Día 213 | Isaías 61 – 63
Una dinámica que he podido notar es que Isaías consuela y amonesta al mismo tiempo. Pero hoy nos encontramos con una de las porciones del Antiguo Testamento que Jesucristo leyó casi al inicio de Su ministerio, lo encontramos en Lucas 4:18-22. Jesús leyó la primera parte de este pasaje en la sinagoga en Nazaret, cerró el libro, y procedió, «Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros» (v. 21). Estas palabras aquí expuestas, nos hablan de nuestro Mesías. Este capítulo inicia con dos acciones interesantes: me ungió y me ha enviado. En el resto del capítulo vemos en detalle para que fue ungido y a que fue enviado:
- Proclamar libertad a los cautivos.
- Liberar prisioneros.
- Proclamar el día de venganza de nuestro Dios.
- Para consolar a los que llorar.
- Para restaurar.
Aquí vemos algunas de las cosas que Cristo cumplió al morir en la cruz. Al pensar en todo …
Una dinámica que he podido notar es que Isaías consuela y amonesta al mismo tiempo. Pero hoy nos encontramos con una de las porciones del Antiguo Testamento que Jesucristo leyó casi al inicio de Su ministerio, lo encontramos en Lucas 4:18-22. Jesús leyó la primera parte de este pasaje en la sinagoga en Nazaret, cerró el libro, y procedió, «Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros» (v. 21). Estas palabras aquí expuestas, nos hablan de nuestro Mesías. Este capítulo inicia con dos acciones interesantes: me ungió y me ha enviado. En el resto del capítulo vemos en detalle para que fue ungido y a que fue enviado:
- Proclamar libertad a los cautivos.
- Liberar prisioneros.
- Proclamar el día de venganza de nuestro Dios.
- Para consolar a los que llorar.
- Para restaurar.
Aquí vemos algunas de las cosas que Cristo cumplió al morir en la cruz. Al pensar en todo esto, ver cómo cada una de las profecías dichas acerca de Cristo fueron cumplidas y ver aquí el maravilloso evangelio expuesto tan claramente; me llena de gozo. Por esta razón, quiero invitarte a que juntas hagamos del versículo 10 nuestra oración:
«En gran manera me gozaré en el Señor, mi alma se regocijará en mi Dios. Porque Él me ha vestido de ropas de salvación, me ha envuelto en manto de justicia como el novio se engalana con una corona, como la novia se adorna con sus joyas».
¡Alaba a tu Señor por esa Salvación tan grande e inmerecida que hemos recibido!
Capítulo 62
Este capítulo es una muestra del amor de Dios por Sión y la reconstrucción de sus murallas, pero lo más importante, es que Dios se regocijará sobre ella (v. 5). ¡Qué maravilloso debió ser para el pueblo cautivo escuchar esto!, y lo digo porque quizás nosotras no hemos estado en cautiverio como lo estuvo el pueblo y nos cuesta entender lo que esas palabras significaron para ellos. Pero cuando entiendo lo que nos dice Pablo en Romanos 6:17 «que éramos esclavos del pecado», estuvimos cautivas en nuestros delitos y pecados, entonces, sí, podemos apreciar esas palabras de que Dios nos vistió de Salvación cuando Cristo murió por nosotras. Ahora Dios nos ve a través de Cristo, nuestra cuenta está en cero, ¡oh Gloriosa Cruz!
También encontramos un recordatorio muy importante que está en el versículo 2; «Y te llamarán con un nombre nuevo»,¿a qué te recuerda esto? Veamos un momento los versículos de Apocalipsis 2:17 y 3:12:
«El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al vencedor le daré del maná escondido y le daré una piedrecita blanca, y grabado en la piedrecita un nombre nuevo, el cual nadie conoce sino aquel que lo recibe».
«Al vencedor le haré una columna en el templo de Mi Dios, y nunca más saldrá de allí. Escribiré sobre él el nombre de Mi Dios y el nombre de la ciudad de Mi Dios, la nueva Jerusalén, que desciende del cielo de Mi Dios, y Mi nombre nuevo».
Tu y yo tendremos, no solamente un cuerpo nuevo y glorificado, sino también un nombre nuevo, un nombre que ha sido escogido por Dios, ¿¡no te emociona eso!? Solamente pensar en ese evento me hace anhelar cada día más el poder decir: «Maranata», esta palabra que está en hebrero, puede analizarse como un imperativo: marana-ta, significando «ven, Señor»; o como un indicativo maran-ata, que significa «Nuestro Señor viene», Pablo la utiliza como una oración por el regreso del Señor.
Capítulo 63
Muchos estudiosos entienden que este capítulo es sobre la venida del Señor, en medio de lo que describe el profeta hay una frase interesante. La frase «en la grandeza de su poder» indica su poder y gloria al marchar hacia Israel para salvar (librar) a su pueblo. Aquí vemos nuevamente al pueblo haciendo memoria, no solo de sus rebeliones, sino también de la fidelidad y la misericordia de Dios para con ellos. Recuerdan que Dios es su Padre y que desde la antigüedad es Su Redentor. Esta es la verdad que debemos atesorar tu y yo el día de hoy: Él es nuestro redentor, Él vive y un día volverá a reinar en justicia y equidad.
- ¿Estás orando por su pronto regreso?
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