Día 6 | Job capítulos 10-13
Capítulo 10
Muchas veces hemos escuchado decir que Job «nunca se quejó», pero cuando llegamos a este capítulo vemos todo lo contrario, encontramos a un Job que inicia diciendo que va a dar rienda suelta a su queja y que está hastiado de su vida. Es un cambio un poco repentino a lo que venimos viendo hasta ahora de él.
Me gusta que la Palabra de Dios nos exponga claramente expresiones y conversaciones como estas, ya que es lo que realmente refleja nuestra condición humana, y muchas veces de pecado; sin embargo, la gran diferencia que también es expuesta aquí la encontramos en el versículo 2:
«Le diré a Dios: “No me condenes, hazme saber qué tienes contra mí”».
Job sabe adónde debe de ir con sus quejas, con sus frustraciones, él sabe de quién proviene todo lo que está pasando; entonces, quién mejor que Dios para poder abrir su …
Capítulo 10
Muchas veces hemos escuchado decir que Job «nunca se quejó», pero cuando llegamos a este capítulo vemos todo lo contrario, encontramos a un Job que inicia diciendo que va a dar rienda suelta a su queja y que está hastiado de su vida. Es un cambio un poco repentino a lo que venimos viendo hasta ahora de él.
Me gusta que la Palabra de Dios nos exponga claramente expresiones y conversaciones como estas, ya que es lo que realmente refleja nuestra condición humana, y muchas veces de pecado; sin embargo, la gran diferencia que también es expuesta aquí la encontramos en el versículo 2:
«Le diré a Dios: “No me condenes, hazme saber qué tienes contra mí”».
Job sabe adónde debe de ir con sus quejas, con sus frustraciones, él sabe de quién proviene todo lo que está pasando; entonces, quién mejor que Dios para poder abrir su corazón y confiar en Su bondad. En este capítulo, Job una vez más expone delante de sus amigos la soberanía de Dios, reconoce su condición de que es barro, que fue creado por Dios, que Él ha sido su sustentador, pero sobre todo, que Él es su Salvador.
Capítulo 11
En la conversación entra Zofar, que pudiera ser el más atrevido de los 3, por su forma de hablar y las preguntas que formuló. Aquí vemos otros temas importantes:
- ¡Cuán insondables son tus caminos! (vv. 7-8) Esto me lleva a conectar con Romanos 11:33: «¡Oh, profundidad de las riquezas y de la sabiduría y del conocimiento de Dios! ¡Cuán insondables son Sus juicios e inescrutables Sus caminos!».No podemos comprender ni mucho menos cambiar lo que Dios ya ha decretado, esto una vez más, debe traer paz a nuestros corazones.
- Las obras. Es sorprendente que luego de tales declaraciones, nos encontremos con los versículos 13-20 donde nuevamente vemos la ley de la retribución, que nos dice que si hacemos esto o aquello lograremos el favor de Dios y Sus bendiciones. También reduce la vida a lo temporal, a lo terrenal; es una perspectiva horizontal en lugar de la que debe ser, que es vertical, con la mirada siempre puesta en lo eterno. El sufrimiento siempre estará presente en la vida del creyente. Jesús nos dijo en Juan 16:33:«Estas cosas les he hablado para que en Mí tengan paz. En el mundo tienen tribulación; pero confíen, Yo he vencido al mundo». Pon tu mirada en Cristo.
Llegando al capítulo 12 vemos una maravillosa declaración del poder y la soberanía de Dios. Creo que en este punto los amigos de Job debieron sentirse frustrados porque Job insistía en su integridad, entendía lo que le decían pero les recordó que ellos, él y sus amigos, tenían una sabiduría diferente a la de Dios.
Luego de reconocer que era la burla de los demás, empezamos a ver una declaración parecida a la de Asaf cuando, quitando sus ojos del santuario, empezó a ver cómo le iba bien a los impíos (v. 12), y de una manera magistral empieza a apuntar a todo lo creado para llevarnos a ver que solo en Dios está la sabiduría y el poder, que nadie puede contradecir sus designios, que es Él quien quita y quien pone, que saca los misterios de las tinieblas. Allí, en medio de su desesperación, en medio de tantos ataques, Job logra no solamente abrir su corazón y su alma, sino que puede ver la mano de ese Dios que, aunque él no entiende lo que está pasando, puede reconocer Su control en medio de todo.
Dios es nuestro gran consolador
Al leer este inicio del capítulo 13 tuve varias reacciones: sorpresa, risa nerviosa (esa que viene cuando sabes que has hecho lo mismo que estás leyendo), tristeza, en fin, pensé un sinnúmero de cosas porque pude ponerme en los zapatos de Job y sentir su hastío en sus palabras. Personas como los amigos de Job son como el metal que resuena ya que sus palabras para él no son de ánimo, sino más bien de molestia.
En cuanto a los versículos 5-6, creo que muchas hemos estado ahí; momentos en los que no necesitamos un sermón, ni argumentos, ni que nos digan cosas que ya sabemos. A veces lo que necesitamos es a alguien que se siente a nuestro lado y que simplemente llore en silencio junto a nosotras. En los momentos de dolor más profundo, al único que necesitamos es a Dios. Él es quien conoce y tiene el consuelo que necesitamos.
No olvides que fue Dios quien diseñó y orquestó esa situación en la que estás, así que es solo en Él que encontrarás las respuestas que tanto desea tu alma. ¿Quiere esto decir que no podemos buscar consuelo ni ayuda en los demás? ¡Por supuesto que sí! Pero el Señor nos ayude a poner nuestros ojos en el lugar correcto cuando estemos sufriendo, y cuando nos toque consolar, que sepamos ser sabias y dirigir al que sufre al lugar correcto: Dios.
Para meditar:
- ¿Es esa tu forma de reaccionar ante las dificultades de la vida?
«Entonces, ciertamente levantarás tu rostro sin mancha, estarás firme y no temerás. Porque olvidarás tu aflicción, como aguas que han pasado la recordarás». - Job 11:15-16
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