Día 92 | Jueces 8 - 9
Hoy continuamos con la historia de Gedeón y podemos extraer varias enseñanzas:
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¡Cuán fácilmente pasamos del temor y la inseguridad a la ira y la venganza!
Regresando de la batalla, y aún persiguiendo a los madianitas, Gedeón pasa por los de Sucot y los de Peniel, y ambos le niegan comida para aliviar el cansancio. Temían que los madianitas se volvieran contra ellos si no habían sido totalmente derrotados aún.
En consecuencia (quizás algo inflado en su orgullo debido a la batalla recién ganada), Gedeón castiga a los de Sucot con espinos y abrojos y derriba una torre en Peniel a su regreso de capturar a Zeba y Zalmuna (los reyes de Madián que aún no habían sido capturados). Gedeón no estaba justificado en esta acción, pero al mismo tiempo Dios muestra a través de esta acción que nadie puede burlarse de los instrumentos de Dios y no cosechar consecuencias. …
Hoy continuamos con la historia de Gedeón y podemos extraer varias enseñanzas:
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¡Cuán fácilmente pasamos del temor y la inseguridad a la ira y la venganza!
Regresando de la batalla, y aún persiguiendo a los madianitas, Gedeón pasa por los de Sucot y los de Peniel, y ambos le niegan comida para aliviar el cansancio. Temían que los madianitas se volvieran contra ellos si no habían sido totalmente derrotados aún.
En consecuencia (quizás algo inflado en su orgullo debido a la batalla recién ganada), Gedeón castiga a los de Sucot con espinos y abrojos y derriba una torre en Peniel a su regreso de capturar a Zeba y Zalmuna (los reyes de Madián que aún no habían sido capturados). Gedeón no estaba justificado en esta acción, pero al mismo tiempo Dios muestra a través de esta acción que nadie puede burlarse de los instrumentos de Dios y no cosechar consecuencias.
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Los instrumentos que Dios usa a veces no terminan bien.
Tan pronto Gedeón obtuvo la victoria, los israelitas querían idolatrar no solo a él, sino a su hijo y nieto también. Ellos querían dar gloria al hombre en lugar de a Dios. En esa ocasión Gedeón les apuntó al único Rey verdadero que debía ser adorado.
Sin embargo, el corazón del hombre es una fábrica de ídolos, y aunque Gedeón pasó esa prueba inicial, inmediatamente después, él codició. Él anima al pueblo a traer zarcillos y oro, collares y vestidos para hacer un efod. Dice el versículo 8:27:
«Gedeón hizo de ello un efod, y lo colocó en Ofra, su ciudad, con el cual todo Israel se prostituyó allí, y esto vino a ser ruina para Gedeón y su casa».
Gedeón y su familia cayeron en la misma idolatría de los pueblos que los rodeaban.
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La idolatría y el sincretismo son terreno de cultivo para las pasiones de la carne.
Tan pronto murió Gedeón (o Jerobaal; ver v. 8:35), el pueblo comenzó a adorar otra vez los dioses falsos.
En medio de tanta idolatría, no es sorprendente que Abimelec, el hijo de Gedeón y una concubina, se levantara para usurpar el poder matando a sus hermanos. Pero Dios no puede ser burlado. En ocasiones Él usa a los hombres mismos para que sean instrumento de juicio en Sus manos y para impartir justicia.
Para meditar:
- Lee 2 Timoteo 4:7. ¿Cuál debe ser el anhelo de todo creyente?
- De nuevo vemos a Dios usar la valentía de una mujer para salvar al pueblo (vv. 9:51-53). ¿Qué piensas que quiso mostrar Dios con ese desenlace?
«Gedeón hizo de ello un efod, y lo colocó en Ofra, su ciudad, con el cual todo Israel se prostituyó allí, y esto vino a ser ruina para Gedeón y su casa». - Jueces 8: 27
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