Día 158 | Job 39 – 42
Ayer dejamos a Job frente a un examen con preguntas difíciles, o mejor dicho, imposibles de responder. No hay forma de que ni Job, ni tú, ni yo ni nadie pueda probar su sabiduría limitada para discutir o siquiera pretender cuestionar al Creador de todo.
Luego de que Dios le mostrará a Job su ignorancia lo vemos en el capítulo 39 con preguntas que siguen maravillándonos y apuntando a su infinito poder y sabiduría. Hoy Dios nos lleva en un recorrido por el reino animal cuya belleza no podríamos alcanzar a ver ni aunque reuniéramos todos los zoológicos del mundo y los acuarios. Me lleva a apreciar y a reconocer cuando en Génesis leemos que luego de terminado cada día decía: «Y Dios vió que era bueno».
Al ir leyendo estos versículos tampoco puedo dejar de pensar y conectar con las palabras de Juan 1:1-3
«En el principio ya existía …
Ayer dejamos a Job frente a un examen con preguntas difíciles, o mejor dicho, imposibles de responder. No hay forma de que ni Job, ni tú, ni yo ni nadie pueda probar su sabiduría limitada para discutir o siquiera pretender cuestionar al Creador de todo.
Luego de que Dios le mostrará a Job su ignorancia lo vemos en el capítulo 39 con preguntas que siguen maravillándonos y apuntando a su infinito poder y sabiduría. Hoy Dios nos lleva en un recorrido por el reino animal cuya belleza no podríamos alcanzar a ver ni aunque reuniéramos todos los zoológicos del mundo y los acuarios. Me lleva a apreciar y a reconocer cuando en Génesis leemos que luego de terminado cada día decía: «Y Dios vió que era bueno».
Al ir leyendo estos versículos tampoco puedo dejar de pensar y conectar con las palabras de Juan 1:1-3
«En el principio ya existía el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios. Él estaba en el principio con Dios. Todas las cosas fueron hechas por medio de Él, y sin Él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho».
¡Cristo estaba ahí en ese preciso momento que vemos descrito aquí en Job 39! Vemos una creación aquí descrita que alaba a su Creador y que cada aspecto de su vida apunta a Aquel que los creó.
- ¿Está tu vida apuntado a tu Creador?
- ¿Es tu vida un canto de alabanza para que los que están a tu alrededor puedan mirarlo a Él?
En los capítulos 40 y 41 Dios reta a Job y lo reprende, le hace ver lo insensato que ha sido en su discurso, y le hace ver que al momento de Job insistir en su justificación lo que hacía era mostrar a Dios como injusto (v.8). Estos dos capítulos son un interesante recordatorio de que no somos nada, que no podemos hacer nada por nosotros mismos y que somos polvo. Nos recuerda la necesidad que tenemos de Dios, que no podemos darle nada a Dios porque Él es el dueño de todo (Job 41:11).
Hay dos criaturas que Dios utiliza en estos capítulos para demostrar lo insondable de los caminos de Dios: el Behemot en el 40:15-24, que era como un tipo de dinosaurio según entienden los historiadores; quizá algo cercano a un hipopótamo de nuestros días.
Y está el famoso Leviatán que lo encontramos en el capítulo 41 y que muchas veces se ha hablado de él. Creo que al utilizar estas dos criaturas Dios le recuerda a Job y a nosotros nuestra pequeñez delante de un Dios como el nuestro.
Y finalmente llegamos al capítulo 42, dónde Job ha entendido el propósito y aprendió la gran lección de todo lo que ha sucedido:
«He sabido de Ti solo de oídas, pero ahora mis ojos te ven. Por eso me retracto, y me arrepiento en polvo y ceniza».
- Job reconoce que Dios es el Todopoderoso y que Él hace todas las cosas.
- Job reconoce que no conocía a Dios, sabía de Él, pero no conocía quien era Dios.
- Job se humilla y reconoce no saber nada y que desea ser instruido por Dios.
Y si pensaban que los amigos de Job iban a irse sin reprensión… no, ellos también llevaron su porción. Dios les llama la atención y les dice que Su ira se encendió contra ellos porque no hablaron lo recto de Dios... ¡cuidado con nosotras caer en eso mismo y hablar de lo que hay en nosotras y no lo que Dios ha dicho!
Dios luego restauró el bienestar de Job y me encanta que dice que Job oró por sus amigos. A pesar de todo lo que había sucedido vemos a este hombre mostrar gracia a quienes en medio de su dolor no fueron de apoyo. La oración produce reconciliación, perdón y restauración.
Si bien es cierto que Dios restauró en gran manera lo que Job tenía, esto tampoco es una norma de que siempre tendremos el resultado que esperamos. En la economía de Dios, desde SU perspectiva siempre hay un final feliz, pero eso no significa que es como lo ve el mundo, muchas pruebas es posible que las superemos, que Dios nos dé el fin por el cual oramos, pero tal vez algunas no. Quizás tendremos que lidiar con algunos sufrimientos hasta que estemos en gloria y eso no significa que Dios es menos bueno, o que no es fiel, todo lo contrario, sabemos que Dios es bueno todo el tiempo, que Él es fiel y que su palabra y su presencia nos acompañará todos los días de nuestras vidas hasta que estemos con Él por la eternidad.
*Ofertas disponibles solo durante la emisión de la temporada de podcast.
Únete a la conversación