Día 334 | I Corintios 8 – 10
Hoy continuamos en la lectura de esta primera carta a los corintios y vemos a Pablo abordar situaciones relativas a la libertad cristiana. En el proceso de hacer este argumento Pablo defiende su apostolado y usa ejemplos de la historia de Israel.
La libertad cristiana
Aun siendo cristianos, muchas personas en aquella época tenían una conciencia débil con relación a comer carne que había sido sacrificada a ídolos o dioses falsos. Muchos que se habían convertido aún tenían dudas de si esa carne que ahora se vendía en la carnicería era aceptable para comer. Otros hermanos de corinto habían superado este temor debido al conocimiento que habían adquirido y su conciencia estaba en paz con Dios en ese sentido. Ellos no tenían problemas comiendo carne. Y Pablo estaba de acuerdo con esto, él sabía que todas las cosas provienen de Dios y nada debía ser desechado (v. 10:25-26).
Sin embargo, …
Hoy continuamos en la lectura de esta primera carta a los corintios y vemos a Pablo abordar situaciones relativas a la libertad cristiana. En el proceso de hacer este argumento Pablo defiende su apostolado y usa ejemplos de la historia de Israel.
La libertad cristiana
Aun siendo cristianos, muchas personas en aquella época tenían una conciencia débil con relación a comer carne que había sido sacrificada a ídolos o dioses falsos. Muchos que se habían convertido aún tenían dudas de si esa carne que ahora se vendía en la carnicería era aceptable para comer. Otros hermanos de corinto habían superado este temor debido al conocimiento que habían adquirido y su conciencia estaba en paz con Dios en ese sentido. Ellos no tenían problemas comiendo carne. Y Pablo estaba de acuerdo con esto, él sabía que todas las cosas provienen de Dios y nada debía ser desechado (v. 10:25-26).
Sin embargo, es muy interesante lo que Pablo les exhorta a hacer a estos hermanos más fuertes porque es muy relevante para nosotros hoy. Mientras crecemos en conocimiento, nuestra conciencia se va fortaleciendo y empezamos a sentir más y más libertad en Cristo. Muchas veces comenzamos a defender esta libertad para hacer ciertas cosas que no están prohibidas en la Palabra, pero que son cuestionables para otros hermanos más débiles. En ocasiones incluso nos jactamos de nuestro conocimiento y de nuestra libertad y llegamos a burlarnos de estos hermanos débiles. Pero esto no es hacer buen uso del conocimiento; más bien denota inmadurez. Pablo les recuerda a los corintios que podemos y debemos renunciar voluntariamente a nuestra libertad en Cristo si así demostramos amor a los hermanos.
Pablo exhorta a los corintios y a nosotras hoy:
- De nuevo corrige su entendimiento acerca de la sabiduría: «Si alguien cree que sabe algo, no ha aprendido todavía nada como debe saber» (v. 8:2).
- El conocimiento es bueno, y debe ser usado para edificación de otros, no para su destrucción. Debemos estar atentos, ya que ese conocimiento puede hacernos orgullosos y llevarnos a vivir de manera egoísta, sin considerar como nuestra conducta puede afectar la conciencia de los demás.
- Es mejor abstenerse de hacer algo si el ejercicio de nuestra libertad hace tropezar a otro hermano débil. El hacer que un hermano débil tropiece es pecar contra Cristo.
- Cuando un hermano viola su conciencia motivado por nuestra libertad de conciencia, lo estamos haciendo pecar, ya que «todo lo que no proviene de fe es pecado» (Rom 14:23).El hermano débil nunca debe ir más allá de donde su conciencia le permita.
- «Todo es lícito pero no todo es de provecho. Todo es lícito pero no todo edifica» (v. 10:23). En todas las cosas, no debemos buscar nuestro propio bien, sino el bien de los demás.
- Todo deber ser hecho por amor a otros y para la gloria de Dios (v. 10:31). Para alcanzar a alguien en ocasiones debemos relacionarnos de cerca con ellos con el objetivo de llevar el mensaje (esto es algo que misioneros hacen aún hoy día). Pablo decía que aunque él era libre en Cristo, se hacía como los judíos para ganar a los judíos, como gentil para ganar a los gentiles, como débil para ganar a los débiles. Se hizo esclavo de todos (puso a un lado su conocimiento y su libertad) para ganar a muchos a través del evangelio.
Esto me recordó a Jesús, quien iba a comer con los recaudadores de impuestos, un grupo que era despreciado en aquel tiempo. Se hacía como uno de ellos para alcanzarlos. ¿Cuáles serían esos «recaudadores de impuestos» hoy día? ¿Nos acercamos a ellos como hizo Jesús? ¿Ponemos nuestra auto-justicia y nuestro orgullo espiritual a un lado para alcanzar a los perdidos o nos colocamos por encima de ellos como moralmente superiores? Esto no es consistente con la ley del amor. Al igual que Pablo debemos determinar vivir movidas por la ley del amor.
Ejemplos prácticos de hoy:
- Si tu hermano en la fe piensa que tomar una bebida con alcohol es pecado, no las tomes delante de él o ella ni insistas en convencerlo de que esto no es pecado. Simplemente, no tomes en su presencia.
- Si tu hermano piensa que bailar es pecado, no insistas en que lo haga ni lo invites a una fiesta bailable.
- Si en el contexto en el que te desenvuelves los tatuajes y cosas similares son consideradas pecaminosas, no insistas en hacerlo.
Recuerda:
- Tu conocimiento o superioridad teológica no te da el derecho de ejercer la libertad si esa libertad hace daño al hermano.
- La ley del amor es superior a tu libertad cristiana.
- El conocimiento envanece, pero el amor edifica (v. 8:1).
Defensa del apostolado de Pablo
Aparentemente había hermanos en corinto que dudaban de la autoridad espiritual de Pablo, y en esta carta Pablo argumenta con ellos para corregir algunas presuposiciones erradas.
Como vimos ayer, estos hermanos en corinto tenían diversos predicadores y maestros, y ellos tenían sus opiniones de cada uno. Inflados por su conocimiento juzgaban a Pablo, quien era un apóstol. Por su ministerio ellos habían llegado a creer en Jesucristo unos años antes, y ahora se habían convertido en sus jueces.
Por los argumentos que Pablo usa vemos que ellos pensaban que estos maestros no tenían derecho de ganar dinero por su ministerio. Pablo argumenta que los soldados son remunerados por su servicio, los agricultores comen del fruto de su trabajo y los ganaderos beben leche de sus rebaños. Dios aun toma en cuenta los bueyes y dice en la ley de Moisés que no se debe poner bozal al buey cuando trilla (Dt 25:4). De esta misma forma los que siembran la palabra de Dios deben poder arar con la esperanza de recibir una cosecha o remuneración.
Los que predicaban la palabra tenían gastos; debían alimentarse, debían mantener esposas y familias. Los maestros tenían derecho de esperar ser recompensados por su trabajo. Para hacer este argumento Pablo compara con los que servían en el templo y que vivían de los sacrificios; de la misma forma los que proclaman el evangelio pueden esperar vivir de él.
Pablo dice que precisamente para no causar estorbo a los que no entienden esto, ellos no habían reclamado este derecho. Pablo trabajaba para ganarse la vida y poder predicar el evangelio gratuitamente. Para Él era un privilegio hacerlo y esa era su recompensa. Pablo no solo sacrificaba la remuneración económica, sino que, como vimos antes, no hacía uso de ninguna de sus libertades para ganar a todos al evangelio.
- ¿Eres fiel en sostener la obra en tu iglesia? ¿Apoyas a los misioneros?
- ¿Eres agradecida con los maestros y predicadores que ministran tu vida o los juzgas constantemente?
Aprendamos de la historia del pueblo de Israel
El dominio propio es necesario en la vida cristiana, y Pablo era un hombre disciplinado. Él se compara con un atleta que compite por una medalla perecedera. Un deportista comprometido sacrifica sus gustos y lleva una vida disciplinada para entrenarse. ¿Cómo no disciplinarnos y correr la carrera de la fe sabiendo que nos espera una medalla incorruptible, eterna? Pablo ponía su cuerpo, su carne y sus apetitos bajo sujeción para poder estar consagrado totalmente para el Señor.
Para ilustrar la necesidad del dominio propio les recuerda a los corintios que hay una historia de la cual podemos aprender cuando el pueblo de Israel anduvo por el desierto. Dios no se había agradado de ellos y por eso muchos murieron en el desierto. Toda esta historia había quedado grabada como lección para todas las generaciones subsiguientes.
Los corintios debían tener cuidado de no sentirse seguros, porque cualquiera tiene la capacidad de caer (v. 10:12). No debían confiar en ellos mismos. Eran tan capaces de caer como sus antepasados. Por tanto, él los exhorta a ejercer la misma disciplina que él practicaba, a cultivar el dominio propio, a abstenerse de lo que no era de edificación y alejarse de los ídolos, de la fornicación y de la murmuración (¿no te sorprende encontrar la murmuración entre estos pecados de idolatría e inmoralidad?). Tampoco debían comer de la mesa del Señor un día y al día siguiente deleitarse en los ídolos. Participar en esto es cómo asociarse con demonios. El llamado era y es abrazar el evangelio exclusivamente.
Dios está siempre disponible para nosotros y Él mismo nos da una vía de escape cuando somos tentados.
- ¿Alguna vez te has sentido segura en tus propias fuerzas? ¿Piensas que no puedes caer? Esto es muestra orgullo espiritual y debes arrepentirte. Cuando más firmes nos consideramos, es cuando más vulnerables somos.
- ¿Cultivas el dominio propio en tu vida?
- ¿Abrazas otras ideologías, religiones o creencias mientras al mismo tiempo adoras a Dios?
- ¿Vives para la gloria de Dios en todas las áreas de tu vida?
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