Día 156 | Job 31 – 34
Ayer dejamos a Job sumido en su dolor y sin esperanza alguna. Pero hoy vemos que nos lleva a una gran verdad que es clave cuando nos encontramos en el medio de la prueba: clamar a Dios para que nos escuche. Y mientras pensaba en esto recordé una de las enseñanzas que dio Elba. Ella explicó que la palabra súplica, que es lo que prácticamente lo que Job hace, implica rendición, no pelear más, levantar la bandera blanca y decir «sí Señor», y eso es lo que Job está haciendo.
Él está animándonos a que debemos rendirnos bajo la poderosa mano de nuestro Señor. Pero, también seguimos viendo a Job apelando a su causa y mostrando «evidencias» de su integridad, y aquí quiero puntualizar la verdad de que no hay ni uno bueno o justo, porque creo que Job si se consideraba justo e íntegro y no merecedor del …
Ayer dejamos a Job sumido en su dolor y sin esperanza alguna. Pero hoy vemos que nos lleva a una gran verdad que es clave cuando nos encontramos en el medio de la prueba: clamar a Dios para que nos escuche. Y mientras pensaba en esto recordé una de las enseñanzas que dio Elba. Ella explicó que la palabra súplica, que es lo que prácticamente lo que Job hace, implica rendición, no pelear más, levantar la bandera blanca y decir «sí Señor», y eso es lo que Job está haciendo.
Él está animándonos a que debemos rendirnos bajo la poderosa mano de nuestro Señor. Pero, también seguimos viendo a Job apelando a su causa y mostrando «evidencias» de su integridad, y aquí quiero puntualizar la verdad de que no hay ni uno bueno o justo, porque creo que Job si se consideraba justo e íntegro y no merecedor del trato que recibía de Dios. Si bien es cierto que los amigos lo atacaron con sus ideas de lo que pasaba (él era impío, pecador), y lo aplastan aunque ya él estaba en el piso (falta de compasión, etc), también es cierto que Job se consideraba 'bueno' y sabemos lo que Dios dice de esto.
Es precisamente porque Job no lo es que necesita a ese Redentor al cual él clama hablando sobre las cosas que moralmente no había hecho mal y sobre lo que había hecho bien. Al final de ese discurso nos encontramos con un nuevo personaje, nuevo porque aunque ha estado ahí desde el principio no había hablado y es Eliú.
Eliú era el más joven de los amigos de Job. Él pacientemente había escuchado cada una de las intervenciones que se han hecho hasta ahora, y aquí en los capítulos del 32 al 34 escuchamos su intervención. Eliú está enojado y defiende a Dios, digamos que entiende que lo que se está diciendo de Dios no es lo correcto y empieza a exponer el porqué.
Y una de las cosas interesantes es, que al inicio del cap. 32 dice que los 3 amigos dejaron de responder porque Job era justo ante sus propios ojos. Este joven se encendió en ira contra Job porque se justificaba delante de Dios (v.2), y también con los amigos porque condenaron a Job y no dieron respuesta (v. 3). Y entre las virtudes que veo en Eliú es que se nos dice que «Eliú había esperado para hablar a Job porque los otros eran de más edad que él». Es bueno ser prudente y saber esperar el momento adecuado para hablar y saber qué decir.
Observaciones de Eliú cap. 32:
- Falta de sabiduría de parte de ellos, haciendo énfasis en que no por tener experiencia en la vida o tener años es señal de sabiduría: es el Todopoderoso quien la da. (vv. 7-9)
- Nadie dio respuesta a Job ni supo contradecirlo de manera adecuada. ( v. 12)
- Les ha faltado palabra y sabiduría para responder (vv. 13-14)
- Se siente indignado por cómo se han manejado las cosas ( vv. 17-20)
- Pide que Dios le dé la capacidad de hablar de una manera sabia ( vv.21-22)
Enfila sus palabras directamente a Job:
- Habla desde el corazón y de la sinceridad (vv. 1-3:) Debemos ser sinceros al momento de confrontar pero en amor, con temor delante de Dios y siempre tomando en cuenta a la otra persona. No se trata de ganar el argumento, sino de que prevalezca la relación y Dios sea glorificado.
- Reconocer su humanidad y que es simplemente una criatura (v.4, 6-7) «soy un hombre al igual que tu Job, no estoy por encima de ti». Empatía y poder identificarme con el otro».
- Hace un recuento de los argumentos expuestos por Job, pero lo confronta con la Verdad de Dios (vv. 8-33). Eliú le hace ver a Job que, a la luz de lo que se ha revelado de Dios, él carece de argumentos. Si pudiera resumirlo en una frase fuera: Dios es justo, Job no lo es.
- ¿Por qué te quejas contra Dios? (v. 13) Le hace ver a Job que ha perdido de vista lo importante de esto. Le dice que no se ha percatado de que Dios habla a través de diversas formas y que lo que Él busca es que se pueda abrir el oído del hombre y así Dios poder sellar su instrucción (v.16).
El propósito de Dios a la hora de hacernos pasar por pruebas puede ser tan diverso como lo son las mismas pruebas. Si bien es cierto que cada una de nosotras va a aprender cosas muy específicas en nuestra vida, no es menos cierto que Él busca que lo miremos a Él, que nos apartemos de los malos caminos, que cambiemos nuestras actitudes o que suavicemos nuestros corazones. Dios trabaja con nuestro orgullo, rebeldía, amargura, con el único fin de hacernos cada vez más a la imagen de Su Hijo Jesucristo.
Que bueno es leer versículos como estos dos:
«Entonces orará a Dios, y Él lo aceptará, Para que vea con gozo Su rostro, Y restaure Su justicia al hombre». –Job 33: 26
«Él ha redimido mi alma de descender a la fosa, Y mi vida verá la luz. Dios hace todo esto con frecuencia a los hombres, para rescatar su alma de la fosa». –Job 33: 28-30
Que bueno es saber que nuestro Dios nos dá la salida a las pruebas, que Él mismo es quien nos sacará de la fosa y que cuando yo oro, Él siempre escucha.
¿Te encuentras hoy en la fosa? Reconoce tu incapacidad, clama a Él y grita con todas tus fuerzas: ¡Si Señor, yo me rindo a ti!
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