Día 308 | Juan 10 – 11
Hoy continuamos con el evangelio de Juan, un evangelio que nos motiva a vivir una vida de fe para experimentar la verdadera vida abundante que Jesús nos ha dado a través de Su muerte. Este evangelio muestra la deidad de Jesús de manera particular, e incluye los siete «Yo Soy» que nos apuntan a quién es Jesús, y a Su poder para salvarnos y sostenernos.
En la lectura de hoy vemos que se identifica a Jesús como la Puerta, el Pastor de las ovejas, el Camino, la resurrección y la vida.
Jesús es la Puerta de las ovejas y el Buen Pastor
Jesús afirma que solo los que entren al redil a través de Él son las verdaderas ovejas. Él también es la Puerta. Una vez dentro del redil, Él es nuestro Buen Pastor. Las verdaderas ovejas van a escuchar Su voz y no se dejarán engañar por «voces de …
Hoy continuamos con el evangelio de Juan, un evangelio que nos motiva a vivir una vida de fe para experimentar la verdadera vida abundante que Jesús nos ha dado a través de Su muerte. Este evangelio muestra la deidad de Jesús de manera particular, e incluye los siete «Yo Soy» que nos apuntan a quién es Jesús, y a Su poder para salvarnos y sostenernos.
En la lectura de hoy vemos que se identifica a Jesús como la Puerta, el Pastor de las ovejas, el Camino, la resurrección y la vida.
Jesús es la Puerta de las ovejas y el Buen Pastor
Jesús afirma que solo los que entren al redil a través de Él son las verdaderas ovejas. Él también es la Puerta. Una vez dentro del redil, Él es nuestro Buen Pastor. Las verdaderas ovejas van a escuchar Su voz y no se dejarán engañar por «voces de sirena». Otros asalariados solo están interesados en su propio bienestar; defraudan y desvían a las ovejas. El enemigo busca destruirlas, pero el Buen Pastor da Su vida para que ellas tengan vida.
Hoy más que nunca tenemos una gran necesidad de estar familiarizadas con la voz de Dios. Hay tantas ofertas ahí afuera, y si no estamos en Su Palabra y ejercitamos el discernimiento, seremos engañadas.
- ¿Estás creciendo en el conocimiento de la Palabra de Dios?
- ¿Estás creciendo en el conocimiento y la intimidad con Dios al punto de saber distinguir entre las diversas voces que claman por tu atención y buscan desviarte de la perfecta voluntad de Dios?
- ¿Conoces a Jesús íntimamente como Tu Pastor? ¿Reconoces Su voz?
- Recuerda: Él es tu guía, tu protector, tu proveedor.
Jesús se entrega voluntariamente
Me cautivan y retan estas palabras de Jesús:
«Por eso el Padre me ama, porque Yo doy Mi vida para tomarla de nuevo. Nadie me la quita, sino que Yo la doy de Mi propia voluntad. Tengo autoridad para darla, y tengo autoridad para tomarla de nuevo. Este mandamiento recibí de Mi Padre». –vv. 10:17-18
Jesús entregó su vida voluntariamente. Aunque así pudiera lucir, nadie se la quitó. Este modelo nos sirve de patrón para nuestra propia sumisión a Dios y a las autoridades que Él ha puesto sobre nosotros (gobierno, padres, esposos, etc).
No somos «menos» porque tenemos que someternos. Somos siervas de Cristo, quien es nuestro dueño, y por Él nos sometemos gozosa y voluntariamente a las autoridades que Él pone en nuestra vida.
Nuestro llamado, como el de Jesús, es entregarnos voluntariamente; rendirnos voluntariamente; someternos voluntariamente. Nadie nos obliga; lo hacemos con gozo por amor a Cristo.
- ¿Te sientes «menos» por tener que someterte a tu esposo? ¿Cómo cambia tu perspectiva al ver esta aseveración de Jesús?
Jesús y el Padre son Uno (vv. 10:25-30)
Este misterio no es comprensible para nuestro entendimiento limitado; lo creemos por fe. Ellos son uno solo, pero a la vez colaboran juntos, con funciones diferentes:
- Jesús lleva a cabo obras en nombre de Su Padre, las obras que Su Padre le encomienda.
- El Padre le entrega las ovejas a Jesús; Él las salva y no pierde ninguna de ellas; nadie las puede arrebatar de Su mano ni de la mano del Padre.
La salvación comienza y termina con Dios. Él salva y lleva a cabo la obra redentora. Sus hijos e hijas siempre estarán seguros en sus manos.
- ¿Te da paz saber que tu vida está escondida en Cristo y que estás eternamente segura en sus manos?
Los Judíos no pueden entender y amenazan a Jesús
¿Te ha pasado alguna vez que estás tan convencida de algo (alguna manera de hacer las cosas, alguna tradición o costumbre) que te resulta imposible abrirte a un nuevo y mejor entendimiento acerca de dicho tema?
Los judíos no podían comprender a Jesús. Les preocupaba la popularidad que estaba alcanzando entre los judíos. No cabía en sus rituales, tradiciones; en su manera de entender las cosas, en la forma como ellos esperaban al Mesías. Pensaban que estaba loco o que tenía un demonio. Pero a la vez no entendían cómo era posible que siendo loco hiciera milagros… ¡confusión total!
De acuerdo a su manera de ver e interpretar las cosas, Jesús estaba pecando de blasfemia.
¿Cuál fue su solución? «¡Matémoslo!» Ellos de verdad pensaban que estaban haciendo un servicio a Dios con esta determinación. Pero lo más sorprendente aún es que esa iniciativa solo vendría a cumplir los planes perfectos de Dios (vv. 11:52-53).
Esto me hace pensar en mi propia perspectiva a veces orgullosa. A veces pienso que la manera en la que yo entiendo las cosas es la correcta y no me abro para entender el punto de vista de los demás. Pienso que quizás los que no piensan como yo ¡son herejes!
¿Te ha pasado a ti? ¡Dios tenga misericordia de nuestro corazón fariseo y nos enseñe a extender gracia!
Jesús siempre llega en el tiempo perfecto para cumplir Sus propósitos
Marta y Maria habían mandado decir a Jesús que Lázaro estaba enfermo. Seguramente temían que muriera. Para sorpresa de ellas, Jesús no corre hacia allá, sino que se queda dos días más donde estaba y de ahí decide volver a Judea. ¿Será que no amaba a Lázaro realmente? ¿Será que no le importaba o se había olvidado de él?
¿Cuántas veces nos ocurre lo mismo? Estamos en medio de una situación que nos parece agobiante; ya no podemos soportar más. Oramos y Dios parece no escuchar.
Esta historia de Lázaro nos enseña varias cosas:
- Según nuestro reloj, Dios puede llegar tarde. Cuando Jesús llegó ya Lázaro había muerto (¡hasta hedía!).
- La realidad es que Dios nunca llega tarde; Él siempre llega en el tiempo perfecto para cumplir Sus propósitos.
- Dios conoce el fin desde el principio. En este caso Él sabía que «esta enfermedad no era para muerte, sino para mostrar la gloria de Dios» (v.11:4). Jesús conocía «el plan». No tenía que apresurarse.
- Aunque Jesús sabe el final, Él se compadece de nuestro dolor humano. Él se conmovió al ver el dolor de las hermanas, le conmovió ver la desesperanza que las embargó (ver Heb 4:15).
- Era necesario que Lázaro estuviese muerto y enterrado para que el milagro fuera mayor. Muy seguramente este suceso aumentó la fe de muchos en ese momento, ya que mostró el poder de Jesús sobre la vida y la muerte. Esto trajo más gloria a Dios que si hubiera simplemente sanado a Lázaro antes de que muriera.
- La resurrección de los muertos es una realidad. Cuando estemos en Cristo, seremos resucitados a una vida eterna a Su lado. Para los que mueren en Cristo, la muerte es solo el principio de la vida verdadera.
- ¿Temes a la muerte? ¿Cómo te alienta la certeza de que vivirás con Cristo eternamente?
- Debemos orar con fe y corazones agradecidos. Jesús dio gracias a Dios aun antes que el milagro sucediera porque sabía que su Padre lo había escuchado. (ver Fil. 4:6-7).
¿Qué situación estás atravesando ahora y te estás impacientando porque Dios parece no llegar? ¿Cómo te alienta este relato? Hermana, alienta tu corazón. Jesús conoce tus circunstancias. Él obrará. Confía en Su reloj y en Su plan. Siempre es el mejor y el que le dará más gloria a Él.
Recuerda: Los ojos del Señor están sobre los justos, y Sus oídos atentos a su clamor (Sal 34:15).
Ora que el Señor aumente tu fe en la espera: Jesús le dijo: «¿No te dije que si crees, verás la gloria de Dios?» (v. 11:40).
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