Día 215 | Jeremías 1 – 3
Hoy iniciamos un nuevo libro: el libro del profeta Jeremías. Si has estado con nosotras desde el principio de este reto, ¡te felicito! ¡Sigue adelante!
Llamado y comisionado
Jeremías fue llamado y comisionado por Dios para denunciar la apostasía de Su pueblo elegido. Se le conoce como «el profeta llorón» debido al contenido de sus escritos. Siendo de naturaleza sensible y un tanto retraído, Dios mismo pone palabras en su boca y le inviste de autoridad para hablar a Su pueblo durante el reinado de Josías, Joacim y Sedequías, hasta el destierro a Babilonia.
- Lee el versículo 1:5.
A la luz de los millones de abortos que ocurren en el mundo, ¿qué te enseña ese texto acerca de la vida? Según este texto, ¿desde cuándo inicia la vida?
- Lee Efesios 1:3-7.
De acuerdo a estos versos, ¿cuál es el valor y el propósito de nuestras vidas?
Llamado a ser fiel …
Hoy iniciamos un nuevo libro: el libro del profeta Jeremías. Si has estado con nosotras desde el principio de este reto, ¡te felicito! ¡Sigue adelante!
Llamado y comisionado
Jeremías fue llamado y comisionado por Dios para denunciar la apostasía de Su pueblo elegido. Se le conoce como «el profeta llorón» debido al contenido de sus escritos. Siendo de naturaleza sensible y un tanto retraído, Dios mismo pone palabras en su boca y le inviste de autoridad para hablar a Su pueblo durante el reinado de Josías, Joacim y Sedequías, hasta el destierro a Babilonia.
- Lee el versículo 1:5.
A la luz de los millones de abortos que ocurren en el mundo, ¿qué te enseña ese texto acerca de la vida? Según este texto, ¿desde cuándo inicia la vida?
- Lee Efesios 1:3-7.
De acuerdo a estos versos, ¿cuál es el valor y el propósito de nuestras vidas?
Llamado a ser fiel
Si lo evaluamos humanamente, el ministerio de Jeremías no fue exitoso. A pesar de confrontar reyes y al pueblo al arrepentimiento, estos no le hicieron caso. Terminaron siendo llevados cautivos a Babilonia, tal y como Jeremías mismo profetizara. Pero esto no detuvo a Jeremías. Él continuó siendo fiel a la comisión que Dios le había dado, siendo fiel a la encomienda (transmitir un mensaje difícil y nada popular) en medio de—y a pesar de—los obstáculos y dificultades.
- ¿Qué te ha encomendado Dios en este tiempo? ¿Eres fiel a ese llamado a pesar de las dificultades?
Recuerda: Dios te equipa para la encomienda que te da (vv. 1:6-8). Él no llama al equipado, Él equipa al que llama.
Apostasía de Israel
Dios habló a través de Jeremías (1:9) para exhortar a Su pueblo, el cual se había olvidado de Dios. El pueblo había dejado de temer a Dios, y Él lo compara con una ramera. Debido a su apostasía ahora estaba sufriendo calamidad.
Jeremías compara al pueblo con otras naciones que no habían abandonado a sus dioses, a pesar de estos no ser realmente dioses, sino sólo ídolos (vv. 2:10-11). El pueblo de Israel, un pueblo que sí tenía al Dios verdadero, la única fuente de agua viva, lo había abandonado y había cambiado Su gloria para construir cisternas rotas que no retienen agua (vv. 2:12-13), había intercambiado la libertad por esclavitud a través de alianzas con pueblos paganos.
El pueblo había olvidado lo que Dios había hecho por ellos y estaban sumidos en la idolatría. Este abandono de Dios había traído calamidad sobre ellos y ahora sus dioses no podrían salvarlos (v.2:28). A través del profeta Jeremías Dios les llamaba a reconocer cuán malo y amargo era para ellos dejar a Dios y dejar de temerle (v.2:19).
Aunque Judá e Israel habían sido infieles a Dios, Dios estaba listo para extenderles misericordia si ellos reconocían su pecado. Pero lejos de reconocerlo, ellos lo negaban, «no estoy manchada, no me he ido tras los baales» (v. 2:23).
Jeremías le dijo al pueblo que aunque se lavaran con lejía y mucho jabón, su iniquidad no podía ser borrada.
¿Y tú? Examina tu propia vida. No nos desviamos de los caminos de Dios de un día a otro. Es algo que ocurre poco a poco. Nos vamos enfriando. Dejamos nuestro primer amor para perseguir otras cosas, para construir cisternas rotas. Vamos perdiendo el apetito por Su Palabra. Dejamos de congregarnos. Empezamos a comprometer nuestras convicciones bíblicas y a dudar de Su Palabra. Nos vamos desviando poco a poco, y cuando rechazamos la autoridad de Dios vamos dando cabida a la esclavitud del pecado.
Dios es paciente, pero nos advierte una y otra vez acerca de las consecuencias de desviarnos de Sus caminos.
«Velen y oren para que no entren en tentación; el espíritu está dispuesto, pero la carne es débil». –Mateo 26:41
- ¿Has experimentado algún grado de enfriamiento en tu propia vida?
- ¿Hay áreas en las que has desplazado a Dios, dónde has buscado otros refugios o has buscado ser satisfecha con las banalidades de este mundo?
- ¿Por qué no te pones de acuerdo con Dios con relación a esas áreas en tu vida, a esos pecados? Reconoce tu desvío y pide perdón. Él es fiel y justo para perdonar cuando reconocemos nuestros pecados.
«El que encubre sus pecados no prosperará, pero el que los confiesa y los abandona hallará misericordia». –Proverbios 28:13
Hoy, a través de Cristo y debido a su sacrificio, podemos venir ante Él arrepentidas y seremos perdonadas. Y no solo nos perdona, sino que nos limpia de nuestra maldad y nos hace blancas como la nieve.
«“Vengan ahora, y razonemos”, dice el Señor, “Aunque sus pecados sean como la grana, como la nieve serán emblanquecidos. Aunque sean rojos como el carmesí, como blanca lana quedarán”». –Isaías 1:18
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