Día 282 | Mateo 25 – 26
Jesús continúa enseñando en parábolas a sus discípulos y a nosotras hoy. Algunos puntos que puedo resaltar de la lectura de hoy:
Seamos llenas del Espíritu (vv. 25:1-13)
Me aterra esta frase: «y se cerró la puerta»(v. 25:10). Es una que vemos también cuando se cierra la puerta del arca (Génesis 7:16).
Busca a Dios mientras pueda ser hallado. Solo si estás en Cristo podrás estar en pie cuando Él vuelva.
Y si ya has aceptado a Cristo como tu Señor y Salvador, procura estar llena del Espíritu siempre; velemos y oremos continuamente. No podemos vivir vidas distraídas, perezosas, inmaduras y desconectadas. Debemos cultivar el hábito de meditar en Su Palabra, orar y ver los acontecimientos que suceden en este mundo con «ojos espirituales».
«Por tanto, tengan cuidado cómo andan; no como insensatos sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos». –Efesios 5:15-16
No podemos predecir …
Jesús continúa enseñando en parábolas a sus discípulos y a nosotras hoy. Algunos puntos que puedo resaltar de la lectura de hoy:
Seamos llenas del Espíritu (vv. 25:1-13)
Me aterra esta frase: «y se cerró la puerta»(v. 25:10). Es una que vemos también cuando se cierra la puerta del arca (Génesis 7:16).
Busca a Dios mientras pueda ser hallado. Solo si estás en Cristo podrás estar en pie cuando Él vuelva.
Y si ya has aceptado a Cristo como tu Señor y Salvador, procura estar llena del Espíritu siempre; velemos y oremos continuamente. No podemos vivir vidas distraídas, perezosas, inmaduras y desconectadas. Debemos cultivar el hábito de meditar en Su Palabra, orar y ver los acontecimientos que suceden en este mundo con «ojos espirituales».
«Por tanto, tengan cuidado cómo andan; no como insensatos sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos». –Efesios 5:15-16
No podemos predecir cuándo, pero el Señor vendrá inesperadamente. ¡Seamos prudentes! ¡Estemos listas!
Invierte tu vida en el Reino (vv. 25:24-30)
Dios reparte dones y talentos de acuerdo a Sus propósitos y llamado particular para cada persona. Asegurémonos de administrarlos e invertirlos en Su obra responsablemente y sin temor. El siervo que recibió poco «tuvo temor» (v. 25:25), quiso «ir a lo seguro» y no tomó riesgos. No temamos usar lo poco o mucho que el Señor nos ha dado e invirtamos con fe y sin temor en la expansión de Su reino.
Seamos fieles en la labor que nos ha encomendado. Él se encarga de prosperar nuestros más pequeños esfuerzos.
- ¿Qué te está pidiendo Dios hacer, dar o entregar pero te detiene el temor?
Hay un juicio que se aproxima (vv. 25:31-46)
¿Estamos siendo las manos y los pies de Jesús en este mundo? ¿Cómo estamos mostrando el amor, la misericordia y compasión de Dios a los que nos rodean, a los vulnerables en nuestro círculo de influencia?
Seremos juzgadas y recompensadas por nuestra bondad hacia el necesitado y vulnerable.
«Ya el Juez está a las puertas». –Santiago 5:9
Institución de la cena del Señor (vv. 26:17-29)
Jesús instituyó la cena usando los símbolos del pan sin levadura (Éxodo 12) y el vino, simbolizando su sangre vertida en la cruz. Cuando tomamos la Santa Cena miramos el pasado y el sacrificio de Cristo y anticipamos Su regreso.
- ¿Anticipas el regreso de Cristo?
La soberanía de Dios y la responsabilidad del hombre (vv. 26:24-25)
Aunque Dios había determinado desde antes de la fundación del mundo que Jesús sería entregado, Judas fue responsable delante de Dios de entregar al Hijo del Hombre. Dios es Dios, y nosotros no. Es arrogancia argumentar contra Él. Hay cosas que no entenderemos totalmente de este lado del cielo.
«Me dirás entonces: “¿Por qué, pues, todavía reprocha Dios? Porque ¿quién resiste a Su voluntad?”. Al contrario, ¿quién eres tú, oh hombre, que le contestas a Dios? ¿Dirá acaso el objeto modelado al que lo modela: “Por qué me hiciste así?”». –Romanos 9:20
Hacer la voluntad de Dios a veces no es fácil (vv. 26:39-42)
Dios le dio una copa muy difícil de tomar a Su Hijo. En su humanidad, Jesús pide a Su padre que pasara de Él la copa, si era posible. De la misma manera Dios nos invita a venir a Él con nuestras oraciones y súplicas en momentos de necesidad. Somos humanos y hay situaciones verdaderamente difíciles. Pero, al igual que Jesús, estemos listas a rendir nuestra voluntad a la Suya, sabiendo que, aunque no lo podamos comprender en el momento, Su voluntad es siempre mejor que la nuestra y le trae mayor gloria.
¿Tienes un pulso con Dios en alguna área de tu vida? Por la obra de Cristo en la cruz puedes acercarte a tu Padre confiadamente para presentarle tus argumentos. Pero ven con un corazón rendido, humilde, listo para decir, «Padre mío, si esta copa no puede pasar sin que yo la beba, hágase Tu voluntad y no la mía».
Dios no necesita que nosotros lo defendamos (vv. 26:51-54)
En nuestro celo por Dios muchas veces nos enfrascamos en argumentos y en contiendas para «defender Su nombre» o «Sus valores». Y la intención es buena. Sin embargo, siempre debemos recordar que Dios es capaz de defenderse solo. Él es nuestro Ayudador, nuestro Defensor, nosotros no somos el Suyo.
Nuestra única responsabilidad es «soltar Su Palabra». Ella se defiende sola.
Todas somos capaces de negar a Jesús (vv. 26:69-75)
Los discípulos que estaban tan listos para defenderlo cuando vinieron a arrestarlo salieron huyendo y lo abandonaron cuando Jesús se entregó. Arrogantemente, Pedro había asegurado que nunca abandonaría a Jesús. Pero Jesús, conociendo la debilidad humana, había predicho que Pedro lo haría no una, sino tres veces.
Ninguna de nosotras puede saber cómo reaccionará en un momento de persecución. Quiera Dios hallarnos fieles y dispuestas a seguir a nuestro Salvador sin considerar nuestras propias vidas. ¡Dios nos ayude!
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