Día 61 | Números 16-17
Hoy continuamos con nuestra lectura en el libro de Números, y los capítulos 16 y 17 cuentan un suceso terrible que aconteció entre el pueblo de Israel, no solo por el pecado cometido entre ellos, sino también por las consecuencias del mismo. Empezando por el capítulo 16 nos narra la rebelión de Coré, este hombre aquí mencionado era un levita del linaje de Coat, el cual dio inicio a una rebelión contra Moisés y Aarón (v. 3). Una rebelión que involucraba a 250 jefes de la congregación.
Coré, como coatita, tenía ya deberes con respecto al tabernáculo, esto lo vemos en el capítulo 4 de Números del versículo 1 al 20. Sin embargo, él y sus compañeros de rebelión deseaban un liderazgo que no se les había dado, querían ser sacerdotes, pero Moisés responde a sus acusaciones, y les dice:
«¿No les es suficiente que el Dios de Israel los …
Hoy continuamos con nuestra lectura en el libro de Números, y los capítulos 16 y 17 cuentan un suceso terrible que aconteció entre el pueblo de Israel, no solo por el pecado cometido entre ellos, sino también por las consecuencias del mismo. Empezando por el capítulo 16 nos narra la rebelión de Coré, este hombre aquí mencionado era un levita del linaje de Coat, el cual dio inicio a una rebelión contra Moisés y Aarón (v. 3). Una rebelión que involucraba a 250 jefes de la congregación.
Coré, como coatita, tenía ya deberes con respecto al tabernáculo, esto lo vemos en el capítulo 4 de Números del versículo 1 al 20. Sin embargo, él y sus compañeros de rebelión deseaban un liderazgo que no se les había dado, querían ser sacerdotes, pero Moisés responde a sus acusaciones, y les dice:
«¿No les es suficiente que el Dios de Israel los haya separado del resto de la congregación de Israel, para acercarlos a Él, a fin de cumplir el ministerio del tabernáculo del Señor, y para estar ante la congregación para ministrarles, y que se te ha acercado a ti, Coré, y a todos tus hermanos, hijos de Leví, contigo? ¿Y pretenden también el sacerdocio?» (Lev. 16:9-10).
Este suceso nos lleva a meditar primero en cuánta influencia puede tener un líder sobre otros; ¡Coré arrastró consigo a 250 líderes! Estos muestran un descontento en la responsabilidad que Dios les había dado; en lugar de regocijarse en el Señor, en la obra que había puesto en Sus manos dándoles el privilegio de servirle, estaban preocupados en lo que no tenían.
Cuántas veces podemos desenfocarnos del llamado de Dios en nuestras vidas y nos enfocamos en otras cosas. Muchas veces queremos el reconocimiento de los demás, queremos ser colocados en lugares donde pensamos que estaremos mejor, pero Dios no se equivoca, cada una de nosotras tiene un llamado especial, y debemos atesorar y valorar ese privilegio, ese regalo de Dios. No importa la posición que sea, el lugar donde Dios nos ha colocado es el mejor lugar en el que podemos estar. Coré y estos hombres ciertamente no tenían esta actitud agradecida y veremos más adelante las consecuencias. En los versículos 20 al 40 Coré, sus compañeros y sus familias reciben un castigo terrible, veamos lo que sucedió en los versículos 32 al 33:
«Y la tierra abrió su boca y se los tragó, a ellos y a sus casas y a todos los hombres de Coré con todos sus bienes. Ellos y todo lo que les pertenecía descendieron vivos al Seol; y la tierra los cubrió y perecieron de en medio de la asamblea».
Al final del capítulo 16 vemos otra consecuencia por causa de las quejas del pueblo, al otro día del castigo de Coré y sus compañeros, toda la congregación murmuró contra Moisés y Aarón. Entonces Dios permitió que una plaga comenzara entre el pueblo. Vemos que Aarón tomó el incensario e hizo expiación por el pueblo para que esta se detuviera; a pesar de esto, una gran cantidad de personas murió. Dice el versículo 49 que 14,700 personas murieron a causa de la plaga sin contar los que murieron por causa de Coré.
Puedes notar en este capítulo que la queja y la murmuración no son agradables delante de Dios, esta es una actitud pecaminosa, y los hijos de Dios no deben practicar estas cosas.
¿Has murmurado contra algún líder de tu iglesia local o de otro ministerio?
¿Has experimentado celos o envidia ministerial, deseando estar en un lugar que Dios no te ha colocado?
Si es así, corre en arrepentimiento delante del Señor y pídele que te dé un corazón agradecido con todo lo que Él ha permitido en tu vida. De igual manera, si otra persona quiere murmurar contigo sobre otros líderes, no sigas sus pasos, huye de esto y si es posible aprovecha para apuntar a esta persona a Cristo; y si la situación se vuelve mayor, busca consejo piadoso en oración.
Por último, llegamos al capítulo 17, aquí vemos un desfile de varas. El Señor manda a Moisés a escoger doce varas de todos los jefes conforme a sus casas paternas. Moisés lo hizo y las colocó en la tienda del testimonio, y le fue dicho que la vara que al otro día tuviera retoños era la vara del hombre que Dios escogió.
Vemos que al día siguiente la vara de Aarón de la casa de Leví había retoñado y echado botones, y había producido flores y almendras maduras. Este era el escogido por Dios. Esto sucedió para dar una lección al pueblo, una lección que tiene que ver con las quejas y murmuraciones del pueblo sobre el liderazgo que Dios había elegido. El propósito está muy claro en el versículo 10, que dice:
«Pero el Señor dijo a Moisés: “Vuelve a poner la vara de Aarón delante del testimonio para guardarla por señal a los rebeldes, para que hagas cesar sus murmuraciones contra Mí, y no mueran”».
Para meditar:
Filipenses 2:14 dice: «Hagan todas las cosas sin murmuraciones ni discusiones».
¿Llevarías esto como una petición delante del Señor para ponerlo en práctica?
«Pero el Señor dijo a Moisés: “Vuelve a poner la vara de Aarón delante del testimonio para guardarla por señal a los rebeldes, para que hagas cesar sus murmuraciones contra Mí, y no mueran”». -Números 17:10
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