Día 260 | Amós 5 – 9
Como vimos ayer Israel gozaba de gran prosperidad. Esta produjo en la nación un imperante materialismo. Al desear las cosas materiales sin importar los medios, se volvieron egoístas, y así le dieron paso a la injusticia. Sin embargo, Dios desea que los Suyos sean justos y amen la rectitud.
Amós, con espíritu de lamentación, en el capítulo 5 llama al pueblo al arrepentimiento porque a pesar de la dureza de sus corazones, Dios les volvía a conceder otra oportunidad. Cuatro veces les exhorta a que busquen al Señor y obren conforme a Su Voluntad:
- v. 4 – Buscadme, y viviréis.
- v. 6 – Buscad a Jehová, y vivid.
- v. 8 – Buscad al Creador.
- v.14 – Buscad lo bueno y no lo malo, para que viváis.
Buscar y encontrar a Dios es la vida, y esa vida conduce a que se aborrezca la maldad y se establezca la justicia. El …
Como vimos ayer Israel gozaba de gran prosperidad. Esta produjo en la nación un imperante materialismo. Al desear las cosas materiales sin importar los medios, se volvieron egoístas, y así le dieron paso a la injusticia. Sin embargo, Dios desea que los Suyos sean justos y amen la rectitud.
Amós, con espíritu de lamentación, en el capítulo 5 llama al pueblo al arrepentimiento porque a pesar de la dureza de sus corazones, Dios les volvía a conceder otra oportunidad. Cuatro veces les exhorta a que busquen al Señor y obren conforme a Su Voluntad:
- v. 4 – Buscadme, y viviréis.
- v. 6 – Buscad a Jehová, y vivid.
- v. 8 – Buscad al Creador.
- v.14 – Buscad lo bueno y no lo malo, para que viváis.
Buscar y encontrar a Dios es la vida, y esa vida conduce a que se aborrezca la maldad y se establezca la justicia. El pueblo despreció este llamado, escogiendo literalmente la muerte: en consecuencia, «el día de Jehová» llegaría. En este contexto esta expresión significa día de juicio. Como ya vimos, Asiria sería el instrumento a usar para la ejecución de dicha sentencia.
En el capítulo 6 el profeta arremete contra Judá e Israel. Los nobles y principales «reposados y confiados» en sus riquezas, lujos y comodidades, no pensaban ni se afligían por el pueblo abrumado con muchas necesidades; por tanto, en ese día del juicio, sus placeres se convertirían en duelo. El Dios que los había escogido por amor (Deuteronomio 7:7-8), ahora abominaba la soberbia y la indolencia que exhibían. Con un tono de ironía en el v. 13 les reprocha diciéndoles:
«Vosotros que os alegráis en nada, que decís: No hemos adquirido poder con nuestra fuerza».
Estas palabras deben provocar en nuestros corazones una seria reflexión, pues constantemente tendemos a apoyarnos y alegrarnos en lo creado más que en el Creador. En su orgullo y engreimiento Israel olvido lo que nosotras muchas veces olvidamos:
- Que solamente Dios es quien da la verdadera alegría, satisfacción y placer; y que solo «a Su diestra hay delicias para siempre». –Salmos 16:11
- Que NADA significa: ninguna cosa o ausencia de todo, y que «temer a Dios y guardar Sus mandamientos es el todo de los hombres».–Eclesiastés 12:13
- Que el poder verdadero está en confiar en el Señor, pues en Él está la «fortaleza» de los siglos (Is. 26:4).
¿En verdad crees que solo en Él está la verdadera alegría? ¿En el buscar a Dios encuentras tu vida? ¿Es Él tu confianza y fortaleza?
Pasamos a los capítulos 7, 8 y 9, aquí Amós describe sus 5 visiones cuyos significados apuntan al juicio y la destrucción. Al igual que Abraham, este intercede dos veces por el pueblo al cual se refiere con la palabra «pequeño», pues recordaba lo insignificante que eran. Sabía que la verdadera grandeza de ellos como nación estaba en el Dios Fiel y Verdadero. A pesar de los olvidos es conmovedor ver las palabras con que apela a Dios: «¿Quién levantará a Jacob?»
Nosotras, al igual que este profeta, tenemos el privilegio de apelar e interceder por otros ante Dios. Orar es nuestra responsabilidad, el levantar es la del Señor. Aunque veamos cómo Dios envía merecidos castigos por causa del pecado, no dejemos de interceder. Quizás no veamos los resultados de nuestras oraciones hechas aquí, pero recuerda que una a una va llenando esas «copas de oro llenas de incienso que son las oraciones de los santos» (Apocalipsis 5:8), las cuales suben como olor fragante ante Su presencia.
Amós también hace referencia a Amasías, sacerdote de Betel, quien le denuncia falsamente ante Jeroboam rey de Israel. Este pastor, fiel a su encomienda, no se amedrenta frente a su oponente y profetiza la desgracia que vendría sobre él y su familia. No debería sorprendernos el hecho de que por decir la verdad, a menudo encontramos quiénes se nos opongan o emitan falsos juicios sobre nosotras. Oremos que Dios nos conceda tierna firmeza y fidelidad al exponer Su gloriosa Verdad ante los demás.
Como nuestro Dios es el Dios de esperanza y de nuevas oportunidades, en los versículos 11–15 del capítulo 9, encontramos Su promesa de restauración: Su pueblo volvería de la cautividad, reedificarían las ciudades destruidas para habitarlas; beberían el vino de sus viñas y comerían del fruto de sus huertos
Y lo más glorioso: Dios mismo levantaría el tabernáculo caído de David y lo edificaría como en el tiempo pasado. En el libro de Esdras vemos como el templo es reconstruido por el pueblo. Pero viendo más allá con los ojos de la fe, llegará «otro día de Jehová», cuando Él hará nuevas todas las cosas y habitaremos la nueva Jerusalén, donde «no veremos en ella templo; porque el Señor Dios Todopoderoso es el templo de ella, y el Cordero». –Apocalipsis 21:22
Sí has buscado y encontrado al Señor, allá estarás junto a todos los redimidos. Vive tus días a la luz de esta maravillosa promesa, pues Sus palabras son fieles y verdaderas (Apocalipsis 21:5). Haciéndolo, tendrás la verdadera alegría, el verdadero todo y la verdadera fortaleza.
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