Día 53 | Levítico 26 - 27
El capítulo 26 lista las consecuencias de obedecer o desobedecer a Dios y la Ley Mosaica. El obedecer a Dios los haría victoriosos delante de sus enemigos, los multiplicaría y vivirían seguros disfrutando de la presencia del Señor entre ellos. La desobediencia traería sufrimiento, quebrantamiento, enemistades, enfermedades y derrotas. Solo si se arrepienten, si se humillan delante de Dios, volverían a contar con Su bendición.
De este lado de la historia estamos en Cristo. Si somos hijos e hijas de Dios, Él nos ve con agrado porque Cristo nos justifica delante del Padre, pero eso no evita que suframos las consecuencias de nuestra desobediencia. Los caminos que ignoran o desestiman el consejo de Dios son caminos de muerte.
Dice la Palabra de Dios en Gálatas 6:7: «No se dejen engañar, de Dios nadie se burla; pues todo lo que el hombre siembre, eso también segará».
El libro de Levítico concluye …
El capítulo 26 lista las consecuencias de obedecer o desobedecer a Dios y la Ley Mosaica. El obedecer a Dios los haría victoriosos delante de sus enemigos, los multiplicaría y vivirían seguros disfrutando de la presencia del Señor entre ellos. La desobediencia traería sufrimiento, quebrantamiento, enemistades, enfermedades y derrotas. Solo si se arrepienten, si se humillan delante de Dios, volverían a contar con Su bendición.
De este lado de la historia estamos en Cristo. Si somos hijos e hijas de Dios, Él nos ve con agrado porque Cristo nos justifica delante del Padre, pero eso no evita que suframos las consecuencias de nuestra desobediencia. Los caminos que ignoran o desestiman el consejo de Dios son caminos de muerte.
Dice la Palabra de Dios en Gálatas 6:7: «No se dejen engañar, de Dios nadie se burla; pues todo lo que el hombre siembre, eso también segará».
El libro de Levítico concluye con leyes diversas acerca de votos personales, y de las leyes para redimir personas, animales y propiedades. Los votos hechos al Señor, aunque no eran obligatorios sino voluntarios, tenían peso y no debían hacerlos irresponsablemente. Estas estipulaciones ofrecían pautas para establecer el costo de romperlos.
Hay cosas que Dios no exigía hacer, pero si se hacía un voto al Señor, si deseaban consagrar algo a Él, debían honrar su palabra. En los Salmos vemos a David continuamente hablando de su determinación de cumplir sus votos al Señor y el gozo de hacerlo.
Algunos ejemplos:
«De Ti viene mi alabanza en la gran congregación; mis votos cumpliré delante de los que le temen» (Salmos 22:25).
«Así cantaré alabanzas a Tu nombre para siempre, cumpliendo mis votos día tras día» (Salmos 61:8).
«Cumpliré mis votos al Señor, sí, en presencia de todo Su pueblo» (Salmos 116:14).
«Hagan votos ustedes al Señor su Dios, y cúmplanlos; todos los que están alrededor de Él traigan presentes al que debe ser temido» (Salmos 76:11).
Era y aún es importante cumplir nuestros votos al Señor. Santiago nos exhorta en el capítulo 5, versículo 12: «Y sobre todo, hermanos míos, no juren, ni por el cielo, ni por la tierra, ni con ningún otro juramento. Antes bien, sea el sí de ustedes, sí, y su no, no, para que no caigan bajo juicio».
Finalmente, Levítico toca el tema del diezmo. Todo pertenece al Señor y el pueblo debía dar un diez por ciento de sus ganancias. Este monto debía ser consagrado al Señor. Aunque el Nuevo Testamento no habla de un porcentaje, la generosidad es un mandamiento, y debemos dar gozosamente de lo mucho que hemos recibido, de acuerdo a como Dios nos dirija a hacer. La segunda carta a los Corintios nos recuerda: «Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre» (v. 9:7).
Para meditar:
- ¿Has visto en tu propia vida o en la vida de los que amas las consecuencias de desobedecer a Dios?
- Lee Levítico 26:9-13. Si eres una hija de Dios, Su morada no está en medio de ti, sino dentro de ti. ¿Cómo te alienta el conocimiento de que eres una hija de Dios, que Su Espíritu habita dentro de ti y que eres parte de Su pueblo redimido?
- ¿Cultivas la generosidad? ¿De qué formas puedes crecer en esta área?
«Andaré entre ustedes y seré su Dios, y ustedes serán Mi pueblo». -Levítico 26:12
*Ofertas disponibles solo durante la emisión de la temporada de podcast.
Únete a la conversación