Día 154 | Job 21 – 24
Ya llegamos a la mitad del libro e iniciamos una tercera ronda de conversaciones. Antes de continuar quiero mencionar algunas verdades que los amigos de Job han dicho. Si bien es cierto que han sido bastantes inquisidores, no podemos dejar fuera verdades importantes sobre la realidad de la vida:
- La felicidad del impío dura poco. (Job 20:5)
- Al impío lo atosigan y vive lleno de temores. (Job 18:11)
- El que no cree permanece en tinieblas. (Job 15:22)
- La vida es breve. (Job 14:1-3)
En estas nuevas conversaciones Job ya está menos a la defensiva y en el capítulo 21 inicia pidiendo que le tengan paciencia. Muchas veces cuando estamos en medio del sufrimiento pudiera parecer que estamos obsesionados, mirando hacia dentro de nosotros o viendo todo desde una misma perspectiva: el aquí y en el ahora. Al igual que Job, pudiéramos olvidar la necesidad de ver la vida por encima …
Ya llegamos a la mitad del libro e iniciamos una tercera ronda de conversaciones. Antes de continuar quiero mencionar algunas verdades que los amigos de Job han dicho. Si bien es cierto que han sido bastantes inquisidores, no podemos dejar fuera verdades importantes sobre la realidad de la vida:
- La felicidad del impío dura poco. (Job 20:5)
- Al impío lo atosigan y vive lleno de temores. (Job 18:11)
- El que no cree permanece en tinieblas. (Job 15:22)
- La vida es breve. (Job 14:1-3)
En estas nuevas conversaciones Job ya está menos a la defensiva y en el capítulo 21 inicia pidiendo que le tengan paciencia. Muchas veces cuando estamos en medio del sufrimiento pudiera parecer que estamos obsesionados, mirando hacia dentro de nosotros o viendo todo desde una misma perspectiva: el aquí y en el ahora. Al igual que Job, pudiéramos olvidar la necesidad de ver la vida por encima del sol.
El capítulo 22 nos muestra una gran realidad que muchas veces quizás obviamos y está en la respuesta de Elifaz en los vv. 2 – 4
«¿Puede un hombre ser útil a Dios, o un sabio útil para sí mismo? ¿Es de algún beneficio al Todopoderoso que tú seas justo, o gana algo si haces perfectos tus caminos? ¿Es a causa de tu piedad que Él te reprende, que entra en juicio contigo?»
Se nos olvida que el único Todopoderoso es Dios. Nada que yo haga por más perfecto que lo haga será «algo» delante de Dios. La palabra de Dios nos dice que todas nuestras justicias son trapos de inmundicia (Isa. 64:6) y que todo lo que recibimos es por gracia, no porque mi piedad o mi buen obrar me lo garantice (Efesios 2:8-9).
Elifaz hace un llamado a que no debemos andar en las sendas antiguas de los malvados, es un llamado al arrepentimiento. Si bien es cierto que esto no es causante de la aflicción de Job, siempre es bueno evaluarnos. Es importante recordar que ya estamos muertos al pecado y que no debemos abusar de la gracia (Rom 6). Sabemos también que tenemos acceso al trono de la gracia cuando pecamos. Elifaz anima a Job a buscar y a recibir la instrucción de Su boca, a poner Sus palabras en el corazón y a ser restaurado al volverse al todopoderoso. Que maravilloso es saber que hoy a través de Cristo tenemos perdón, que podemos grabar Sus palabras en nuestros corazones atesorando las Escrituras.
Al ver la respuesta de Job en los capítulos 23 y 24 vemos que él se pregunta dónde está Dios, ya que no puede encontrarlo. Y aquí empieza a describir a este Dios que luce inalcanzable, distante; un Dios que no respondería a sus preguntas, a su causa (vv. 3-6). Hay momentos en los que sentimos que Dios no nos escucha, que ni siquiera nos responderá, que no hay consuelo para nuestro corazón. Sin embargo, cuán lejos está eso de la realidad, nuestro Dios es un Dios cercano, es un Dios que nos consuela y que entiende nuestro dolor.
Hoy quiero cerrar con la segunda parte de la oración del valle de la visión, Si tú hoy te sientes como Job que crees que Dios no te escucha o que no puedes llegar al trono de la gracia esta es mi oración por ti, que puedas atesorar estas palabras y que puedas venir delante de tu Dios y derramar tu corazón delante de Él.
«Señor, durante el día, las estrellas pueden verse desde los pozos más profundos,
y cuanto más profundos son los pozos, más brillan tus estrellas.
Permíteme encontrar tu luz en mis tinieblas,
Tu vida en mi muerte,
Tu gozo en mi pena,
Tu gracia en mi pecado,
Tus riquezas en mi pobreza,
Tu gloria en mi valle».
–El Valle de la Visión
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