Día 266 | Sofonías
Sofonías fue un profeta usado por Dios durante el mismo tiempo de Habacuc y Jeremías (en Judá). El texto dice que era «hijo de Ezequías». Al ser uno de los pocos profetas que mencionan su linaje de manera tan detallada, los estudiosos piensan que pudo haber sido hijo de Ezequías, rey de Judá. Al igual que los profetas de su tiempo, Sofonías tenía un mensaje duro para el pueblo y les animaba a volverse al Señor.
El día de Jehová
El primer capítulo se centra primordialmente en el juicio de Dios que era inminente debido al declive religioso y moral de la nación. La expresión «el día de Jehová» o «el día del Señor» se repite en más ocasiones que en otros libros proféticos, alertando que ese día de juicio llegaría pronto como disciplina por la decadencia espiritual de Judá.
En la medida que leemos, nos damos cuenta de que …
Sofonías fue un profeta usado por Dios durante el mismo tiempo de Habacuc y Jeremías (en Judá). El texto dice que era «hijo de Ezequías». Al ser uno de los pocos profetas que mencionan su linaje de manera tan detallada, los estudiosos piensan que pudo haber sido hijo de Ezequías, rey de Judá. Al igual que los profetas de su tiempo, Sofonías tenía un mensaje duro para el pueblo y les animaba a volverse al Señor.
El día de Jehová
El primer capítulo se centra primordialmente en el juicio de Dios que era inminente debido al declive religioso y moral de la nación. La expresión «el día de Jehová» o «el día del Señor» se repite en más ocasiones que en otros libros proféticos, alertando que ese día de juicio llegaría pronto como disciplina por la decadencia espiritual de Judá.
En la medida que leemos, nos damos cuenta de que las profecías parecen ser de doble cumplimiento: un día de castigo para el pueblo de ese tiempo (la futura invasión de Babilonia), y al mismo tiempo un día futuro cuando las naciones serán objeto del juicio justo de Dios.
En este libro vemos tanto la justicia como la misericordia de Dios desplegadas. Al mismo tiempo que Sofonías predice este día terrible cuando el Señor «destruirá por completo todas las cosas sobre la faz de la tierra» (incluyendo hombres, animales, peces, etc., nada ni nadie escapa de Su juicio), en Su gracia Él limpiaría, purificaría y salvaría un remanente fiel mientras toda la tierra sería consumida.
«Pero el día del Señor vendrá como ladrón, en el cual los cielos pasarán con gran estruendo, y los elementos serán destruidos con fuego intenso, y la tierra y las obras que hay en ella serán quemadas». –2 Pedro 3:10
- Ese día llegará. ¿Estás lista?
Algunos puntos a resaltar:
1. No hay lugar donde podamos escondernos de Dios y Él aborrece la tibieza
El Señor dice que «escudriñará a Jerusalén con linterna» y que castigaría «a los que reposan tranquilos como el vino asentado, los cuales dicen en su corazón: Jehová ni hará bien ni hará mal». –vv.1:12
- ¿Cómo está tu vida espiritual? ¿Estás fría, tibia o vives apasionada por el Señor y su obra?
«Así, puesto que eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de Mi boca». –Apocalipsis 3:16
El Señor quiere un pueblo dispuesto y ferviente hacia Él.
«No sean perezosos en lo que requiere diligencia. Sean fervientes en espíritu, sirviendo al Señor». –Romanos 12:11
2. Dios controla y dirige todos los sucesos de la historia.
3 Las riquezas, posesiones no pueden salvar.
4. «Cercano está el gran día; cercano y muy próximo» (v. 1:14).
«Pero, amados, no ignoren esto: que para el Señor un día es como mil años, y mil años como un día. El Señor no se tarda en cumplir Su promesa, según algunos entienden la tardanza, sino que es paciente para con ustedes, no queriendo que nadie perezca, sino que todos vengan al arrepentimiento». –2 Pedro 3:8-9
5. Toda arrogancia, orgullo y jactancia humana será eliminada y el Señor recompensará a los humildes y mansos que confiaron en Él (vv. 3:11-12).
¿Estás entre los arrogantes que son sus propios dioses o entre los humildes? El llamado de Dios al arrepentimiento sigue hoy vigente. Dios nos llama a buscarlo con afán y cuando acudimos a Él en humildad, arrepentidas, Él nos restaura por completo. Igualmente, en Cristo somos libradas de la ira venidera que vendrá sobre todo el mundo ese gran día del Señor.
¿Estás en Cristo? Si no lo conoces o te has alejado, vuelve a Él. Él te espera con Su misericordia para perdonar y restaurarte, librarte del juicio venidero que se aproxima (¡está muy cerca!) y darte vida eterna a su lado.
Si lo conoces, persevera y sigue siendo fiel (v. 2:3). Vive una vida de continuo arrepentimiento y de continua dependencia en el asombroso evangelio de Jesucristo. Cuando estamos en Él, cuando nos deleitamos en Él y le obedecemos, Él se deleita en nosotros:
«Canta jubilosa, hija de Sión. Lanza gritos de alegría, Israel. Alégrate y regocíjate de todo corazón, Hija de Jerusalén. El Señor ha retirado sus juicios contra ti, ha expulsado a tus enemigos. El Rey de Israel, el Señor, está en medio de ti; ya no temerás mal alguno». –vv.3:14-15
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