Día 81 | Deuteronomio 32-34 & Salmos 91
¿Qué crees que harías si sabes que vas a morir y te quedan días o unas pocas horas? De ser yo aprovecharía hasta el último segundo para estar con los míos en un tiempo que recordarán siempre. Trataría de compartir sabiduría y expresarles mi amor por ellos.
Moisés sabe que va a morir, y al dejar este pueblo, ellos seguirían con un corazón duro pecando contra Dios. Sus palabras llaman al cielo y a la tierra, y no solo a Israel como testigos de ellas. Moisés invoca a Dios y le llama la Roca por primera vez en la Palabra.
¿Qué podemos entender de una Roca? Su fuerza, su poder, su seguridad, el terreno seguro en que podemos edificar nuestras vidas. Recordemos la importancia que Jesús le da a edificar nuestras vidas sobre el evangelio, sobre la Piedra angular que es Cristo, porque todo lo demás es pasajero, no …
¿Qué crees que harías si sabes que vas a morir y te quedan días o unas pocas horas? De ser yo aprovecharía hasta el último segundo para estar con los míos en un tiempo que recordarán siempre. Trataría de compartir sabiduría y expresarles mi amor por ellos.
Moisés sabe que va a morir, y al dejar este pueblo, ellos seguirían con un corazón duro pecando contra Dios. Sus palabras llaman al cielo y a la tierra, y no solo a Israel como testigos de ellas. Moisés invoca a Dios y le llama la Roca por primera vez en la Palabra.
¿Qué podemos entender de una Roca? Su fuerza, su poder, su seguridad, el terreno seguro en que podemos edificar nuestras vidas. Recordemos la importancia que Jesús le da a edificar nuestras vidas sobre el evangelio, sobre la Piedra angular que es Cristo, porque todo lo demás es pasajero, no dura, es inestable y perece:
«“Por tanto, cualquiera que oye estas palabras Mías y las pone en práctica, será semejante a un hombre sabio que edificó su casa sobre la roca; y cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos y azotaron aquella casa; pero no se cayó, porque había sido fundada sobre la roca.Todo el que oye estas palabras Mías y no las pone en práctica, será semejante a un hombre insensato que edificó su casa sobre la arena; y cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos y azotaron aquella casa; y cayó, y grande fue su destrucción”». -Mateo 7:24-29
¿Está tu vida edificada sobre la Roca? Cuando vienen los fuertes vientos de pruebas y situaciones difíciles, ¿es ella tu ancla y sustento?
Moisés les recuerda la bondad y fidelidad de Dios y Su cuidado para con ellos y compara a Dios con el águila que revolotea sobre sus polluelos y los toma sobre sus alas llevándolos seguros sobre su plumaje (32:11). Este versículo está respaldado por el hermoso salmo 91 que nos expresa una y otra vez la seguridad que podemos encontrar en nuestro Dios si confiamos en Él. Y aunque la Biblia no nos dice explícitamente quién es el autor de este salmo, la tradición judía asegura que el autor era el mismo del salmo anterior, y en este caso, se le podría atribuir a Moisés.
Definitivamente es interesante pensar en Moisés como el autor de este salmo porque podemos observar de una bella manera cómo es una descripción de todas las promesas que Dios había hecho a Su pueblo de estar con ellos, pelear por ellos y ser Su sostén si ellos eran obedientes a Sus mandamientos. Observemos los versículos 2 y 4-7:
«Diré yo al Señor: «Refugio mío y fortaleza mía, mi Dios, en quien confío».
«Con Sus plumas te cubre, y bajo Sus alas hallas refugio; escudo y baluarte es Su fidelidad. No temerás el terror de la noche, ni la flecha que vuela de día, ni la pestilencia que anda en tinieblas,
ni la destrucción que hace estragos en medio del día. Aunque caigan mil a tu lado y diez mil a tu diestra, a ti no se acercará».
Pero Israel fue infiel. Engordó por la provisión dada por Dios y se fue tras ídolos de su corazón. Pecó y abandonó el Dios de su salvación, acarreando juicio contra sí, el castigo por su pecado. Pero en Su fidelidad, Dios prometió que a Su tiempo Él traería perdón y restauración a Su pueblo, les recordó que solo Él es el Señor. Él hiere pero es el que sana, y esto es lo que nos recuerdan las Buenas Noticias dadas por el evangelio (32:39). Somos perdonadas de nuestra maldad al confesar nuestros pecados y venir a la Roca de nuestra salvación.
Moisés instruye al pueblo a enseñar la Ley de Dios a sus hijos, y esta es nuestra labor también, enseñar la Palabra de Dios a la siguiente generación. Solo así encontrarán la bendición. Luego da su bendición a cada tribu, como un padre que se despide de sus hijos, dando la última bendición para ellos. Conmueve mi corazón haber «caminado» junto a Moisés en todo este recorrido como padre espiritual para el pueblo, ¡pero más que nada admirar su intimidad con Dios! Mi corazón anhela ese nivel de intimidad de Dios para con Moisés, y podemos y debemos buscarla cada día. Quiero que mi deleite se encuentre en Su presencia, como decía David en el Salmo 16:11b:
«En Tu presencia hay plenitud de gozo; en Tu diestra hay deleites para siempre».
¿Lo es para ti también? ¿Anhelas venir a solas con Dios cada día y sentarte a deleitarte en Él? No se trata de cumplir una cuota de lectura cada día, se trata de disfrutar de Dios y gozarte de Su presencia amada hermana.
Luego de fortalecer a Josué en la tarea que Dios le asignó como sucesor de Moisés, y de bendecir cada una de las tribus, Dios le concedió ver la tierra desde la cima del monte Nebo, en la cumbre del Pisga. Desde allí pudo contemplar la tierra antes de morir, y luego Dios mismo lo sepultó. No sé si te llama la atención este dato, pero Dios estaba librando a Su pueblo de idolatrar la tumba o los restos de Moisés. Él era solo un siervo, y ahora Josué debía guiarlos siguiendo su ejemplo.
Dios se encarga de escribir este epitafio de la vida de su siervo: «Desde entonces no ha vuelto a surgir en Israel un profeta como Moisés, a quien el Señor conocía cara a cara». No sé tú, pero mi anhelo es poder entrar en Su presencia, mi corazón anhela en lo más profundo esa intimidad que Moisés tenía con Dios. Mi oración suele ser la que elevaban David y Moisés pidiendo andar en sus caminos:
«Señor, muéstrame Tus caminos,enséñame Tus sendas» (Sal. 25:4).
Para meditar:
- ¿Te animas a orar a Dios pidiéndole que se revele a ti de forma que tu deleite sea Su voluntad y Sus caminos los que quieras andar cada día? Pídele esto y sé fiel, amada; obedece lo que Dios te ha enseñado y pasa Su Palabra a tus hijos sin temor. Teme más a Dios que a los hombres.
- ¿Qué aprendes de la vida de Moisés, de su caminar al lado de Dios guiando un pueblo difícil que lo murmuraba y era desobediente al mandato de Dios? ¿No crees que esto se asemeja al mundo que vivimos? Recuerda que Dios está a tu lado siempre, como esa águila que revolotea sobre su nidada, y cuida de ti para que Su voluntad en tu vida sea cumplida.
«¡La Roca! Su obra es perfecta, porque todos Sus caminos son justos; Dios de fidelidad y sin injusticia, justo y recto es Él». —Deuteronomio 32:4
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