Día 243 | Ezequiel 30 – 31
Hoy vemos las profecías de la caída de Egipto; la última de la serie de naciones que Dios disciplinaria. Al igual que Babilonia, Egipto en las Escrituras representa una parábola del mundo separado de Dios.
1. El orgullo precede la caída
Como hemos visto hasta aquí, Dios detesta la autoconfianza, la arrogancia y la exaltación personal. Y esto lo vemos muy claramente ilustrado en la lectura de hoy en el alto y encumbrado cedro que se levantó por encima de todos los demás. Este gran árbol había crecido porque Dios le había dado lo necesario, proveyendo manantiales profundos, agua abundante para sus raíces que le ayudaron a crecer alto y frondoso. Bajo la mirada y providencia de Dios, el rey creció en poder, hasta el punto que no había nadie mayor que él. Muchas naciones se refugiaban bajo su sombra, y su corazón se elevó, llegandose a considerar a sí …
Hoy vemos las profecías de la caída de Egipto; la última de la serie de naciones que Dios disciplinaria. Al igual que Babilonia, Egipto en las Escrituras representa una parábola del mundo separado de Dios.
1. El orgullo precede la caída
Como hemos visto hasta aquí, Dios detesta la autoconfianza, la arrogancia y la exaltación personal. Y esto lo vemos muy claramente ilustrado en la lectura de hoy en el alto y encumbrado cedro que se levantó por encima de todos los demás. Este gran árbol había crecido porque Dios le había dado lo necesario, proveyendo manantiales profundos, agua abundante para sus raíces que le ayudaron a crecer alto y frondoso. Bajo la mirada y providencia de Dios, el rey creció en poder, hasta el punto que no había nadie mayor que él. Muchas naciones se refugiaban bajo su sombra, y su corazón se elevó, llegandose a considerar a sí mismo superior a todos. Por tanto Dios se convirtió en su enemigo, y lo entregó en manos de Nabucodonosor para su destrucción total.
Este relato trae a mi mente la torre de Babel que vimos en Génesis 11. Todo orgullo y auto-exaltación del hombre recibe la censura y disciplina de Dios. ¡Él es Dios y no hay otro!
«Delante de la destrucción va el orgullo, y delante de la caída, la arrogancia de espíritu». –Proverbios 16:18
Si hay algo que se ha convertido en un «pecado respetable» hoy en día es la exaltación personal. Con los medios y redes sociales que tenemos a nuestra disposición, muchos se convierten en personalidades, en maestros, en «influencers», en grandes figuras seguidas por muchos, bajo cuya sombra muchos encuentran «refugio».
Esto es un veneno para el corazón.
El ser humano no fue hecho para ser adorado; fue creado para adorar. Fuimos creadas para adorar a nuestro creador únicamente, no para ser objetos de adoración.
«Entonces me postré a sus pies para adorarlo, pero me dijo: “No, no me adores a mí. Yo soy un siervo de Dios, como tú y tus hermanos que dan testimonio de su fe en Jesús. Adora únicamente a Dios…”». Apocalipsis 19:10 (NTV)
- Evalúa tu corazón. ¿Necesitas la afirmación de los demás para sentirte valiosa? ¿Te promueves para buscar el reconocimiento de los demás?
- ¿Te has llenado de orgullo por lo que Dios te ha permitido lograr en la vida?
- ¿Te han cegado estos logros al punto de considerarte superior (más piadosa, más inteligente, más sabia, más conocedora, más espiritual) que los que te rodean?
- Recuerda: No tienes nada que no te haya sido dado por Dios. «Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto». –Santiago 1:17
«... digo a cada uno de ustedes que no piense de sí mismo más de lo que debe pensar, sino que piense con buen juicio, según la medida de fe que Dios ha distribuido a cada uno». –Romanos 12:3
2. Dios reina.
«Nuestro Dios está en los cielos; Él hace lo que le place». –Salmos 115:3
«Dios reina sobre las naciones; sentado está Dios en Su santo trono». –Salmos 47:8
«Él domina con Su poder para siempre; Sus ojos velan sobre las naciones; no se enaltezcan los rebeldes. (Selah)». –Salmos 66:7
Nuestro Dios es creador de todo cuanto existe, y Él gobierna sobre todo y todos. Él hace lo que le place para cumplir Sus sabios propósitos.
Él quiere que toda rodilla se doble y reconozca que solo Él es Dios.
El mismo Nabucodonosor, quien fuera Su instrumento escogido para la destrucción de Egipto, debió entender esta lección en su momento (Daniel 4).
- La gloria del hombre es pasajera. El reino del hombre no permanecerá; solo el reino de Cristo durará eternamente.
- Dios reina. ¿Qué implicaciones prácticas tiene esta verdad en tu vida? ¿Cómo te alienta esa verdad en este preciso momento?
- ¿Qué te ha mostrado Dios a ti hasta aquí? ¡Deja tu comentario debajo!
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