hay iglesias donde las mujeres se cubren la cabeza. Sin embargo, este principio me lleva a meditar en lo siguiente: si estamos llamados en la iglesia a reflejar este orden, ¿lo estamos haciendo?
- La forma como nos relacionamos y servimos en medio de la iglesia y los ministerios, ¿refleja claramente este orden? ¿Queda claro en nuestras iglesias que el hombre es autoridad y la mujer ayuda?
- ¿De qué forma estarían hoy las mujeres «descubriéndose» y los hombres «cubriéndose la cabeza» al punto de no hacer claramente evidente esta realidad del orden de la creación? ¿Cómo ha perjudicado esto la iglesia y los hogares?
El Espíritu Santo da dones tanto a las mujeres como a los hombres, y en la iglesia las escrituras delimitan el ministerio de la mujer. Cuando hay falta de claridad en estos roles hay confusión y no se exalta la realidad escritural del orden creado por Dios.
- ¿Honras la autoridad que Dios ha puesto sobre ti?
La cena del Señor
La cena del Señor fue constituida por el mismo Jesús la noche que fue entregado. En el A.T. vimos un evento muy significativo: la Pascua. En Éxodo 12 leímos acerca de la salida de la liberación de los judíos que eran esclavos en Egipto. Un cordero debía ser matado y su sangre puesta sobre los dinteles de las puertas para que el ángel de la muerte pasara de largo sin matar al primogénito de los hogares de los judíos. Dios ordenó en aquel momento que los hijos de Israel conmemoraran este evento con un alimento especial (cordero, pan sin levadura y hierbas amargas).
Antes de ser traicionado y crucificado Jesús preparó una cena de Pascua para sus discípulos y los instruyó acerca de tomar el pan y el vino: «Hagan esto en memoria de Mí». Hasta que Él regrese debemos recordar y nunca olvidar que Jesús vino a la tierra, murió por nosotros; el Primogénito de Dios se entregó a sí mismo y derramó Su sangre para perdonar nuestros pecados y darnos vida eterna con Él.
Este ritual debía hacerse con respeto y reverencia, pero aparentemente los corintios lo estaban llevando a cabo de manera irreverente e indigna. En aquel tiempo la cena del Señor involucraba el comer juntos (no solo tomar un pequeño pedazo de galleta o pan como lo hacemos hoy –ver Hechos 2:46). Los corintios no estaban haciendo uso de este tiempo para examinarse a sí mismos y para discernir correctamente el significado de esto, sino que venían hambrientos a llenar el estómago y no se esperaban unos a otros. Pablo les exhorta a celebrar este recordatorio de manera ordenada y reverente, o de lo contrario traen juicio para sí.
- ¿Participas regularmente de la cena del Señor en tu iglesia? ¿Te examinas a ti misma antes de acercarte a la mesa?
Los dones espirituales
Como hemos venido leyendo, esta congregación de Corinto se jactaba de su conocimiento y sus dones, y Pablo debe ayudarlos a enfocarse en lo que es más importante, algo en lo que ellos eran ignorantes.
Pablo comunica varias cosas en cuanto a los dones:
- Todos los dones son dados por el Espíritu Santo, por tanto nadie puede jactarse por tenerlos ni deben estos causar divisiones.
- El Espíritu reparte diversos dones según Su voluntad. Existe una gran variedad de dones y ministerios, todos diferentes, pero todos iniciados por un mismo Espíritu. Pablo menciona algunos de los dones:
- Palabra de sabiduría: capacidad de aconsejar dirigida por el Espíritu Santo para brindar dirección, ánimo o consuelo en situaciones específicas.
- Palabra de conocimiento: conocimiento espiritual que imparte a otro creyente una palabra de parte de Dios en el momento preciso; capacidad de comprender realidades espirituales.
- Fe: confianza sobrenatural en Dios para actuar en un momento determinado.
- Dones de sanidad: sanidad física sobrenatural sin intervención médica.
- Milagros: capacidad sobrenatural de hacer cosas extraordinarias que apunten a la realidad de la existencia de Dios.
- Profecía: don que capacita a un creyente a proclamar un mensaje de parte de Dios para exhortar, consolar o edificar.
- Discernimiento espiritual: capacidad espiritual para discernir influencias falsas, distinguiendo la verdad del error. Cuando es practicado fielmente funciona como el sistema inmunológico de la iglesia, identificando las distorsiones de la verdad.
- Lenguas: capacidad de hablar en idiomas desconocidos.
- Interpretación de lenguas:capacidad de interpretar esas lenguas en un mensaje entendible.
- Los dones otorgados para el bien de la iglesia, el cuerpo de Cristo. No son para beneficio personal.
- Cada persona que ha nacido del Espíritu es miembro del cuerpo y ha recibido dones y talentos. Dios ha designado oficios: a unos apóstoles, a otros profetas y maestros, y también dones: milagros, dones de sanidad, misericordia o ayudas, administración, lenguas, etc. No todos tienen los mismos oficios y dones, y esto es así por diseño divino. Dios nos ha equipado a todos de manera diferente para que trabajemos en colaboración, en una misma dirección, guiados por el Espíritu.
- Los miembros unidos deben funcionar como un solo cuerpo. No hay un don más importante que otro. Es más, los miembros con menos dones que parecen ser los más débiles son los más necesarios. Todo don debe ser respetado y apreciado, ya que cada persona es parte de los propósitos y planes de Dios. Los mejores dones no los tienen necesariamente aquellos con posiciones más altas, sino los que más beneficien al cuerpo.
- Los dones son deseables, pero el don por excelencia es el amor. Pablo exhorta a los corintios diciéndoles que las lenguas, la profecía, el conocimiento, y la fe, las ayudas, los sacrificios, (todos los dones de los que ellos se jactaban) son superados por el AMOR. No hay don que se compare. «En esto conocerán todos que son mis discípulos, si se tienen amor los unos a los otros». –Juan 13:35 Los dones no sirven de nada en ausencia del amor. Estamos llamados a amar a otros sin esperar nada a cambio.
- Los dones van a cesar cuando veamos a Cristo cara a cara («cuando venga lo perfecto» v. 13:8-10), pero el amor nunca dejará de ser. Los dones serán como «cosas de niño» cuando lo veamos a Él cara a cara. El conocimiento que tenemos ahora es parcial, no es completo, pero cuando lo veamos cara a cara lo conoceremos exactamente como Él es. Mientras tanto cultivemos la fe, la esperanza, y sobre todo el AMOR.
- ¿Qué don espiritual te ha concedido el Espíritu? ¿Lo has puesto al servicio del cuerpo de Cristo?
Pablo define el amor
Hoy leímos versículos citados en muchas bodas y conocidos por muchos. Pero en la lectura de esta carta hemos podido ver el contexto en el cual Pablo los escribe. Él definió el amor a una congregación que se había vuelto arrogante por su conocimiento y dones, y ahora él les muestra que ellos estaban fallando en lo más importante. El amor supera el conocimiento, los dones, los talentos y los oficios. Y no estamos hablando de un amor sentimental, o de palabras lindas como lo que vemos en las novelas, sino del amor práctico y sacrificial que no se toma en cuenta a sí mismo y que crucifica las pasiones y deseos de la carne:
- El amor es paciente.
- El amor es bondadoso.
- El amor no tiene envidia.
- El amor no es jactancioso.
- El amor no es arrogante.
- El amor no se porta indecorosamente.
- El amor no busca lo suyo.
- El amor no se irrita.
- El amor no toma en cuenta el mal recibido.
- El amor no se regocija de la injusticia, sino que se alegra con la verdad.
- El amor todo lo sufre, todo lo espera, todo lo soporta.
¡Los corintios estaban haciendo todo lo contrario! Estaban siendo impacientes unos con otros, envidiando, jactándose, siendo arrogantes, portándose de manera indecorosa, buscando cada uno lo suyo (egoísmo) y en litigios unos contra otros. Estaban llenos de amor por sí mismos. Ellos tenían mucho conocimiento, pero habían fracasado en lo más importante: en amar como Cristo los había amado a ellos.
¿Amamos a los demás de esta forma? ¡Dios nos ayude, hermanas! Oremos que Él derrame cada vez más de Su amor en nosotros y que podamos amar sacrificial e incondicionalmente a aquellos que Él pone en nuestras vidas.
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