Día 85 | Josué 12 – 15
Nuestra lectura bíblica del día de hoy comienza con el capítulo 12 dándonos un resumen de los reyes que fueron derrotados por Moisés y Josué cuya tierra poseyeron al otro lado del Jordán, fueron 31 reyes en total. Y mientras para nosotros puede ser solo una lista de nombres y ciudades que probablemente no existan en la actualidad, debemos recordar que ver los nombres de estos reyes y sus ciudades era muy relevante para el pueblo de Israel.
Era un recordatorio para ellos de la fidelidad de Dios al cumplir Su promesa de que Él les daría aquella tierra, de que Él ya se las había dado incluso antes de que ellos pelearan por ella. ¡Gloria al Dios en las alturas, Aquel que es fiel a Sus promesas!
Recuerda: el Señor pelea por ti
El capítulo 13 inicia con el Señor haciendo 2 afirmaciones, Él le dice a Josué:
- «Tú …
Nuestra lectura bíblica del día de hoy comienza con el capítulo 12 dándonos un resumen de los reyes que fueron derrotados por Moisés y Josué cuya tierra poseyeron al otro lado del Jordán, fueron 31 reyes en total. Y mientras para nosotros puede ser solo una lista de nombres y ciudades que probablemente no existan en la actualidad, debemos recordar que ver los nombres de estos reyes y sus ciudades era muy relevante para el pueblo de Israel.
Era un recordatorio para ellos de la fidelidad de Dios al cumplir Su promesa de que Él les daría aquella tierra, de que Él ya se las había dado incluso antes de que ellos pelearan por ella. ¡Gloria al Dios en las alturas, Aquel que es fiel a Sus promesas!
Recuerda: el Señor pelea por ti
El capítulo 13 inicia con el Señor haciendo 2 afirmaciones, Él le dice a Josué:
- «Tú ya eres anciano…».
- «… todavía queda mucha tierra por conquistar».
Leer la segunda afirmación puede ser confuso después de haber leído Josué 11:23 que nos dice que Josué había tomado toda la tierra, que la había repartido y que esta había descansado de la guerra. Sin embargo, mientras seguimos leyendo el capítulo 13, nos damos cuenta de que ciertamente había tierra que no había sido conquistada. Veremos las consecuencias que trajo a los israelitas no haber expulsado de la tierra a sus enemigos al leer el libro de los Jueces.
Por otro lado, ante la primera afirmación, en el versículo 6 leemos que el Señor sigue diciendo a Josué: «A todos los habitantes de la región montañosa desde el Líbano hasta Misrefot Maim, a todos los sidonios, yo los expulsaré de delante de los israelitas». A pesar de que los años pasaban, Josué podía descansar en que era el Señor quien peleaba por él.
¡No es distinto para nosotras hoy! ¿Cuántas veces no hemos estado cansadas de nuestro peregrinaje en esta tierra mientras esperamos al Señor? ¿Cuántas veces no nos hemos conformado con la vida de oración que tenemos, o con la rutina devocional que hemos hecho por años?
Consciente o inconscientemente nos podemos llegar a considerar unas cristianas excepcionales cuando ni siquiera hemos llegado a la meta, cuando «todavía nos queda mucha tierra por conquistar».
Gracias a Dios nuevamente por Sus promesas, por ser Él quien pelea por nosotras, por seguir en nosotras Su obra santificadora hasta que estemos eternamente con Él. Quizá nos podamos llegar a sentir como Josué, cansadas, con los años pasando y con aún mucho por hacer, ante ello, descansemos en Aquel que nos ha salvado, quien también nos santifica y quien a través del sacrificio de Su hijo en la cruz nos redime de pecado.
¡Un ejemplo de vida para nuestros tiempos de espera!
En el capítulo 14 de nuestra lectura de hoy hay una lección de vida que podemos aprender de Caleb en nuestro tiempo de espera.
El Señor promete que Caleb entrará en la Tierra Prometida. Números 14:24 dice: «Pero a mi siervo Caleb, porque ha habido en él un espíritu distinto y me ha seguido plenamente, lo introduciré a la tierra donde entró, y su descendencia tomará posesión de ella».
Josué 14:7 nos dice que Caleb tenía 40 años cuando fue enviado por Moisés a reconocer la Tierra Prometida. Josué 14:10 nos muestra que cuando Caleb finalmente poseyó y habitó la tierra que Jehová le había prometido, tenía 85 años. Pasaron 45 años para que Caleb pudiera ver cumplida en Su vida la promesa que el Señor le había hecho de darle su heredad. ¡Ciertamente fue un gran tiempo de espera!
Esto me hace pensar en cuán egoísta puedo llegar a ser cuando las cosas no se hacen en el tiempo y el lugar que quiero, me canso de orar y reprocho a Dios en mi corazón. Sin embargo, Caleb no fue así mientras esperó la promesa que el Señor le había hecho, o al menos la Biblia no nos dice eso de él.
Estamos diciendo que en este proceso de espera Caleb estuvo en un desierto literal, pasando seguramente por diversas pruebas físicas y espirituales, donde vio morir a miles de personas que no creyeron en la promesa del Señor.
Cuando estás pasando por un desierto y acudes al Señor en oración, quizá por un hijo pródigo, por la conversión de tu cónyuge inconverso, por la entrevista de trabajo que has estado esperando, ¿consideras en tu corazón a Dios fiel a pesar de que el tiempo pase y las circunstancias no cambien?
Recuerda, las cosas no son a nuestra manera, el mundo no gira en torno a nosotras y Dios no actúa con base a los deseos de un corazón caprichoso y egoísta. Todo lo contrario, vivimos conforme a Su voluntad y sometemos nuestros deseos a lo que Él quiera hacer de nosotras y con nosotras. Con esto en mente, podemos creer lo que profetizó Jeremías a los israelitas exiliados que tampoco tenían un futuro que lucía bien ante sus ojos:
«“Porque yo sé los planes que tengo para ustedes”, declara el Señor, “planes de bienestar y no de calamidad, para darles un futuro y una esperanza”». –Jeremías 29:11
Nuestra lectura del día de hoy cierra con el capítulo 15 dándonos un resumen de cuál fue el territorio destinado a la tribu de Judá y sus ciudades.
Para meditar:
¿Vino a tu mente alguna situación por la que has estado orando últimamente y no parece haber respuesta del Señor? ¿Está esta circunstancia alejándote o acercándote al Señor? Sé animada por la lectura bíblica de hoy y recuerda, ¡el Señor pelea por ti!
«A todos los habitantes de la región montañosa desde el Líbano hasta Misrefot Maim, a todos los sidonios, yo los expulsaré de delante de los israelitas. Solamente tú tienes que repartir la tierra por suerte a Israel como heredad tal como te he mandado». –Josué 13:6
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