Día 101 | 1 Reyes 6 – 7

En la lectura de hoy vemos que Salomón comenzó a construir el templo en el cuarto año de su reinado, y la construcción fue completada en 7 años (vv. 6:1, 37-38). Finalmente, el pueblo de Israel tendría un lugar permanente de adoración.

Antes de esto, él había iniciado la construcción de su palacio, y esta obra se completó en trece años (v. 7:1; ver ambas imágenes al fondo).

La obra de construcción de su palacio fue más extensa que la del templo. ¿Qué te muestra esto en cuanto donde estaban los afectos de Salomón?

Al igual que sucedió con Bezaleel en el libro del Éxodo cuando hizo los trabajos del tabernáculo (Ex. 35:30-33), en esta ocasión Dios llenó de sabiduría a Hiram de Tiro, de la tribu de Neftalí, para llevar a cabo la obra de bronce del templo (vv. 7:13-14).

• Lee 2 Crónicas 6:10-20 a la luz del relato de la construcción de este templo.

Este templo era dos veces más grande que el tabernáculo. Ciertamente Dios no podía restringirse a un templo, pero la hermosura de esta edificación apuntaba a la grandeza del Dios que adoraban y que haría Su morada allí.

Dios no se impresiona con nuestros grandes edificios; Él se complace con el que reconoce su pequeñez delante de Su grandeza y con el que le obedece: 

«Así dice el Señor: “El cielo es Mi trono y la tierra el estrado de Mis pies. ¿Dónde, pues, está la casa que podrían edificarse? ¿Dónde está el lugar de Mi reposo? Todo esto lo hizo Mi mano, y así todas estas cosas llegaron a ser”, declara el Señor. “Pero a éste miraré:Al que es humilde y contrito de espíritu, y que tiembla ante Mi palabra”». –Isaías 66:1-2 (NBLA)

Hoy Dios está construyendo Su templo con la iglesia:

«Así pues, ustedes ya no son extraños ni extranjeros, sino que son conciudadanos de los santos y son de la familia de Dios. Están edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo Cristo Jesús mismo la piedra angular, en quien todo el edificio, bien ajustado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor. En Cristo también ustedes son juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu». –Efesios 2:19-22

• ¿Cuáles son los dones que Dios te ha dado?
• ¿Cómo los estás usando para la edificación de la iglesia?
• ¿Eres diligente en laborar para el reino de Dios o te preocupas más por tu propio reino e intereses?
• ¿Dónde están tus afectos? 

Palacio de Salomón:

 Templo de Salomón:

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