Día 218 | Jeremías 10 – 12
Jeremías sigue obedeciendo el llamado de Dios de profetizar contra el pueblo de Judá y exhortarlos a escuchar la voz de Dios, de lo contrario habría consecuencias y sus dioses no podrían salvarlos.
- Habían roto el pacto que Dios hizo con ellos. Se habían negado a escucharlo y se habían dispuesto a rendir cultos a otros dioses.
- Habían adoptado las costumbres de otras naciones e intentaban conocer el futuro en las estrellas (astrología) (v. 10:1-2).
- Los pastores se habían desviado y no buscaban al Señor (v. 10:21). No había un liderazgo espiritual piadoso que cuidara el rebaño con fidelidad.
- El pueblo asistía al templo sin arrepentirse de las inmoralidades que cometían, como si con ello pudieran esconder su culpa o evitar el castigo (v. 11:15).
- Rendían cultos a artefactos (ídolos) hechos por manos de hombre. Esto solo hablaba de su estupidez y necedad; de su falta de conocimiento. ¡Estos artefactos …
Jeremías sigue obedeciendo el llamado de Dios de profetizar contra el pueblo de Judá y exhortarlos a escuchar la voz de Dios, de lo contrario habría consecuencias y sus dioses no podrían salvarlos.
- Habían roto el pacto que Dios hizo con ellos. Se habían negado a escucharlo y se habían dispuesto a rendir cultos a otros dioses.
- Habían adoptado las costumbres de otras naciones e intentaban conocer el futuro en las estrellas (astrología) (v. 10:1-2).
- Los pastores se habían desviado y no buscaban al Señor (v. 10:21). No había un liderazgo espiritual piadoso que cuidara el rebaño con fidelidad.
- El pueblo asistía al templo sin arrepentirse de las inmoralidades que cometían, como si con ello pudieran esconder su culpa o evitar el castigo (v. 11:15).
- Rendían cultos a artefactos (ídolos) hechos por manos de hombre. Esto solo hablaba de su estupidez y necedad; de su falta de conocimiento. ¡Estos artefactos de madera eran hechos por ellos mismos; eran un fraude, inútiles, ridículos y no tenían ningún poder!
Dios le recuerda a Su pueblo a través de Jeremías que solo Él es Dios, pues él creó todas las cosas, los cielos y las estrellas que ellos adoraban, la tierra, la lluvia, relámpagos y el viento. Dios también creó el hombre que fabricaba los ídolos. ¿Cómo podía un objeto de madera hecho por ellos mismos salvarlos y protegerlos? ¡Estos dioses ofrecían salud, riquezas, fertilidad, pero eran dioses de su propia fabricación, por tanto, no podían ser más poderosos que los artesanos que lo fabrican!
- ¿Qué objetos «sagrados» de la iglesia católica te vienen a la mente cuando piensas en estos ídolos de madera?
- Lee y medita en el Salmo 115.
- Piensa en tu propia vida. Al igual que este pueblo podemos ser tentadas a confiar en dioses que no pueden salvarnos. ¿Dónde has puesto tu confianza? ¿Acaso tienes algún «dios» aparte del Dios Creador todopoderoso? ¿Una carrera? ¿Un esposo? ¿Hijos? ¿Dinero? ¿Reservas económicas? ¿Autoridad? ¿Poder? ¿Influencia? ¿Control? ¿Reconocimiento?
- Pide a Dios que ilumine tu mente y tu corazón y te muestre si hay algún ídolo que debas eliminar de tu vida.
«Hijos, aléjense de los ídolos». –1 Juan 5:21
Complot contra Jeremías
Jeremías se había convertido en un enemigo para el pueblo y querían matarlo para que callara. No querían aceptar al vocero, al profeta de Dios. Pero en lugar de luchar contra sus enemigos, él expuso su queja a Dios (v. 11:20).
Tal y como Asaf, el salmista, (ver Salmos 73), y como muchas de nosotras en algún momento, Jeremías quería entender por qué los malos prosperan. Parecía que les iba bien, aun estando lejos de Dios en sus corazones.
Habremos alcanzado la madurez cuando entendemos que seguir a Cristo no implica una vida libre de problemas o próspera. Implica una vida consagrada a Él, confiada en Sus promesas, y no en Sus explicaciones.
Dios lo alienta a perseverar en la dificultad (v. 12:5) y le recuerda que la oposición vendrá. Él no debía poner su confianza en hombres, ni siquiera en los miembros de su propia familia, sino en Dios. Dios pronunciaría juicio sobre sus enemigos y no quedaría ni uno, pero Jeremías sería librado, y al final Dios restauraría a Judá.
Tanto Jeremías como Jesús fueron «llevados como ovejas al matadero» (Jer 11:19; Isaías 53:7). Pero ambos encomendaron sus vidas a Dios y no se resistieron al plan de Dios con ellos.
- Cuando enemigos se levantan contra ti, ¿qué haces? ¿A quién corres?
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