Día 138 | 2 Crónicas 34 – 36
Al reflexionar en la vida de Josías me impacta como él dedicó su vida desde bien temprano en su juventud a conocer y agradar al Señor su Dios, reconociendo que en Él estaba la senda de la verdadera vida y la plenitud del gozo y no en los placeres del mundo.
Como dice Lamentaciones 3:27; «Buenos es para el hombre llevar el yugo en su juventud». Y es que desde joven Josías comprendió que era bueno hacer de Dios ese compañero inseparable y dejarse guiar por El.
A ti joven que lees estas líneas: «Acuérdate, pues, de tu Creador en los días de tu juventud, antes que vengan los días malos». –Eclesiastés 12:1
Josías no se adaptó al mundo, a las costumbres paganas de su época sino que tomó la firme decisión de purificar al pueblo quitando toda esa contaminación idolátrica.
- ¿Estás tú tomando la firme decisión de derribar los …
Al reflexionar en la vida de Josías me impacta como él dedicó su vida desde bien temprano en su juventud a conocer y agradar al Señor su Dios, reconociendo que en Él estaba la senda de la verdadera vida y la plenitud del gozo y no en los placeres del mundo.
Como dice Lamentaciones 3:27; «Buenos es para el hombre llevar el yugo en su juventud». Y es que desde joven Josías comprendió que era bueno hacer de Dios ese compañero inseparable y dejarse guiar por El.
A ti joven que lees estas líneas: «Acuérdate, pues, de tu Creador en los días de tu juventud, antes que vengan los días malos». –Eclesiastés 12:1
Josías no se adaptó al mundo, a las costumbres paganas de su época sino que tomó la firme decisión de purificar al pueblo quitando toda esa contaminación idolátrica.
- ¿Estás tú tomando la firme decisión de derribar los altares de adoración a falsos dioses en tu corazón, y en tu hogar o te has adaptado a rendir culto al dinero, a la salud, a la apariencia física, etc?
Josías no solamente purificó al pueblo y al templo, sino que ordenó la reparación de este, y es que hermanas, ¿estamos cuidando y restaurando el templo del Espíritu Santo que somos nosotras al exponernos a su Palabra y dejar que esta sane y restaure cada parte de nuestro ser?
- Padre abre nuestros ojos para que veamos lo precioso y valioso que es tener el tesoro de tu Palabra y podamos decir con gran gozo como Hilcías en el versículo 15 del capítulo 34 le dijo a Safán, secretario de la corte: «¡He encontrado el libro de la ley en el templo del Señor!». Recordemos que esta Biblia que tenemos en nuestras manos es la infalible, inerrante, suficiente, viva, poderosa y eficaz palabra de Dios por medio de la cual fue creado todo cuanto existe.
- Que Dios nos conceda que, al escuchar su Palabra, nuestros corazones sean sensibles y «rasguemos nuestro ser» en arrepentimiento al experimentar el dolor que hemos causado a nuestro Dios y buen Padre con nuestras ofensas.
Así como Josías compartió la lectura del libro del pacto con todo el pueblo, compartamos todo el consejo de su Palabra, las buenas nuevas de salvación con nuestros hijos, nuestros esposos, nuestros compañeros de trabajo, etc. Recordemos que:
- «Pero vosotros sois linaje escogido….pueblo adquirido para posesión de Dios, a fin de que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable». –1era Pedro 2:9
- «Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura». –Marcos 16:15
Josías no solo servía de instrumento del Señor y cumplía con su llamado, sino que también animaba a otros a responder al llamado del Señor y a servir en las áreas en las que habían sido asignados.
- ¿Te interesas y animas a tus hijos, a tu esposo, a tus amigas a responder al llamado Señor en sus vidas?
Reflexionando sobre el triste final de la vida de Josías, me recuerda que tan importante es no apoyarnos en nuestro propio entendimiento de las cosas, de las personas y/o de las situaciones, sino buscar la sabiduría y el discernimiento que sólo viene de nuestro Dios. Nosotras no somos Dios, no somos omniscientes.
- Cuando insistimos en vivir de espalda a Dios y permanecer en la práctica del pecado, Dios mismo nos entregará al señorío de aquellos dioses a los cuales queremos servir.
- Dios los entregó a todos en manos de Nabucodonosor.
Y aunque en estos últimos versículos narra la triste historia de la caída de Jerusalén y su destierro, Dios cierra con un mensaje de esperanza, con el cumplimento de su promesa de restauración y nos recuerda en Efesios 2:4-5
«Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos)».
¡El pecado no destruye el plan de Dios!
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