Día 224 | Jeremías 30 – 31
«Palabra que vino a Jeremías de parte del Señor...» Así comienza nuestro primer capítulo de hoy. Un mensaje directo de Dios a Su pueblo que describe la gloria y esperanza de un nuevo día para el pueblo de Israel, tanto para los exiliados de Babilonia como para su pueblo en los últimos días.
Jeremías estaba mirando hacia el futuro cercano cuando volvieran los exiliados a Judá, como también al final de los tiempos, cuando Su pueblo se reúna para encontrarse con su Salvador y entrar con Él en Su reino.
Este pasaje es uno de los más alentadores del libro de Jeremías, está lleno de esperanza, y contiene mensajes de descanso y liberación. El mismo Dios les recuerda que Él ha prometido sacarlos de la cautividad, les dará descanso y vivirán sin temor, que Él es el Dios de su salvación; Aquel que destruirá a sus enemigos y hará con …
«Palabra que vino a Jeremías de parte del Señor...» Así comienza nuestro primer capítulo de hoy. Un mensaje directo de Dios a Su pueblo que describe la gloria y esperanza de un nuevo día para el pueblo de Israel, tanto para los exiliados de Babilonia como para su pueblo en los últimos días.
Jeremías estaba mirando hacia el futuro cercano cuando volvieran los exiliados a Judá, como también al final de los tiempos, cuando Su pueblo se reúna para encontrarse con su Salvador y entrar con Él en Su reino.
Este pasaje es uno de los más alentadores del libro de Jeremías, está lleno de esperanza, y contiene mensajes de descanso y liberación. El mismo Dios les recuerda que Él ha prometido sacarlos de la cautividad, les dará descanso y vivirán sin temor, que Él es el Dios de su salvación; Aquel que destruirá a sus enemigos y hará con Su pueblo justicia; quien no dejará pasar su pecado sin castigo, pero que no los destruirá. Les dice que es el Único que puede sanarles y quien les ha amado eternamente, por tanto les extenderá su misericordia (Jer 31:3).
Este sueño de esperanza en la restauración de Israel, trajo paz al corazón turbado de Jeremías. Jehová le deja saber que tendría cuidado de ellos en todo tiempo, aun en el momento de ser derribados, atribulados y afligidos.
- ¿Cómo puede este pasaje tranquilizar tu corazón turbado?
Jehová le hizo saber que haría un nuevo pacto, ya no solo sería el pacto dado a sus padres (pacto abrahámico); el cual habían roto (Jeremías 31:32), sino que ahora haría un nuevo pacto con la casa de Israel y de Judá. Este nuevo pacto (31:31-34), el cual no sería entregado como anteriormente fue a Moisés, que fue tallado en piedra, sino que sería escrito en sus corazones, en cada uno de ellos, daría Su ley en su mente y la escribiría en su corazón, así le reconocerían como su Dios (ya no solo como el Dios de sus padres), y ellos serían entonces el pueblo de Dios. Todos le conocerían.
Este pacto habla del plan de Dios para la salvación que fue desde el principio, aquí menciona de nuevo esa simiente de hombre (y una simiente de animal) prometida desde Génesis, que no solo cubrirá los pecados como lo hacían los sacrificios de animales hasta entonces, sino que quitará por Su Sangre, la sangre de Cristo derramada en la Cruz, todo pecado; haciendo posible que pecadores tengan comunión con un Dios santo.
Dios mandó a Jeremías a escribir todas Sus palabras en un libro (rollo en ese entonces), porque así la nación tendría un registro permanente de Sus promesas; así su pueblo no las olvidaría y las repetirían a sus hijos como lo había mandado (Deuteronomio 6:7-9).
Dios también lo envió para que tú y yo conozcamos quien es nuestro Dios, Su misericordia y gracia que ha derramado sobre nuestras vidas al creer y reconocer a Jesucristo como nuestro Salvador.
Tengamos en nuestra mente Su palabra, arraiguemos Sus promesas en nuestro corazón, recordando en todo tiempo que Él es nuestro Dios y nosotras suyas somos.
Regresa al pasaje, subraya y reflexiona cuántas veces Dios habla de lo que Él hará por Su pueblo. Alábalo por su eterno amor y misericordia para ti.
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