Día 116 | 2 Reyes 23 – 25
Dios nos está llamando a reformar nuestras vidas
Nuestras vidas y nuestras familias necesitan una reforma; es decir, necesitan volverse nuevamente al Señor de todo corazón, alma y mente. Desde donde te encuentras puedes tomar la iniciativa de reformar tu vida así como lo hizo Josías, con una férrea determinación a cortar y a destruir todo aquello que nos lleve a ofender a nuestro Dios, en obediencia a su Palabra.
Josías leyó todas las palabras del libro del pacto que había sido hallado en la casa de Jehová e hizo pacto delante de Dios de que guardaría sus mandamientos, sus testimonios y sus estatutos con todo el corazón y con toda el alma; además, dijo que cumpliría las palabras del pacto que estaban escritas en aquel libro.
Por eso, la reforma en nuestras vidas empieza leyendo todo el consejo de Dios y tomando la firme decisión de guardar sus palabras. …
Dios nos está llamando a reformar nuestras vidas
Nuestras vidas y nuestras familias necesitan una reforma; es decir, necesitan volverse nuevamente al Señor de todo corazón, alma y mente. Desde donde te encuentras puedes tomar la iniciativa de reformar tu vida así como lo hizo Josías, con una férrea determinación a cortar y a destruir todo aquello que nos lleve a ofender a nuestro Dios, en obediencia a su Palabra.
Josías leyó todas las palabras del libro del pacto que había sido hallado en la casa de Jehová e hizo pacto delante de Dios de que guardaría sus mandamientos, sus testimonios y sus estatutos con todo el corazón y con toda el alma; además, dijo que cumpliría las palabras del pacto que estaban escritas en aquel libro.
Por eso, la reforma en nuestras vidas empieza leyendo todo el consejo de Dios y tomando la firme decisión de guardar sus palabras. Esta decisión debe traducirse en acciones específicas como:
- Eliminar aquellas cosas o prácticas que me conducen a pecar.
- Alejarnos de aquellas amistades que viven de espalda a Dios y me inducen a pecar con sus prácticas mundanas.
- Dejar de ver o escuchar aquellos programas de televisión o música que contaminan mi mente y mi corazón con sus palabras y letras.
- No continuar imitando los hábitos pecaminosos de mis padres.
- Darle las primicias al Señor: devocional diario a primera hora del día.
- Que mi primera fuente de consulta y sabiduría sea nuestro Dios y su Palabra.
- Poner límites al tiempo que invierto en las redes sociales.
- Tomar un día al mes para realizar una actividad familiar donde celebremos la fidelidad y el amor de Dios en nuestras vidas.
Tarde o temprano cosecharemos lo que sembramos
Los que viven solo para satisfacer los deseos de su propia naturaleza pecaminosa cosecharán destrucción y muerte; pero los que viven para agradar al Espíritu, del Espíritu cosecharán vida eterna (Gal. 6:8). Mira lo que cosechó el pueblo de Dios:
- «Ciertamente por mandato del Señor sucedió esto contra Judá para quitarlos de Su presencia, por los pecados de Manasés, por todo lo que había hecho». –2 Reyes 24:3
- «Entonces el Señor envió contra Joacim bandas de caldeos, bandas de arameos, bandas de moabitas y bandas de amonitas. Y las envió contra Judá para destruirla». –2 Reyes 24:2
- Y Nabucodonosor «se llevó en cautiverio a todo Jerusalén: a todos los jefes, a todos los hombres valientes». – 2 Reyes 24:14
- «Por causa de la ira del Señor sucedió esto en Jerusalén y en Judea, hasta que los echó de Su presencia». –2 Reyes 24:20
- «Todo el ejército de los caldeos que estaba con el capitán de la guardia derribó las murallas alrededor de Jerusalén». –2 Reyes 25:10
El pecado rompe primeramente nuestra relación con Dios, nos aleja de Él, de sus caminos, de sus bendiciones y nos dirige exactamente al camino opuesto, al de la muerte, la destrucción y las tinieblas.
Cada decisión que tomemos en nuestras vidas tiene una consecuencia; la decisión es la semilla y la consecuencia son los frutos. ¿Las decisiones que estás tomando hoy son para satisfacer tus deseos o para agradar a Dios?
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