Día 277 | Mateo 14 – 16
¡Buenos días, hermanas! Hay tanto que espigar en los evangelios que siento que una corta publicación no me alcanzaría para resaltarlo todo. Aquí les comaprto algunas de las cosas que más llamaron mi atención.
Cuida tu influencia
Leyendo la historia de Herodías y la mala influencia que tuvo sobre su hija y su esposo para lograr sus objetivos me hace recordar la importancia de dejar un legado de edificación y no de destrucción. Herodías tenía una relación adúltera con Herodes y además y astutamente lo manipuló usando a su propia hija para librarse de Juan (quien condenaba la relación entre ella y Herodes).
Nosotras tenemos una gran influencia como mujeres. Oremos que Dios nos permita usarla para bien y no para mal.
Cultivemos la compasión
Nunca deja de asombrarme la compasión de Jesús. Como hombre, seguramente estaba cansado de caminar y de ministrar días enteros, enseñando, sacando demonios, sanando. Usualmente …
¡Buenos días, hermanas! Hay tanto que espigar en los evangelios que siento que una corta publicación no me alcanzaría para resaltarlo todo. Aquí les comaprto algunas de las cosas que más llamaron mi atención.
Cuida tu influencia
Leyendo la historia de Herodías y la mala influencia que tuvo sobre su hija y su esposo para lograr sus objetivos me hace recordar la importancia de dejar un legado de edificación y no de destrucción. Herodías tenía una relación adúltera con Herodes y además y astutamente lo manipuló usando a su propia hija para librarse de Juan (quien condenaba la relación entre ella y Herodes).
Nosotras tenemos una gran influencia como mujeres. Oremos que Dios nos permita usarla para bien y no para mal.
Cultivemos la compasión
Nunca deja de asombrarme la compasión de Jesús. Como hombre, seguramente estaba cansado de caminar y de ministrar días enteros, enseñando, sacando demonios, sanando. Usualmente leemos que luego de pasar el día «en los negocios de Su Padre» se iba a un lugar desierto (¡seguro a descansar!) y hasta allí lo seguían multitudes. Y en cada oportunidad vemos que Él elegía ministrarles en lugar de buscar su comodidad.
A través de todos los evangelios, la compasión de Jesús marca un gran contraste con la dureza de corazón y el legalismo de los religiosos de su época.
- ¿Qué interrupciones necesitas hacer hoy en tu agenda para ministrar a alguien?
Cuando Dios está en la ecuación la provisión siempre es suficiente
En dos ocasiones hoy Jesús pidió que los discípulos alimentaran una multitud (5000 y 4,000 personas, respectivamente). Mirando lo que tenían en sus manos (unos cuantos panes y peces), los discípulos consideraron que tal meta sería imposible.
¿Cuántas veces Dios no me ha pedido hacer algo y lo primero que veo es de lo que carezco? Esto pudiera ir desde preparación y conocimiento, hasta tiempo, recursos económicos, voluntad, etc. Pero Dios nos invita a obedecer y a confiar que Él suplirá lo que necesitamos para hacer lo que nos llama a hacer. Entrégale a Él lo que tengas y observa como lo multiplica.
- ¿En qué área de tu vida necesitas obedecer y actuar en fe creyendo que Dios proveerá lo que te hace falta para llevar a cabo lo que te ha encomendado?
Cuando te sientes abrumada, asustada o ahogada, pon tus ojos SOLO en Cristo
Los discípulos habían caminado con Jesús ya por algún tiempo, habían visto sus milagros, (¡acababan de ver el milagro de la alimentación de los 5,000!) y aún temieron cuando se vieron amenazados por el viento que se levantó en contra de ellos. Jesús se acercó a ellos al igual que hace con nosotras cuando estamos en medio de una tormenta y les anuncia su presencia para calmarlos.
Muchas veces cuando estamos en medio de dificultades y tormentas en la vida tendemos a poner nuestra mirada en la tormenta en sí, y nos llenamos de temor. ¡Me ha sucedido muchas veces! Jesús nos invita a caminar por fe, creyéndole a Él, mirándolo a Él. En medio de las circunstancias difíciles, inestables y cambiantes, el punto fijo donde debe reposar nuestra mirada es Jesús. Él está con nosotras y eso nos debe llenar de paz en medio de la tormenta. Cuando fallamos en hacer esto nos sentimos sobrecogidas por el temor y la duda.
- ¿En qué situaciones actuales de la vida te hace falta fe?
- ¿Qué debes hacer para poner tus ojos en Cristo y no en las circunstancias?
Practiquemos la fe verdadera, no la religión
Los escribas y fariseos continuamente buscaban acorralar a Jesús para confrontarlo con algún error doctrinal o violación de alguna tradición. Escribo esto y yo misma me siento convicta de la cantidad de veces que he hecho esto con otros hermanos. ¡Cuán legalistas podemos ser tratando de «tener la razón» y dejando de mostrar amor y compasión a otros!
Jesús llamaba a los fariseos «hipócritas», ya que sus acciones no correspondían a sus propias creencias y tradiciones que imponen a otros como mandamientos de Dios. Él decía que esa «falsa doctrina» estaba fermentada porque puede crecer y afectar nuestra salud espiritual: «Un poco de levadura leuda toda la masa». –Galatas 5:9
Evalúa tu propio corazón y actitudes. ¿Juzgas a los demás continuamente tratando de que se amolden a tu forma de pensar y de actuar? ¿Cortas relaciones con los que no piensan como tú?
«La religión pura y sin mácula delante de Dios el Padre es esta: Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha del mundo». –Santiago 1:27
Dios no se ofende si argumentamos con Él
Jesús fue enviado al pueblo de Israel, sin embargo Él acepta el argumento de una mujer cananea que le pidió «comer de las migajas» de lo que Él le estaba dando al pueblo de Israel (vv. 15:21-28). En lugar de rechazarla o amonestarla, Jesús accede a su petición.
Veremos varias veces en los evangelios que Jesús se asombra por la fe de los que no son de Su pueblo y actúa movido por esa fe. La fe de esta mujer gentil resalta sobre la continua falta de entendimiento e incredulidad de los mismos discípulos.
Dios no se ofende con nuestras argumentaciones. Él desea que clamemos a Él, que le recordemos Sus promesas. Él quiere que creamos en Él y creamos que Él es un buen Padre que recompensa a los que le buscan con fe.
«Acuérdate de la palabra dada a tu siervo, en la cual me has hecho esperar». –Salmos 119:49
La iglesia prevalecerá
La iglesia verdadera está fundada sobre la piedra angular que es Cristo, el Hijo del Dios viviente. Esa iglesia universal jamás será sacudida.
No dejes que los tiempos difíciles te llenen de temor. Los enemigos de la iglesia se levantarán, naciones enteras pudieran levantarse contra la iglesia, pero jamás prevalecerán.
Finalmente, recordemos:
- No invalidemos o blasfememos la Palabra de Dios con nuestra vida práctica; con nuestro testimonio. Vivamos lo que predicamos, sin justificar o «cristianizar» cuando no lo hacemos.
- Dejemos de juzgar el exterior de los hombres y miremos el corazón. Es difícil, porque solo Dios lo conoce, pero no nos dejemos confundir por la apariencia externa.
- Toda mala obra sale del corazón.
- Creamos sin ver, sin dudar. Lo que más disgusta a Dios es la incredulidad y lo que más le agrada es nuestra fe.
- Recordemos los milagros pasados de Dios en nuestra vida, Su fidelidad pasada, y seamos fortalecidas para enfrentar los problemas presentes.
- Pedro quiso evitar que Jesús pasara por sufrimiento, pero Jesús le recordó que el camino del creyente verdadero es angosto; es un camino de auto negación, de movilidad descendente. Es un llamado costoso y sacrificial. Mientras el mundo te dice «salva tu vida», «no sufras», «no te mereces sufrir», Cristo nos invita a perder la vida como la conocemos para ganar algo mucho más valioso: gozo, libertad, abundancia y vida eterna junto a Él para siempre.
Te invito a disfrutar de esta canción esta mañana: «Dame a Cristo»
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