Día 275 | Mateo 10 – 11
Hoy vemos a Jesús llamando a los doce discípulos, a los apóstoles (significado: enviado a cumplir órdenes; mensajero).
- Simón Pedro (o Cefas) = uno de los primeros discípulos, hermano de Andrés. Pescador.
- Andrés = pescador, hermano de Pedro. Introdujo a Pedro a Jesús.
- Jacobo (hijo de Zebedeo) = pescador, hermano de Juan. Jesús les llamaba a él y a su hermano «hijos del Trueno».
- Juan = hermano de Jacobo, pescador; «el discípulo amado».
- Felipe = uno de sus primeros discípulos.
- Bartolomé (Natanael). Felipe lo introdujo a Cristo.
- Tomás = el que quiso ver las heridas de Jesús para creer.
- Mateo = recaudador de impuestos que Jesús llama a seguirle.
- Jacobo = hijo de Alfeo.
- Tadeo (Judas) = hermano de Jacobo, hijo de Alfeo.
- Simón = el Zelote.
- Judas Iscariote = el que traicionó a Jesús.
Podemos extraer algunos principios espirituales de la lectura de hoy:
1. Dios no llamó a …
Hoy vemos a Jesús llamando a los doce discípulos, a los apóstoles (significado: enviado a cumplir órdenes; mensajero).
- Simón Pedro (o Cefas) = uno de los primeros discípulos, hermano de Andrés. Pescador.
- Andrés = pescador, hermano de Pedro. Introdujo a Pedro a Jesús.
- Jacobo (hijo de Zebedeo) = pescador, hermano de Juan. Jesús les llamaba a él y a su hermano «hijos del Trueno».
- Juan = hermano de Jacobo, pescador; «el discípulo amado».
- Felipe = uno de sus primeros discípulos.
- Bartolomé (Natanael). Felipe lo introdujo a Cristo.
- Tomás = el que quiso ver las heridas de Jesús para creer.
- Mateo = recaudador de impuestos que Jesús llama a seguirle.
- Jacobo = hijo de Alfeo.
- Tadeo (Judas) = hermano de Jacobo, hijo de Alfeo.
- Simón = el Zelote.
- Judas Iscariote = el que traicionó a Jesús.
Podemos extraer algunos principios espirituales de la lectura de hoy:
1. Dios no llamó a los sabios, a los maestros de la Ley; Él se reveló y llamó a pescadores simples y a personas no muy apreciadas en ese tiempo (como el recaudador de impuestos).
En ocasiones yo he pensado… «¿qué tal si Dios salvara a Oprah Winfrey o a una personalidad así? ¡Qué bueno sería para el avance del evangelio!»… Dios entonces me recuerda que Él no necesita a alguien «famoso» ni a un «influencer» para llevar Su mensaje. Él lo lleva con personas simples, como tú y como yo.
2. Dios nos llama y nos equipa para el llamado. Tenemos Su Espíritu de poder en nosotros que nos capacita dándonos Su autoridad para llevar a cabo la obra (v. 10:1).
3. Dios nos envía. Él nos da instrucciones y nos manda a anunciar las buenas nuevas del Evangelio en donde nos envía, sin considerar el costo. Debemos dar lo que de gracia hemos recibido y Él se encarga de proveer. Él solo requiere fidelidad en la encomienda (vv. 10:5-15).
4. El llamado es difícil, tiene obstáculos. Estaremos viviendo entre personas que no lo reconocen como Dios y por tanto seremos repudiados por muchos. Incluso los miembros de nuestras propias familias pudieran considerarnos sus enemigos. Pero no debemos temerle a los hombres, sino a Dios. Nuestra lealtad debe estar con Él por encima de los hombres, aunque se sacrifiquen relaciones (vv. 10:24-33).
5. Al igual que Cristo seremos vituperados y experimentamos sufrimiento, pero no hay que temer porque «nuestros cabellos están contados». Él cuida de nosotros.
«... y conocerlo a Él, el poder de Su resurrección y la participación en Sus padecimientos, llegando a ser como Él en Su muerte». –Filipenses 3:10
6. El discipulado es costoso. Hoy en día se predica un evangelio barato que solo promete bienestar, pero no se habla del costo del verdadero discipulado, el cual conlleva perder nuestra vida como la conocemos, perder lo que valoramos en esta tierra para ganar algo mucho más valioso (vv. 10:34-39).
7. Dios no mide el éxito con ojos humanos; Él premia la fidelidad. Juan el Bautista estaba en la cárcel. Seguramente habrá pensado que su ministerio había sido un fracaso. Pero Jesús lo alaba por su fidelidad de hacer lo que se le había encomendado: preparar el camino para el Mesías; menguar para que otro pasara adelante (vv. 11:2-19).
8. Cuidémonos de la incredulidad. Jesús reprende a las ciudades por su falta de fe. Él había hecho grandes milagros en Corazín, Betsaida y Capernaúm, pero ellos no se habían arrepentido. Comparó estas ciudades con Tiro, Sidón y Gomorra, llegando a decir que aun esas naciones impías y orgullosas se hubieran arrepentido si hubieran sido testigos de los milagros que estas ciudades habían visto (vv. 11:20-24).
«Tengan cuidado, hermanos, no sea que en alguno de ustedes haya un corazón malo de incredulidad, para apartarse del Dios vivo». –Hebreos. 3:12
9. Dios Padre revela sus secretos a personas que son como niños, personas que no se consideran sabios e inteligentes al punto de rechazar la «necedad» del evangelio (vv. 11:25-26). El Padre le entregó todo al Hijo, y el Hijo es quien revela al Padre a sus elegidos (v. 11:27).
10. Cristo es nuestro descanso. Cuando dejamos atrás toda arrogancia y el orgullo de pretender conocerlo todo, y de salvarnos a nosotras mismas, experimentamos Su descanso (vv. 11:28-29).
- ¿Has considerado el costo del discipulado?
- ¿Eres una verdadera discípula de Cristo? ¿Por qué sí o por qué no?
- ¿Es Cristo tu descanso?
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