Día 331 | Romanos 15 – 16
Hoy concluimos nuestra lectura de la Epístola a los Romanos. En los capítulos correspondientes a este día veremos que el 15 es la continuación del tema tratado en el capítulo 14, y a la vez la conclusión del contenido o desarrollo de la más larga de las 13 epístolas paulinas. El capítulo 16 contiene la despedida, los saludos personales y una doxología.
Como ya hemos visto, en la iglesia de Roma había creyentes fuertes y débiles. Esto trajo como consecuencia que cada grupo adoptara una postura diferente en asuntos no esenciales respecto al evangelio. De no actuar apropiadamente, los fuertes podían hacer mal uso de su libertad cristiana y menospreciar a los débiles, mientras que los débiles podían caer en el legalismo y juzgar a los más fuertes.
Con el fin de traer balance y armonía el apóstol dio, algunas exhortaciones, las cuales resumimos de la siguiente manera:
- Que los …
Hoy concluimos nuestra lectura de la Epístola a los Romanos. En los capítulos correspondientes a este día veremos que el 15 es la continuación del tema tratado en el capítulo 14, y a la vez la conclusión del contenido o desarrollo de la más larga de las 13 epístolas paulinas. El capítulo 16 contiene la despedida, los saludos personales y una doxología.
Como ya hemos visto, en la iglesia de Roma había creyentes fuertes y débiles. Esto trajo como consecuencia que cada grupo adoptara una postura diferente en asuntos no esenciales respecto al evangelio. De no actuar apropiadamente, los fuertes podían hacer mal uso de su libertad cristiana y menospreciar a los débiles, mientras que los débiles podían caer en el legalismo y juzgar a los más fuertes.
Con el fin de traer balance y armonía el apóstol dio, algunas exhortaciones, las cuales resumimos de la siguiente manera:
- Que los fuertes, esos que entienden y viven a la luz de la obra consumada por Cristo, deben soportar, tolerar o sobrellevar las flaquezas de los débiles disponiendo sus propios hombros para cargar con esas flaquezas, procurando así el bien espiritual y la edificación de sus hermanos débiles.
- Que los fuertes al no agradarse a ellos mismos hacen justo lo que Cristo hizo por todos los suyos, cuando cargó con los vituperios, injurias, insultos y sufrimientos que todos merecemos.
- Que todo lo escrito en el Antiguo Testamento fue dejado para la edificación y fortalecimiento de los creyentes sean fuertes o débiles y, por lo tanto, todos pueden desarrollar la paciencia y recibir consolación, produciéndose en sus corazones esperanza.
- Que cuando cada grupo se dispone a practicar dichas cosas se crea una unidad por medio de la cual el Dios y Padre del Señor Jesucristo recibe la gloria que merece.
Viendo estas enseñanzas:
- ¿Cómo usas tu libertad cristiana? ¿Hay algún rasgo de legalismo en tu vida? ¿Divides o fomentas la paz y unidad?
- Sí Cristo sobrellevó y sobrelleva tus debilidades, ¿estás dispuesta a sobrellevar las debilidades de tus hermanos en la fe o de cualquier otra persona?
- ¿Eres fuerte o débil?
Mi invitación es a que cultives las actitudes correspondientes y vivas a plenitud toda la obra de gracia hecha a tu favor, de modo tal que en tu continuo andar se cumpla lo que nos enseña el v. 7: «Por tanto, aceptaos los unos a los otros, como también Cristo nos aceptó para gloria de Dios».
En los versículos restantes, del 8-13, Pablo muestra como Cristo, la raíz de Isaí, vino al pueblo judío para enseñarle la Verdad y para confirmar que el Dios fiel siempre cumple Sus promesas, las cuales abundan en el Antiguo Testamento; pero también para ser conocido por los gentiles, los cuales ante la misericordia recibida de pura gracia han de glorificar a ese Dios tan maravilloso.
Al considerar como el Dios de esperanza obró en el pasado, como obra al presente y como seguirá obrando hasta el final, ¿qué debe producirse en nuestros corazones?
- Gozo, alegría y deleite.
- Paz, esa que sobrepasa todo entendimiento.
- Y abundancia de esperanza, es decir, una confianza constante ante la extraordinaria obra de redención en Jesucristo.
Repasando estas cosas me he sentido muy confrontada, pues si esto era lo que Pablo esperaba de los creyentes de Roma gobernados por Nerón, ¿no debería yo experimentarlas ante cualquier situación que Dios permita en mi vida?
¡Cuán, pero cuán lejos he visto mi propio corazón de estas actitudes! Cada día debo luchar contra el descontento, el afán y la falta de confianza. Pero tengo esperanza. Las gloriosas Escrituras que tienen el consuelo necesario las tengo a la mano y el Espíritu Santo que mora en mí, me capacita para cultivar dichas actitudes. Si eres hija de Dios, ¡cobra ánimo! En tus manos y dentro de ti tienes todo cuanto necesitas.
Los versículos finales, los del 14-33 nos hablan del apostolado de Pablo entre los gentiles, su visita a Jerusalén para llevar la ofrenda de los de Macedonia y Acaya a los pobres de la iglesia, y, su anhelo de visitar Roma y luego España.
Saludos, advertencia, despedida y doxología
Siempre me ha llamado la atención de este enérgico apóstol no solo su mente brillante y conocimiento teológico, sino también su vida de oración y su espíritu de gratitud. Cuando leas sus epístolas fíjate cómo oraba por los demás, como recordaba los nombres de cada persona y como procuraba dar aliento reconociendo y agradeciendo a cada uno en particular.
Aunque algunas veces tuvo que reprender fuertemente, practicaba lo que enseñó en Filipenses 4:8:
«Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo digno, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo honorable, si hay virtud o algo que merece elogio, en esto meditad».
Esto es justamente lo que encontramos en los saludos con los cuales inicia el capítulo 16. La palabra saludar, que se menciona unas 22 veces en este capítulo, significa abrazar o dar la bienvenida. Estos saludos son dados de parte de Pablo, Timoteo, Lucio, Jasón, Sosípater, Tercio (el amanuense de la carta), Gayo, Erasto y Cuarto.
Aunque nos enfocaremos en los saludos de Pablo, no deja de sorprenderme la humildad de este hombre. Siempre incluyó a sus colaboradores en sus epístolas ya sea destacando sus labores o dando a conocer el deseo de ellos. Nosotras por el contrario tenemos la tendencia natural de querer la gloria para nosotras mismas. Un ejemplo de esto es, cuando una idea es desarrollada en conjunto, y luego la presentamos como si fuera nuestra usando el pronombre «yo» y no «nosotras». Cuando representes a un grupo asegúrate de hablar en tercera persona y darle el crédito a quienes lo merecen.
Pero volviendo a los saludos de Pablo, nos encontramos con una lista de 29 personas muy queridas por él, dentro de las cuales vemos que menciona a varias mujeres. ¡Cuánto las apreciaba! Así que, cuando alguien te venga con el argumento de que en la Biblia aparecen indicios de machismo porque define muy bien lo que corresponde a cada género, usa el ejemplo del apóstol, al igual que el de Jesucristo y otros hombres, demostrando la alta consideración con que trataron o hablaron de las mujeres.
Deseo destacar los nombres de estas damas y algunas de las cualidades con las que hermosearon el Reino de Dios y sirvieron a los santos.
- Febe: diaconisa o servidora de la iglesia en Cencrea, la cual ayudó al mismo Pablo y a muchos otros. Su nombre, aunque pagano, tiene un significado precioso: Radiante o brillante. Por la forma en que el apóstol la encomienda y habla de ella parece que le hizo honor a su nombre. Además, era digna de confianza, ya que fue la portadora de tan importante carta. ¿Cómo ayudó esta mujer? Quizás la respuesta está en lo que se pide que se haga para con ella, es decir que se le reciba y se le muestre hospitalidad. ¿Imitaras a Febe siendo ayudadora, digna de confianza y hospitalaria?
- Priscila: esposa de Aquila. Esta pareja es un vivo ejemplo de funcionar en sintonía. Cuando pienso en Priscila, me remonto a Génesis 1:27-28 y 2:18-25 donde vemos a Eva la ayuda idónea de Adán su líder, rigiendo y sojuzgando la tierra en perfecta armonía. Para nada creo que Priscila y Aquila fueron perfectos, pues ningún matrimonio formado por dos pecadores lo es. Sin embargo, lo que sí podemos afirmar es que fue una pareja bien unida de colaboradores en el Reino de Dios y servidores de Su pueblo. Juntos trabajaron en la confección de tiendas para acampar, pusieron sus vidas en peligro por Pablo, instruyeron a Apolos en el conocimiento de Dios de una manera más exacta, abrieron su hogar para que la iglesia se reuniera y fueron viajeros itinerantes que llevaron el Evangelio por muchos lugares. Quizás el Señor no demande de ti hacer exactamente lo que hizo Priscila, pero definitivamente a lo que sí nos ha llamado, ya seamos casadas o solteras, es a fomentar la armonía, amar Su Reino sin importar el costo, servir a Su pueblo y trabajar arduamente con nuestras manos en cualquier trabajo que llegue. Y en la medida en que te sea posible, pues quizás puedas tener un esposo o unos padres no creyentes, abrir tu casa con el fin de que muchos conozcan el Evangelio o los santos encuentren refrigerio.
- María: de esta dice el apóstol que «ha trabajado mucho por vosotros», es decir por la iglesia de Roma. La palabra designada para trabajo tiene la connotación de trabajar duro hasta sentirse cansado o fatigado. ¿Qué hizo esta mujer por su iglesia? No lo sabemos. Pero creo que Eclesiastés 9:10 nos puede arrojar luz sobre la forma en que llevó a cabo su ministerio: «Todo lo que tu mano halle para hacer, hazlo según tus fuerzas». ¿Estás dispuesta a llevar a cabo tus labores en el Reino o en cualquier otra esfera de todo corazón, con entusiasmo y presteza?
- Trifena y Trifosa: los significados de los nombres de estas dos mujeres, aparentemente hermanas gemelas, son delicada y refinada. Por dichos significados muchos creen que pertenecieron a la clase noble o distinguida de su época, lo que las hacía conducirse con buenos modales. Sin importar el nivel social al que quizás pertenecieron Pablo las llama «obreras del Señor». ¿Sabes cómo define el diccionario la palabra obrero?; como una persona que hace una labor física a cambio de un salario. Estas dos distinguidas mujeres trabajaron para el Señor duramente y sin paga. Aunque sabemos que hay muchos que trabajan oficialmente en las iglesias y son dignos de sus salarios, otros tienen el privilegio de servir sin remuneración, esperando ser recompensados por Cristo mismo. Así que, si el Señor te ha dado una posición social alta y económicamente holgada, invierte tu vida y parte de tu dinero en el Reino de los cielos, ya que allí los dividendos a recibir nadie les puede poner precio. Estos son incalculables y eternos. ¿En qué y en dónde estás invirtiendo tu vida y dinero?
- Pérsida: esta querida hermana es reconocida porque ha trabajado mucho en el Señor. Al parecer ya era una anciana, la cual durante su juventud y hasta que tuvo fuerzas había trabajado muchísimo dentro de la iglesia. Era muy apreciada por el apóstol y de seguro que por los hermanos. Cuando una persona trabaja muchísimo, encuentra situaciones difíciles en el camino. Quizás hoy te encuentres ante situaciones difíciles y estresantes, pero recuerda que todo lo que haces, sea fácil o difícil, lo haces como para el Señor. Al llegar a la madurez o ancianidad y mires hacia atrás te darás cuenta de que no has corrido en vano.
- La madre de Rufo: esta era como una madre para Pablo. ¿Qué hace una buena madre con sus hijos? Amarlos con un amor entrañable, lo cual es demostrado por su cuidado, protección, guía, apoyo, desvelos, oraciones y muchas otras cosas. ¿Qué tipo de madre eres con tus propios hijos? ¿Hay algunos que sin ser de tu sangre y por tu abnegación te consideran como una madre?
- Julia: se cree que era la esposa de Filólogo y que ambos pertenecieron a una familia noble o vivieron en la casa de César. Sin importar la posición que tuvieron, Pablo los menciona específicamente y al parecer en su hogar se reunía la iglesia. Nuevamente vemos un hogar abierto para la comunión de los santos y predicación del Evangelio.
- La hermana de Nereo: esta es la última referencia de nombres femeninos que aparecen en esta epístola. Ella formaba parte de la iglesia mencionada anteriormente, a cuyos miembros Pablo les llama santos. Una persona santa es alguien separado para el Señor. Aunque no conocemos su nombre real ni los de todos los santos a los que el apóstol hace referencia, nos basta saber que vivir a la altura de la santidad durante aquella época era un compromiso que conllevaba muchos riesgos, incluida la pena capital. Hasta el momento gozamos de libertad de cultos, pero como van las cosas, quizás más rápido de lo que pensamos podríamos perderla.
- A la luz de lo expuesto, ¿qué tan en serio te tomas la santidad y el hecho de que formas parte de una iglesia?
Finalmente, en medio de todos estos saludos Pablo como fiel pastor, advierte a los romanos de cuidarse de las personas divisivas que enseñaban doctrinas contrarias a la Palabra y hacían tropezar a los ingenuos o inocentes. Pero por otro lado se regocijaba porque los verdaderos creyentes eran obedientes y sabios para lo bueno e inocentes para lo malo.¿Qué tanto te guardas de malas influencias y falsas enseñanzas con el fin de preservarte sencilla e inocente?
En los versículos 25-27 nos encontramos con otra doxología o alabanza donde se resalta que nuestro Dios es:
- Poderoso.
- Eterno.
- Único, y
- Sabio.
Gracias a este glorioso Dios, el Cristo prometido y anunciado por los profetas (el cual fue rechazado por Su propio pueblo), se ha dado a conocer por medio del Evangelio a los gentiles, para que estos, por medio de la fe en la perfecta obra redentora de Jesucristo, sean declarados justos a Su vista y vivan una vida de obediencia consecuente con esa profesión de fe.
El misterio ya fue revelado. Conocemos el Evangelio. Formamos parte de ese maravilloso plan. Ahora somos hijas de Dios y coherederas con Cristo. Todo lo Pablo recibió como revelación y escribió en esta carta, le condujo a exclamar: «al único y sabio Dios, por medio de Jesucristo, sea la gloria para siempre. Amén».
Ante tanta gracia y misericordia mostrada a nuestro favor nuestra respuesta más razonable, es decir: ¡Amén y Amén!
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