Día 229 | Jeremías 45 – 48
Hoy vemos el contenido del rollo que el Señor le dictó a Jeremías y que Baruc debía escribir (ver Jeremías 36). Aunque el primer rollo fue quemado por Josías (Jer. 36:23), Jeremías pide a Baruc que lo escriba de nuevo. Estos rollos contenían todas las profecías acerca de lo que Dios tenía deparado para Israel, Judá, y las naciones a su alrededor.
Mientras le dictaba a Baruc, este sentía dolor por todo el mal que vendría. Quizás experimentó temor de tener que pasar por el exilio a Babilonia y se lamentaba de no quedar exento de esta providencia dolorosa. Pero a través de Jeremías Dios le promete a Baruc que Él lo sostendría en medio de todo, y le aconsejó no buscar «grandes cosas» para sí mismo, ya que Dios era capaz de destruirlo todo.
- ¿Temes un futuro incierto?
- ¿Tienes ambiciones personales que persigues con afán?
Deja que esta palabra …
Hoy vemos el contenido del rollo que el Señor le dictó a Jeremías y que Baruc debía escribir (ver Jeremías 36). Aunque el primer rollo fue quemado por Josías (Jer. 36:23), Jeremías pide a Baruc que lo escriba de nuevo. Estos rollos contenían todas las profecías acerca de lo que Dios tenía deparado para Israel, Judá, y las naciones a su alrededor.
Mientras le dictaba a Baruc, este sentía dolor por todo el mal que vendría. Quizás experimentó temor de tener que pasar por el exilio a Babilonia y se lamentaba de no quedar exento de esta providencia dolorosa. Pero a través de Jeremías Dios le promete a Baruc que Él lo sostendría en medio de todo, y le aconsejó no buscar «grandes cosas» para sí mismo, ya que Dios era capaz de destruirlo todo.
- ¿Temes un futuro incierto?
- ¿Tienes ambiciones personales que persigues con afán?
Deja que esta palabra sea para ti. «No las busques».Cuídate de ambiciones personales que vayan en contra de los propósitos de Dios para ti. Somete tus sueños y planes a los planes que Dios tiene para ti. Encuentra contentamiento en hacer fielmente lo que Dios te ha encomendado y ha dispuesto para ti.
Dios disciplina a su pueblo
Egipto y Babilonia eran principales poderes políticos de esos tiempos. Dios dispuso que Su pueblo fuese disciplinado por ellos, pero en el proceso, Babilonia destruiría a Egipto, a los filisteos y a Moab, entre otros que veremos mañana. Su destrucción fue ordenada y ejecutada por Dios.
Dios es paciente, pero es justo y no podía pasar por alto el pecado de Su pueblo. Él haría que otras naciones lo castigaran, pero esas naciones a su vez recibieron su castigo (ver Jer 25:29).
Dios usó naciones, unas contra otras, como instrumento de Su juicio. El guerrero victorioso no era Nabucodonosor. Él estaba siendo solo «siervo de Dios» y cumpliendo Sus propósitos.
Egipto adoraba a sus dioses, pero el Señor demuestra que Él era el único Dios. Dios castigó al faraón y a sus dioses, haciéndole ver que sus famosos remedios no eran efectivos (46:11), y desoló a Moab debido a su orgullo y su adoración a Quemos. Moab había confiado en sí misma, en su propia fuerza, nunca había sido estorbada o quebrantada, y Dios la humillaría.
«Porque todo el que se engrandece, será humillado; y el que se humille será engrandecido». –Lucas 14:11
Hay esperanza para el pueblo de Dios
En dos ocasiones, en medio del castigo de las naciones, en medio del exilio, Dios le da aliento y esperanza a su pueblo: «No temas»(vv. 46:27-28). El Señor los entregaría a sus enemigos para castigarlos, pero a la postre les daba esperanza de restauración. Serían corregidos, pero no destruidos; serían restaurados en su tierra y Dios les daría descanso.
- ¿Cómo respondes ante la disciplina de Dios?
Recuerda: «... el Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo». –Hebreos 12:6
Déjate tallar por tu Hacedor y permite que esa disciplina amorosa de frutos de justicia en tu vida.
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