Día 29 | Levítico 7 – 9
En estos capítulos del libro de Levítico, continuamos viendo las instrucciones que Dios le dio a Moisés acerca de los diferentes sacrificios y cómo debían llevarse a cabo. Cada uno exige un procedimiento diferente.
De nuevo vemos un orden particular en los sacrificios:
- Expiación (para recibir el perdón de los pecados).
- Un sacrificio u holocausto de re-dedicación a Dios; para restaurar la comunión con Dios.
- Un sacrificio de paz o gratitud.
- ¿Qué te llama la atención de la cantidad de detalles que había que tomar en cuenta para cada uno de los sacrificios?
- ¿Qué te llama la atención acerca del orden de estos sacrificios?
Lee Levítico 8:17. Lee Hebreos 13:10-14 y compara con ellos la obra de Cristo.
- ¿Quién es el Cordero que salió de una vez y para siempre fuera del campamento para expiar el pecado?
El altar era el lugar donde los sacerdotes presentaban los sacrificios. Sin estos …
En estos capítulos del libro de Levítico, continuamos viendo las instrucciones que Dios le dio a Moisés acerca de los diferentes sacrificios y cómo debían llevarse a cabo. Cada uno exige un procedimiento diferente.
De nuevo vemos un orden particular en los sacrificios:
- Expiación (para recibir el perdón de los pecados).
- Un sacrificio u holocausto de re-dedicación a Dios; para restaurar la comunión con Dios.
- Un sacrificio de paz o gratitud.
- ¿Qué te llama la atención de la cantidad de detalles que había que tomar en cuenta para cada uno de los sacrificios?
- ¿Qué te llama la atención acerca del orden de estos sacrificios?
Lee Levítico 8:17. Lee Hebreos 13:10-14 y compara con ellos la obra de Cristo.
- ¿Quién es el Cordero que salió de una vez y para siempre fuera del campamento para expiar el pecado?
El altar era el lugar donde los sacerdotes presentaban los sacrificios. Sin estos sacrificios era imposible acercarse a un Dios Santo. A la luz de estos primeros capítulos de Levítico y del texto que ves debajo, ¿qué hizo Cristo?
«Y viniendo a Él, como a una piedra viva, desechada por los hombres, pero escogida y preciosa delante de Dios, también ustedes, como piedras vivas, sean edificados como casa espiritual para un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo». –1 Pedro 2:4-6 (LBLA)
Cristo se sacrificó de una vez y para siempre; Su sangre lavó nuestro pecado y ahora somos parte de un sacerdocio santo consagrado a Él.
Su sacrificio satisfizo los requisitos para nosotros poder acercarnos al Padre con confianza, sin temor a ser juzgados. ¡Esas son buenas noticias!
¿Cómo vives con un Señor que ha hecho todo por ti? ¿Lo tomas por sentado o te entregas a Él? Medita en lo que estos pasajes nos enseñan sobre nuestro Señor y Salvador Jesucristo?
¿Te gustaría que lo que aprendiste en la lectura de hoy fuera de ánimo para otras mujeres? ¡Deja tus pensamientos en la sección de comentarios!
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