Día 62 | Números 18-20
Hemos caminado juntas varios capítulos de este libro tan interesante, lleno de enseñanzas, historias y viajes. Hoy continuamos en los capítulos 18 al 20, veamos a continuación un breve panorama:
Oficio de los sacerdotes
El Señor habla a Aarón acerca de sus oficios en el santuario, el sacerdocio y sus obligaciones en el altar. Vemos que la tribu de Leví le ayudaría en este servicio, al igual que sus hijos, los cuales estarían con él delante de la tienda del testimonio. Todos debían atender a las órdenes de Aarón.
Un regalo del Señor
Considero que el versículo 6 es uno de los versículos más hermosos en este libro, Dios se refiere a los levitas como un regalo para el pueblo de Israel, mira lo que dice:
«Yo mismo he tomado a sus hermanos, los levitas, de entre los israelitas; son un regalo para ustedes, dedicados al Señor, para servir en …
Hemos caminado juntas varios capítulos de este libro tan interesante, lleno de enseñanzas, historias y viajes. Hoy continuamos en los capítulos 18 al 20, veamos a continuación un breve panorama:
Oficio de los sacerdotes
El Señor habla a Aarón acerca de sus oficios en el santuario, el sacerdocio y sus obligaciones en el altar. Vemos que la tribu de Leví le ayudaría en este servicio, al igual que sus hijos, los cuales estarían con él delante de la tienda del testimonio. Todos debían atender a las órdenes de Aarón.
Un regalo del Señor
Considero que el versículo 6 es uno de los versículos más hermosos en este libro, Dios se refiere a los levitas como un regalo para el pueblo de Israel, mira lo que dice:
«Yo mismo he tomado a sus hermanos, los levitas, de entre los israelitas; son un regalo para ustedes, dedicados al Señor, para servir en el ministerio de la tienda de reunión».
¿Alguna vez has considerado el servicio de otros como un regalo de Dios?
¿Consideras a aquellos que te acompañan en el ministerio como un regalo de tu Padre celestial para servir juntos?
Estos versículos me llevan a meditar en la vida ministerial. Muchas veces no apreciamos a nuestros líderes, así como pasó con el pueblo de Israel. Nos quejamos de los demás, murmuramos y nos enfocamos en lo que no tenemos. Debemos ver a nuestros hermanos en la fe como un regalo de Dios. Igualmente, el hecho de que podamos servir a Dios dondequiera que estemos, es un regalo y una gran bendición.
Continuamos leyendo y vemos que el Señor dio a Aarón el cuidado de las ofrendas, de todas las cosas consagradas de los israelitas. De esto el Señor le daba su provisión a él y a sus hijos, ellos podían comer de estas ofrendas aceite nuevo, vino nuevo, cereal, frutos maduros y carnes. El Señor no les dio tierras por heredad ni posesiones, pero les dio algo mucho mayor, Él les dijo: «Yo soy su porción y su herencia».
Esto me hace meditar en Cristo, Él es nuestra porción y nuestra herencia, no necesitamos nada material, las cosas de este mundo no tienen valor alguno. Cristo es y debe ser todo para nosotras. ¿Es Él tu porción y tu heredad? ¿Es todo para ti?
Este capítulo 18 nos muestra el cuidado de Dios por Su pueblo; era un cuidado único y especial para todos y en especial para aquellos que servían en su templo. Recuerda que así mismo cuida Dios de ti, Él es nuestra porción.
Capítulo 19
En este capítulo vemos la purificación de los inmundos, vemos leyes para cuando un hombre moría en una tienda, leemos acerca de personas inmundas en todas partes. Este capítulo nos lleva a dar gracias a Dios por Aquel que nos limpió completamente de toda inmundicia. Hoy somos santos y puros delante de Dios por medio de Jesucristo.
Capítulo 20
Dios da al pueblo agua de una roca
Este último capítulo es uno de los más impactantes en todo el libro, pues nos muestra que Dios no se toma el pecado y la desobediencia a la ligera. Estos tienen consecuencias y en este relato las consecuencias fueron para 2 grandes líderes, Moisés y Aarón.
El pueblo se había quejado nuevamente por falta de agua y Moisés y Aarón presentaron todo esto al Señor. La gloria del Señor se apareció, pero al contrario de lo que hemos visto en capítulos pasados, esta vez no se apareció para consumir o castigar por el pecado cometido, sino que vino con una respuesta y una solución para la sed del pueblo. Dios tuvo misericordia de ellos a pesar de sus corazones incrédulos y llenos de quejas. Fue una respuesta de bondad. ¿No es increíble? Cuántas veces Dios muestra gracia en la vida de sus hijos aun cuando no la merecen.
¿Puedes recordar un momento en el que Dios te mostró gracia y misericordia, aun cuando no la merecías? Demos gracias por Su bondad inagotable.
Continuando con este relato, Dios mandó a Moisés y a Aarón a hablar a una peña para que diera agua, y así todos fueran saciados. Pero Moisés hizo otra cosa, en lugar de hablar a la peña, la golpeó dos veces con su vara y el agua brotó en abundancia. Pero la desobediencia de Moisés no fue ignorada. Dios les dijo a él y a Aarón:
«Y el Señor dijo a Moisés y a Aarón: “Porque ustedes no me creyeron a fin de tratarme como santo ante los ojos de los israelitas, por tanto no conducirán a este pueblo a la tierra que les he dado”» (v. 12).
La consecuencia fue que ya no entrarían a la Tierra Prometida. ¡Qué terrible y triste debió ser para ellos! Pero esto les dio una lección a ellos, al pueblo y a nosotros el día de hoy. Dios es Santo. Debemos obedecer Su voz tal como Él nos manda, no a nuestro modo. Sin incredulidad ni dudas.
Para meditar
Al ver este pasaje, ¿qué lugar tiene la obediencia en tu vida? ¿Estás haciendo las cosas a la manera de Dios o según tus propios criterios?
Oremos que Dios nos ayude a vivir para Él en obediencia y humildad de manera que podamos glorificar en todo Su Santo Nombre.
«Y el Señor dijo a Moisés y a Aarón: “Porque ustedes no me creyeron a fin de tratarme como santo ante los ojos de los israelitas, por tanto no conducirán a este pueblo a la tierra que les he dado”». -Números 20:12
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