Día 225 | Jeremías 32 – 34
De nuevo vino la palabra de Jehová a Jeremías mientras Babilonia sitiaba a Jerusalén, al rey Sedequías no le gustó el mensaje, y encarceló a Jeremías. ¡Dios no estaba ajeno a esto por supuesto! El encarcelamiento del profeta pudo ser la forma en que Jehová protegería a Jeremías de sus enemigos y proveería alimento en ese terrible tiempo. Aunque el profeta estuvo encarcelado, la palabra de Dios nunca estuvo ni estará presa (2 Timoteo 2:9).
- ¿No te alegra saber que aún en este tiempo, Dios proveerá una manera de que su mensaje llegue a donde Él ha dispuesto?
Dios dijo a Jeremías que comprara la heredad de su tío Salim. Recuerda que Jeremías sabía que esta tierra sería devastada, además, estaba encarcelado. ¿Para qué compraría Jeremías estas tierras, cuál era la lógica de todo esto? ¿Estaría entendiendo bien el mensaje del Señor? ¿Por qué mandaría Jehová a que redimiera esta …
De nuevo vino la palabra de Jehová a Jeremías mientras Babilonia sitiaba a Jerusalén, al rey Sedequías no le gustó el mensaje, y encarceló a Jeremías. ¡Dios no estaba ajeno a esto por supuesto! El encarcelamiento del profeta pudo ser la forma en que Jehová protegería a Jeremías de sus enemigos y proveería alimento en ese terrible tiempo. Aunque el profeta estuvo encarcelado, la palabra de Dios nunca estuvo ni estará presa (2 Timoteo 2:9).
- ¿No te alegra saber que aún en este tiempo, Dios proveerá una manera de que su mensaje llegue a donde Él ha dispuesto?
Dios dijo a Jeremías que comprara la heredad de su tío Salim. Recuerda que Jeremías sabía que esta tierra sería devastada, además, estaba encarcelado. ¿Para qué compraría Jeremías estas tierras, cuál era la lógica de todo esto? ¿Estaría entendiendo bien el mensaje del Señor? ¿Por qué mandaría Jehová a que redimiera esta tierra?
Como ves, Jeremías tuvo dudas, y sinceró su corazón delante de Jehová, clamó a Él, acudió ante Él en alabanza y súplica por esta duda, y Jehová respondió; «Yo soy el Señor, el Dios de toda carne, ¿habrá algo imposible para Mí?» (32:27).Jeremías simplemente obedeció, a pesar de lo ilógico que a él y a otros les pareciera.
- ¿No te pasa también a ti, que dudas y te resistes a la voz de Dios? Dios NO nos pide una fe irracional, pero si nos pide caminar por fe, confiar en quien es Él, en la suficiencia de Su Palabra. Cuánto deseo que toda mi mente y sobre todo mi corazón recuerden que obedecer a Dios es amarlo. Amarlo, es desear y hacer Su voluntad.
Dios revela a Jeremías que Babilonia prevalecerá contra Jerusalén debido a los pecados de Judá. La ira que provocaron a Dios por su idolatría y la de Israel terminaría en una ciudad totalmente destruida. Sin embargo, Dios le recuerda que Su pacto es eterno, se comprometía a que si bien su pueblo sería dispersado; los reunificaría, los haría volver a ese lugar del que ellos tendrían la heredad (las escrituras serían conservadas en vasijas para ellos) y les hará vivir de manera segura.
«Me serán por pueblo y Yo seré su Dios… Así como traje el mal sobre ellos, sobre ellos traeré el bien». Él pondría temor en el corazón de Su pueblo para que no se apartaran más de Él. Él les mostraría el camino, y lo ha hecho, ha cumplido Su pacto y nos ha dado heredad en Cristo, nos ha mostrado el Camino, la Verdad y la Vida, para regresar a Él y nunca más apartarnos, para que por siempre sea nuestro Dios, y nosotras seamos suyas.
- ¿No te estremece saber cómo es el amor de Dios? Nos ha amado tanto que ha dado a Su hijo por amor a ti y a mí, a Su pueblo escogido. Dios se alegra de hacerle bien a Su pueblo, para que sea Suyo.
Estoy segura de que nunca podremos sabernos más amadas que cuando reflexionemos en que Dios nos quiere Suyas, nos quiere para Él. No nos resistamos, Dios quiere sanar y limpiar nuestras heridas, revelar abundancia de paz y verdad a nuestras vidas.
«Alabad a Jehová porque Jehová es bueno y para siempre es Su misericordia».
Dios dio a Sedequías la oportunidad de arrepentirse y salvar la ciudad de destrucción; pero el rey era débil y temió más a los consejeros que a Jehová, no hubo en él ni fe, ni valor. No quiso escuchar de la misericordia extendida de Dios para él y su familia, prefirió someterse a Babilonia.
Los judíos por su parte, trataron de negociar con el Señor y sobornarle, quizá pensaron que Dios honraría su obediencia y derrotaría al enemigo de la misma manera que lo hizo con Ezequías.
Sedequías y Jerusalén buscando el favor de Dios, hicieron un pacto prometiendo libertad a los esclavos como lo mandaba la ley de Moisés (Levítico 25:39-55 y Deuteronomio 15:12–18). Sin embargo, los príncipes que habían dejado libres a los siervos, al ver pasar el peligro, se arrepintieron, rompieron el pacto, así que ahora solo encontrarian libertad a través de ser entregados ante el enemigo, la ciudad sería devastada.
- ¿Cuántas veces buscamos tener el favor de Dios a nuestra manera, sin buscar el verdadero arrepentimiento y poniendo solo remiendos en nuestro caminar con Dios?
Hay una sola forma correcta, arrepiéntete y vuelve a Él, sincérate con Él como lo hizo Jeremías; no confíes en tus obras como Sedequías, ni busques Su favor a tu manera como lo hizo Jerusalén. No importa cuantas veces hayas fallado, Él ha derramado gracia y misericordia para que puedas retomar el camino. «Reconócelo en todos tus caminos y él enderezará tus veredas». –Proverbios 3:6
Si tienes que detenerte y arrodillarte al Señor hazlo ahora, ¡no tardes!
*Ofertas disponibles solo durante la emisión de la temporada de podcast.
Únete a la conversación