Día 143 | Nehemías 5 – 8

Acciones sobre los débiles (capítulo 5)

Cuando toda la gente que quedó del cautiverio regresó a la tierra, todavía eran como esclavos por la forma en que los trataban sus propios hermanos: los nobles y los gobernantes. Nehemías estaba enojado cuando se enteró de esto y los confrontó. Qué fácil puede ser a veces tratar mal al «débil». Vemos esto tan a menudo hoy en día entre hermanos y hermanas en Cristo. En palabras de Nehemías, «No está bien lo que hacen» (5:9). Nuestras acciónes o las actitudes de otras personas pueden poner a alguien en esclavitud sin que nos demos cuenta. Nehemías no solo se detuvo allí, sino que se ocupó de esas personas pobres dándoles comida y vino compartiendoles de su mesa.

• ¿Cómo te ha llevado otro creyente a una esclavitud en tu vida o cómo puedes haberle hecho eso a otra persona?
• ¿Has ayudado a alguien más allá de solo tener simpatía?

Rumores (capítulo 6)

Tobías y Sanbalat crearon rumores intentando que así Nehemías dejara de construir el muro. Elaboran informes severos que harían que Nehemías se fuera y tratara de aclarar las cosas. Pero Nehemías no creyó su engaño. ¡Con qué frecuencia los rumores nos hieren incluso cuando sabemos que son mentiras!

Aquellos que están en contra del Señor quieren ver sufrir al pueblo de Dios y robarles su alegría y harán todo lo posible para que eso suceda, especialmente cuando Dios está haciendo un milagro a través de alguien. El muro fue construido en 52 días (6:15), ¡fue un milagro! Qué molestos estaban los enemigos cuando se dieron cuenta de que no podían detener a Dios (6:16).

• ¿Cómo te han lastimado las palabras de alguien?
• ¿Cuándo fue la última vez que viste la fidelidad de Dios a través de enemigos tratando de detener su obra?
• ¿Notaste el tipo de Cristo que era Nehemías con la misma situación que le sucedió a Jesús cuando caminó en esta tierra?

A casa (capítulo 7)

Este fue solo el primer éxodo de personas que regresaron del cautiverio a su tierra y Nehemías los llamó «pocos» (Neh. 7:4-5). Imagínate cuán grandes y numerosos eran antes del cautiverio si el remanente tenía al menos 42,360 (7:66). De la promesa de Dios de un remanente, ellos era seguramente un gran remanente y habría más por venir más tarde (Esdras 2:64). Me pregunto si la gente vivía en tiendas de carpas como en el Éxodo, ya que todavía no se habían reconstruido las casas.

Impresionante que en nuestras propias vidas podamos estar rodeados de miles de personas y aún así sentirnos solos o perturbados por el cautiverio pasado en nuestras vidas y tal vez sentir que no tenemos un hogar donde estar en paz. Pero una cosa es segura: ¡así como el muro fue construido como defensa, Dios es nuestra defensa y estamos entre una compañía de creyentes que Dios algún día traerá a Su Reino!

Abre el libro (capítulo 8)

Amo esta imagen en el capítulo ocho. Las palabras de Dios afectaron tanto al pueblo que trajeron lágrimas a sus ojos. Algo que no habían tenido durante tanto tiempo ni recordaban era cuánta vida y verdad les daba la Palabra de Dios. Estas podrían haber sido una mezcla de lágrimas de alegría, de años de tristeza (por la forma en que desobedecieron/se rebelaron), etc. Pero no importa cuáles sentimientos se produjeron al escuchar las palabras de Dios, les afectaron tanto que los llevaron a alabar y adorar al Único y Verdadero Dios.

El acto simple que Esdras hizo al abrir el libro (8:5) es el mismo acto simple que podemos hacer nosotras mismas: ABRIR LA BIBLIA. Probar y ver que el Señor es bueno. Sí, puede que no te haga llorar todo el tiempo, pero permite que penetre en tu alma. Así como había personas entre ellos que ayudaban a las personas a comprender las palabras que se leían, hoy también podemos encontrar mentores y maestros que nos ayuden cuando tengamos preguntas sobre lo que dicen las Escrituras.

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