Día 52 | Levítico 24 - 25
Los sacerdotes debían tener siempre sus lámparas encendidas en el santuario. Esta luz apuntaba a la Luz del mundo que un día llegaría (ver Juan 8:12). El aceite debía ser provisto por el pueblo. Continuamente debían arder estas lámparas al igual que las nuestras hoy mientras esperamos el regreso de nuestro Señor. Te invito a leer Mateo 25:1-10 y notar el paralelismo allí.
Todo el sistema de celebraciones en el calendario judío estaba compuesto de grupos de siete: séptimo día de la semana, el año sabático cada siete años y el año del jubileo luego de siete años sabáticos. Aparte de conmemorar a Dios, reconocer y recordar Su bondad y fidelidad, cada uno de estos días y años eran dedicados a:
- el reposo del trabajo -- (cada 7 días)
- reposo de la tierra (cultivos) -- (cada 7 años)
- el perdón de las deudas, devolución de propiedades a sus dueños originales. …
Los sacerdotes debían tener siempre sus lámparas encendidas en el santuario. Esta luz apuntaba a la Luz del mundo que un día llegaría (ver Juan 8:12). El aceite debía ser provisto por el pueblo. Continuamente debían arder estas lámparas al igual que las nuestras hoy mientras esperamos el regreso de nuestro Señor. Te invito a leer Mateo 25:1-10 y notar el paralelismo allí.
Todo el sistema de celebraciones en el calendario judío estaba compuesto de grupos de siete: séptimo día de la semana, el año sabático cada siete años y el año del jubileo luego de siete años sabáticos. Aparte de conmemorar a Dios, reconocer y recordar Su bondad y fidelidad, cada uno de estos días y años eran dedicados a:
- el reposo del trabajo -- (cada 7 días)
- reposo de la tierra (cultivos) -- (cada 7 años)
- el perdón de las deudas, devolución de propiedades a sus dueños originales.
Cada cincuenta años se celebraría el Año del Jubileo. Este era un año sagrado, sabático, en el cual la tierra debía permanecer sin cultivar. En este año las tierras debían devolverse a su dueño original, debían liberarse los esclavos y perdonarse las deudas. Esta celebración tenía un doble propósito: era una forma de ayudar a los hermanos a recuperar sus herencias y tener nuevas oportunidades de supervivencia (para Dios, la justicia, la misericordia, la generosidad y el no sacar ventaja de otros es sumamente importante), a la vez que apuntaba a una mayor y más importante redención espiritual que llegaría a través de Jesucristo, nuestro Supremo Redentor.
Dios sabía que el pueblo dudaría de la provisión si guardaba Su ordenanza de no sembrar nada el séptimo año. Pero Dios les recuerda Su fidelidad: Él proveería lo suficiente para ellos durante el sexto año para esperar la siguiente cosecha. Dios es fiel en proveer para nosotros, y cuando Él nos pide hacer algo, Él provee lo que necesitamos.
Para meditar:
- A la luz de estas celebraciones, ¿qué tan importante crees que es para Dios el descanso? ¿Y las posesiones?
- ¿Qué te impide descansar de tus afanes y trabajos? ¿Qué te impide ser desprendida con tus posesiones?
- Medita en algunas de las aplicaciones prácticas que viste en el capítulo 25. ¿De qué forma quiere Dios que tú descanses y confíes en Su provisión?
- A la luz de estas características mencionadas antes, ¿amas a tu prójimo como a ti misma a la hora de practicar estas conductas en tu propia vida?
«La tierra es Mía; porque ustedes son solo extranjeros y peregrinos para conmigo». -Levítico 25:23
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